Archivo por meses: marzo 2015

El manoseo franco – boliviano y algunas reminiscencias coloniales locales

El 30 de octubre del este año, el Director Jurídico de la Cancillería de Francia, François Alabrune, se expidió con soltura respecto a nuestro pleito con Bolivia, y lo hizo en forma negativa para nuestros intereses nacionales.

Ese día el eslovaco Peter Tomka, en ese entonces presidente de la Corte Internacional de Justicia, hizo su cuenta anual informado a la Asamblea General del funcionamiento del tribunal.

La presentación en si misma no es mas que un ritual burocrático que no suscita mayor interés, pero en este caso, con posterioridad a la presentación de Tomka, Alabrune en representación del gobierno de Francia, hizo los comentarios que le parecieron pertinentes a su Cancillería:

“Entre los casos que hay en la Corte actualmente se incluyen cuatro casos sobre la obligación de negociar, como el de Bolivia y Chile referido a un acceso al Océano Pacífico. La obligación de negociar ha sido una de las piedras angulares del derecho internacional».

La intervención no fue aclarada por el gobierno francés, pero según los conocedores del tema, este tipo de afirmaciones se hacen en acuerdo con los actores involucrados, en este caso, con Tomka y mas importante, con quien se aprestaba a sucederlo a la cabeza del tribunal, el francés Ronny Abraham. La coincidencia sorprendente es que el juez ad hoc escogido por Bolivia, el secretario general de la Academia de Derecho Internacional de La Haya, Yves Daudet, es de la misma nacionalidad: francés.

No es ser mal pensado imaginar que esta intervención -y el posterior silencio aclaratorio- son una demostración política del gobierno de Francia. El hecho de haberse referido con nombre al caso de nuestro país con Bolivia confirma el contenido político del mensaje. Alabrune es un abogado, pero como funcionario de la Cancillería de su país es un funcionario político que cumple las directivas de su gobierno. Tal como es su momento lo hizo Felipe Bulnes, durante su olvidable desempeño como Ministro de Justicia y de Educación.

Mas allá de lo efectiva o real que pueda ser esta toma de partido del gobierno de Francia, el referirse a la disputa señalando que “la obligación de negociar ha sido una de las piedras angulares del Derecho Internacional”, constituye munición para la propaganda boliviana y un daño para nuestro país y eso no pudo pasar desapercibido para ese gobierno.

Las relaciones internacionales son relaciones de poder, es decir se manejan según parámetros políticos. El derecho internacional es sin duda un factor morigerador o si se quiere un arma mas dentro del arsenal que constituye el poder nacional de los actores en disputa, pero ello no obsta a la naturaleza política de las relaciones entre países, aunque nuestros expertos insistan en mantenerse asidos al salvavidas de plomo jurídico como único y decisivo argumento.

Sin duda el gobierno de Francia tiene sus propias razones para actuar así, y no somos nosotros quienes deban cuestionar sus intereses y políticas, pero si es asunto nuestro ser realistas en nuestros análisis, políticas y acciones.

El comportamiento de Francia, un país en declive, que infla su auto estima con planteamientos imperiales, es posible solo porque nosotros se lo permitimos y el que un caudillo bárbaro como Evo Morales puede lanzarnos insultos y maldiciones desde la punta de su cerro, es posible solo porque para él no tiene consecuencias.

Esta situación trae a colación la desafortunada interpretación de Felipe Bulnes, representante de Chile en este pleito, respecto a la naturaleza del conflicto creado por Bolivia, cuando a comienzos de este año, en una entrevista en un diario nacional manifestó su molestia por las, a su juicio, impropias intervenciones de actores políticos nacionales –pauteo las denominó -y puso a los chilenos “en su lugar”, -entre el segundo patio y el corral de las vacas- respecto a una materia que a su juicio debía ser algo de su sola y personal incumbencia y control: la preparación de la postura chilena para enfrentar este pleito.

Para pertenecer a la fronda chilena bastan conexiones familiares, el aprendizaje de algunos modales arcaicos y amanerados y algunas destrezas útiles para administrar el poder de su grupo social. Todo ello insuficiente para manejar nuestro destino o pretender la exclusividad en algún tipo de representación nacional.

