Hablemos de la realidad política chilena, aquí, ahora y en el pasado reciente, la que hemos conocido, vivido y sufrido.
Se dice que el sistema político es una estructura institucional que organiza y operativiza la participación de los ciudadanos para la conducción del estado.
La solución se basa en la idea de que dado que la ciudadanía es muy numerosa, diversa y anárquica, es necesario un sistema en que su participación sea a través de la intermediación de Políticos Profesionales de tiempo completo, constituidos en Partidos Políticos estructurados y organizados de acuerdo a la Ley y a sus estatutos propios; agrupados según Ideologías, para que ellos ofrezcan alternativas para el manejo de los asuntos públicos que interesan tanto a los ciudadanos como a la Comunidad o Interés Nacional. Esta representación se produce mediante mecanismos de Elecciones periódicas, secretas e informadas mediante la cual los ciudadanos designan a su representantes, de entre los candidatos propuestos por el Partido.
Los presupuestos constituyentes de esta solución han sufrido cambios sustantivos que han llevado a que la representación política de la ciudadanía sea crecientemente deficiente, poco o nada representativa, ausente de fiscalización, creciente autonomización de los representantes y control por parte de los Partidos.
Veamos algunos cambios: Los candidatos son designados por los Partidos con escasa o ninguna participación ciudadana y ella incluye factores ajenos como intereses de grupo particulares y de la burocracia del Partido. Los ciudadanos no conocen ni tienen comunicación fluida con sus Representantes y menos aún capacidad para fiscalizar y evaluar su desempeño o trasmitir sus preferencias o necesidades. La lealtad y compromiso fundamental del representante no es hacia sus representados sino hacia el Partido. La dificultad para acceder a la expresión personal de los ciudadanos y de proveer información completa, verificable y actualizada por parte de los Representantes directamente a los ciudadanos ha sido resuelta hace ya tiempo con los sistemas de comunicación social y de masas digitalizados existentes, potenciados ahora por la Inteligencia Artificial y los mecanismo de Transparencia de la Información. La ciudadanía puede participar y dar su opinión informada en mucho mayor número, calidad y oportunamente, así como plantear preguntas y requerir información y ese volumen de tráfico puede ser manejado en forma rápida y precisa.
Las ideologías políticas han muerto. Las ideologías actuales son sistemas de creencias de grupos sociales para el resguardo y promoción de sus intereses. Más específicamente, la ideología es la base axiomática de algunos sistemas de creencias, esto es, una serie de creencias de tipo general/abstracto y de difícil variación. Son el conjunto de puntos nodales alrededor de los cuales se estructuran las creencias a través de las que se ve, piensa y actúa sobre el mundo.
En su momento de mayor esplendor constituyeron esquemas mentales integrales que reemplazaban el análisis de los problemas a resolver mediante la aplicación mecánica de un esquema mental pre concebido que reemplazaba el raciocinio en beneficio de los pre – juicios elegidos ex – ante.
Hoy, la ideología se mantiene presente solo en los partidos marxistas mas tradicionales y han sido abandonados por los demás grupos políticos que los mantienen solo como excusas más o menos articuladas para su uso funcional a sus preferencias o conveniencias.
La Institucionalidad política vigente: Ideología, Partido, Grupo gestor y Controlador del Partido, Burocracia del Partido y Ciudadanos es un sistema obsoleto, agónico y carente de legitimidad.
En vez de ayudar a la presencia de los ciudadanos en la política, se han constituido en organismos oligárquicos que se han apoderado de las “máquina” en beneficio de sus intereses particulares. Inhibiendo por completo la participación de la sociedad en el manejo de las cuestiones que les interesan.
Para avanzar hacia una democracia real necesitamos complementar la democracia representativa actual con más democracia directa, participativa y deliberativa en un sistema virtuoso de control del poder político.
Fernando Thauby García
Melosilla, 1° de Noviembre de 2023