Según Bulnes, “la situación preocupa al gobierno y a los expertos a cargo del caso -¿el mismo?-, pues podría exponer la estrategia jurídica chilena” … “Estoy completamente en desacuerdo y profundamente preocupado por el clima político que se ha ido instalando en el caso frente a Bolivia. Creo que no tiene precedentes y me parece que no estamos tomando conciencia de la irracionalidad con que se está imponiendo el debate. Lo digo, porque me parece completamente inapropiado que actores políticos relevantes de este país, rompiendo un precedente que ha sido la unidad y la responsabilidad con que se enfrenta un caso de esta naturaleza, busquen pautear la forma en que Chile debe defenderse ante la Corte Internacional de Justicia. Me parece incomprensible que pretendan fijar una posición respecto de lo que se debe hacer, pero aún más incomprensible me resulta que no reparen en que ello promueve una discusión pública sobre la estrategia judicial que debe adoptar Chile, cuando eso es contrario a las normas más básica de prudencia”.

De nuevo, Bulnes cree que está ante un problema judicial y de competencia solo de cierta auto designada elite e ignora que lo que pasa en Chile y con Chile es materia de todos los chilenos.

Hasta donde se sabe, Bulnes es conocedor del derecho comercial, pero no tiene trayectoria en política exterior ni en derecho internacional, por lo que resulta insólita su pretensión de mantener a los actores políticos fuera del tema. ¿Es que los representantes del pueblo chileno no tienen derecho –o la obligación- de dar su opinión, que puede o no ser acogida por el gobierno, pero que al ser planteada ayuda a una mejor comprensión de lo que los dueños de Chile, los chilenos de a pie, quieren?.

Se comporta como un representante típico de quienes se creen dueños de Chile aunque sean recién llegados a un tema y demuestren una clara falta de comprensión del Chile y del mundo de hoy. Firmar un cheque en blanco para que un representante de la fronda nacional “tome las mejores decisiones para Chile” es una exigencia que refleja la soberbia obsoleta, agraria y decimonónica sobre la que se encarama Bulnes para tratar de hacerse ver.

El comportamiento de Morales de Bolivia y del representante del Gobierno de Francia muestran que en el sistema internacional la competencia es sin guantes y de políticos que representan los intereses de los verdaderos dueños del país. Las opiniones de los ciudadanos cuentan, son ellos los que a la hora de las crisis ponen su vida y dinero para proteger la dignidad del país.

¿Qué hizo Bulnes por Chile en 1973 y en 1978?.

Venezuela prepara un autogolpe

Los últimos dos gobiernos de Venezuela, el de Chávez y el de Maduro, cometieron -en todos los ámbitos- toda clase de excesos, pero donde se superaron a si mismos fue en la política económica que destruyó al país mediante una administración irresponsable, ideologizada y de una incoherencia abismante.

Los resultados son increíbles: un gobierno que dispuso de una economía alimentada por un flujo inagotable de petróleo, en años en que ese producto alcanzaba los precios mas altos jamás vistos, se las arregló para disminuir sostenidamente su producción y despilfarrar los ingresos regalándolos a Cuba a cambio del envío de técnicos y de mano de obra cuasi esclava, y subsidiando a varios países caribeños a cambio del “amor de sus pueblos”. Una muestra del resultado, trágico si no fuera risible, llevó a que como señal del “amor” obtenido, el gobierno de Trinidad y Tobago, ante la crítica escasez de bienes básicos en Venezuela, le ofreciera un canje de papel higiénico por petróleo.
Entre ambos gobiernos –Chávez y Maduro- destruyeron la economía, arruinaron la producción agropecuaria nacional y reemplazaron el sistema de distribución por el típico sistema socialista de cooperativas populares, monopolios estatales y grupos políticos de control, destinado a cooptar a la población y acorralar a la oposición para continuar en el poder, mas a que a proporcionar un servicio eficiente a la población. Dividieron la sociedad venezolana en una forma desconocida en ese país y cooptaron a las Fuerzas Armadas comprándolas con prebendas y corruptelas.
Hoy Venezuela tiene una inflación sobre el 78% anual y sus ciudadanos hacen colas de varias cuadras para poder “conseguir” productos racionados bajo la controladora mirada de tropas de la Guardia Nacional que han sido desplegadas por todo el país para mantener el orden. La crisis económica acompaña a una profunda crisis política en que el gobierno ha perdido el apoyo incluso de quienes se consideraba sus beneficiarios.
El gobierno de Maduro no tiene ni la mas remota posibilidad de vencer en las elecciones presidenciales de noviembre próximo, como no sea mediante la reedición de los habituales fraudes electorales de Chávez, esta vez aun en mayor escala.
El problema es que esa derrota electoral tendrá efectos vitales –y el término debe ser entendido en todo su significado- para los líderes políticos y militares del régimen.
Desde hace meses, Maduro y su gobierno se encuentran en campaña preparándose para un autogolpe de estado. Se modificó la legislación autorizando a las FFAA para hacer uso letal de sus armas en disturbios civiles. Esta modificación legal fue puesta en ejecución con el asesinato de un estudiante, menor de edad, sin mayores consecuencias políticas ni legales. Perifoneó un intento del gobierno de los EEUU para derrocarlo, acusación que el acusado descartó como “acusación ridícula”, con este pretexto, Maduro exigió a las FFAA un renovado juramento de fidelidad –al mas puro estilo hitleriano- y lo obtuvo.

Encarceló al alcalde de Caracas, líder de la oposición y expulsó a 83 de los 100 miembros de la embajada norteamericana en Caracas (el 20% según las curiosas cuentas de Maduro). Para reforzar su campaña anti norteamericana dispuso que se prohibiera “el otorgamiento de cualquier tipo de visado y por tanto el ingreso a Venezuela del ex – presidente estadounidense George W. Bush, su vicepresidente Dick Cheney, del ex director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA) George Tenet; y de los congresistas Marco Rubio, Bob Menéndez, Mario Díaz-Balart e Ileana Ros-Lehtinen”, en el extraño caso que alguno de ellos quisiera concurrir a su país.

Para combatir la ausencia de alimentos para los hambrientos venezolanos, lanzó una campaña que regala semillas “para que los venezolanos puedan plantar sus propios tomates, verduras y pollos”, en una pintoresca confusión botánico – avícola.

Hasta el exótico ex – presidente de Uruguay, “Pepe” Mujica manifestó su temor ante el avance de Maduro hacia en autogolpe y los devastadores efectos que producirá en la izquierda sudamericana. Esto, en el caso de Chile, será especialmente vergonzante para el senador y presidente del MAS, para el Partido Comunista, su secretario general y para los jóvenes ex estudiantes que han ocultado, callado y cohonestado la violencia contra los estudiantes venezolanos, en un silencio impropio de su edad y condición.

El autogolpe en Venezuela tendrá características especiales. Será de izquierda, lo que no es novedoso, pero será en un marco político regional en que la mayoría de los gobiernos que le fueron afines .-Argentina, Brasil, Bolivia y Ecuador- se encuentran en crisis políticas graves, acompañadas de corrupción y declinación económica severa. Pondrá a los partidos de “izquierda democrática” sudamericana en un situación inconfortable a mas no poder. La lucha entre sus renovadas creencias democráticas y sus genes estalinistas entrarán en conflicto.

Las FFAA venezolanas no “apoyarán” al gobierno víctima del golpe, sino que «serán parte integral» del mismo, y esto marca una diferencia sustancial y hace del auto golpe algo factible, al menos al iniciarse como un ajuste de cuentas interno.
Los generales y almirantes, en un número apreciable está involucrados en negocios turbios: drogas, armas, contrabando y lavado de dinero. Fueron actores y beneficiarios en los amoríos delictuales con el Irán de Hajmadineyad. Es evidente que el fin del chavismo será el término de su poder político; su preponderancia social y sus ventajas económicas, peor aun, vendrá la vuelta de mano y enfrentarán los tribunales de justicia, normales y populares, nacionales e internacionales.

Lucharán hasta el último de sus soldados y luego escaparán a «hacer su exilio». Con Cuba en pleno romance con EEUU, solo les quedará Argentina –por un breve lapso- Ecuador, Nicaragua y otros estados parias. No habrá exilio dorado en Miami.

¿Cuánto lucharan los soldados antes de unirse al pueblo o disolverse?, es una pregunta clave. La experiencia muestra que la situación general del pueblo, escasez de artículos de consumo básico, desde alimentos a papel confort, presión de los organismos de control del Partido, ausencia de libertad personal y cansancio se permean desde la ciudadanía hacia los soldados y sus familias. Los generales y Maduro podrían encontrarse con una sorpresa.

Lo mas probable parece ser una situación de colapso interno del régimen con la aparición de un nuevo grupo de control, reemplazo de Maduro y lucha por apropiarse del mando. Un actor central, por lo menos al comienzo de la disolución será Diosdado Cabello.
Los conflictos internos de este tipo, en que un bando posee las armas y el estado y el otro solo la ciudadanía suelen ser de desarrollo lento al comienzo y aceleración creciente -en algunos días o semanas- en la represión o en la división y disolución de las fuerzas armadas. Si la organización militar resiste la tensión, es probable que presenciemos un baño de sangre muy intenso y talvez prolongado.
La victoria final será del pueblo, en eso no hay duda. Ningún régimen puede, hoy por hoy, mantenerse indefinidamente contra el sentir popular y la consiguiente presión externa.
El gobierno de Chile seguirá haciendo equilibrios y figuras. El corazón de la Presidente Bachelet está con las autocracias marxistas: la anciana Honecker, asesina jubilada, sigue contando con el auspicio de los gobiernos chilenos, sin responder nunca a sus abusos y tropelías. Según la madre de la Presidente, nunca apreció represión en Alemania Oriental. Ni la madre ni la hija nunca supieron de la Stasi, los gulags ni de los muertos tratando de cruzar el Muro. Su admiración a Fidel Castro la hizo trotar de emoción, durante una impropia visita- homenaje al tirano, en su anterior período.

Su consistencia ideológica no puede ser puesta en duda: no ha hecho ni una sola crítica al régimen de Maduro y sus milicotes.
Se aproxima la hora de la verdad en Venezuela … y en Chile.

Perú: ¿Trastorno Bipolar?

“El espionaje es incoherente con postulados de paz, cooperación, integración y buena vecindad. También es incoherente que en su carta de respuesta al Perú, La Moneda enfatice que “este gobierno” (el de Bachelet) no ha ordenado el espionaje. Así lo hubiesen ordenado regímenes anteriores, o aun cuando fuere un accionar descontrolado de sus militares, lo cierto es que un Estado es continuo en el tiempo y en su representación. Por eso las deudas, los crímenes y los actos hostiles, como este del espionaje, son responsabilidad activa del actual gobierno santiaguino, sin importar quien lo presida. De allí que es impecable la lógica de exigir de nuestra parte una respuesta más inteligente y comprometida para sancionar a los responsables, así como un compromiso explícito para que el futuro de la relación no vuelva a plagarse de estos atentados”. El Comercio, Perú, 10 de marzo de 2015.

Como es sabido, la Ley Nª 28.664 del 23 de Junio de 2005, “Ley del Sistema de Inteligencia Nacional –SINI- y de la Dirección Nacional de Inteligencia –DINI-” intentó reorganizar el sistema de inteligencia nacional del Perú después de haber sido transformado en una organización mafiosa durante el gobierno de Fujimori y la acción criminal del nefasto Vladimiro Montesinos.
Este esfuerzo continuó entre los años 2006 y 2013 con cuerpos legales de diferente rango, con escasa legitimidad por ausencia de acuerdo entre las fuerzas políticas, hasta concluir en el Decreto 013 – 2015 – PCM, del presente año, firmado por el Presidente Ollanta Humala y la Primera Ministro Ana Jara, que declaran en reorganización a la Dirección Nacional de Inteligencia del Perú y todo el sistema de inteligencia, estableciendo que sin perjuicio de los cual “los servicios de inteligencia de los sectores Defensa, Interior y Relaciones Exteriores mantendrán actividad con total normalidad”.

El sistema de inteligencia peruano consta de un Consejo de Inteligencia Nacional y de una Dirección de Inteligencia Nacional para planificar y coordinar todo el sistema. Para espiar a sus propios ciudadanos dispone de una Dirección de Inteligencia de la Policía Nacional del Perú; de una Dirección General de Inteligencia del Ministerio del Interior y una Dirección General de Inteligencia Financiera. Para espiar a los gobiernos de sus países vecinos –no parece razonable que espíen a Boko Haram ni a ISIS- tienen la Dirección General de Asuntos de Seguridad y Defensa del Ministerio de Relaciones Exteriores y las Direcciones de Inteligencia del Ejército, la Armada y la Fuerza Aérea del Perú. Parece obvio que necesitan una muy buena ley para organizar y controlar el abundante espionaje que el gobierno de Perú hace sobre sus ciudadanos y sobre sus vecinos en general y Chile en particular y que El Comercio rechaza por ser “incoherente con postulados de paz, cooperación, integración y buena vecindad”

El Sistema de Inteligencia Estratégica en el Campo Militar (Inteligencia de Defensa) fue creado en el mes de Febrero del año 2002, según la Directiva N° 06 CCFFAA/D2 FEB 02, “con la finalidad de producir inteligencia y contrainteligencia estratégica en el Frente Interno y Frente Externo, mediante la integración de las actividades de Inteligencia y Contra Inteligencia que se desarrollan en el campo militar, de tal manera que faciliten la toma de decisiones dentro del proceso de la política nacional y el planeamiento estratégico de la Defensa Nacional”. En las “Disposiciones Complementarias” de la Directiva, la Primera de ellas define las “Operaciones Especiales” como operaciones de inteligencia y contrainteligencia que suponen la transgresión de determinados derechos ciudadanos y la Novena señala que “Las resoluciones que autorizan viajes al exterior de personas del Sistema Nacional de Inteligencia Nacional –SINI, para la consecución de sus fines, son documentos clasificados”. Es decir, ocultan los viajes al exterior para las reuniones de los espías peruanos con los traidores del país espiado.

En la actualidad, la inteligencia de defensa, que está bajo el control operativo de la Segunda División de Estado Mayor del Comando Conjunto de las Fuerzas Armadas, que dirige, coordina y centraliza los órganos de ejecución en la producción de inteligencia especializada para la defensa nacional en el campo o dominio militar, se encuentra ausente de dirección política y sin marco legal vigente en razón del proceso de reorganización mencionado.

En breve, esta División del Estado Mayor Conjunto actualmente, hoy y este momento, hace inteligencia contra las FFAA de los posibles enemigos de Perú, con Chile a la cabeza de la lista, contradiciendo en forma clara los argumentos de El Comercio. ¿Es esto una anomalía o una inmoralidad?. Anomalía no es; lo hacen todos los países, incluso Perú y Chile. Inmoral?; en este ámbito caben muchos argumentos y posiciones.

En una columna anterior relataba la instalación de aparatos de escucha en los enchufes del edificio de la embajada de Chile en Lima el año 2001 por parte de la DINI, y la cruda respuesta del Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores de Perú Javier Pérez de Cuellar, (“La embajada de Chile debería mejorar la seguridad de sus instalaciones”), acción hostil que según los argumentos de El Comercio, es también responsabilidad del gobierno de Humala, como continuador del estado peruano.
Pero tenemos otro caso mas reciente. Un medio peruano, junto a la foto de un oficial de la Armada de Chile, explica que dicha fotografía fue exhibida en la audiencia del Congreso peruano: “De acuerdo con fuentes relacionadas con la investigación judicial, la identidad del capitán de corbeta de la Armada chilena Francisco Calvanese está corroborada en el escalafón oficial de la Marina de Chile, así como en el Servicio de Registro e Identificación del vecino del sur”.
Como es sabido, el escalafón oficial de la Armada de Chile es un documento reservado, que al ser mostrado por la inteligencia naval peruana en el Congreso de su país muestra sin la menor duda, que la Inteligencia Naval de Perú está haciendo el trabajo señalado en la Directiva N° 06 CCFFAA/D2 FEB 02, -producir inteligencia estratégica del Frente Externo-, que tanto ofende a Humala y tanto escandaliza a El Comercio. Es decir, la ley peruana les manda espiar y ellos espían … ¿los sancionarán por cumplir la ley, cumplir la planificación, obedecer a sus jefes militares y políticos y espiar a Chile?

Por favor, un poco de coherencia. Paren la hipocresía y pónganse serios. Se están desprestigiando como país y desprestigiando a la región.

Espionaje: Lo que va de Pérez de Cuéllar a Gonzalo Gutiérrez

Javier Pérez de Cuellar es probablemente uno de los diplomáticos mas conocidos y respetados de Perú. Su currículo es impresionante: nacido en 1920, diplomático desde 1944, siendo ya abogado y profesor de derecho internacional. Fue embajador de Perú en Suiza, Unión Soviética, Polonia, Francia, Gran Bretaña, Brasil y las Naciones Unidas
Al servicio de las Naciones Unidas tuvo una participación destacada en Zambia, Afganistán e Indochina.
Su actuación como mediador y negociador en política le han merecido el reconocimiento de la comunidad internacional, lo que se muestra en los numerosos premios y distinciones que ha recibido a lo largo de su carrera política, entre los cuales se encuentre el Premio Príncipe de Asturias de Cooperación Internacional de 1987; además, ha sido investido doctor Honoris Causa por varias universidades y es miembro de la Academia Francesa de Ciencias Morales y Políticas.
Fué profesor de derecho Internacional en la Academia Diplomática del Perú y Profesor de Relaciones Internacionales en la Academia de Guerra Aérea de su país. Escribió un Manual de Derecho Diplomático (Manual of Diplomatic Law), 1964, con ediciones posteriores corregidas y aumentadas.
En 1994, en medio de una situación de instabilidad en su país, aceptó presentarse como candidato a la presidencia de su país, apoyado por los partidos de oposición a Fujimori; en la elecciones de 1995, Pérez de Cuellar quedó a 20 puntos de quien resultara elegido, el presidente Alberto Fujimori.
En la Constitución de Perú existe la figura del Presidente del Consejo de Ministros del Perú, comúnmente llamado «Premier» o «Primer Ministro» el cual es nombrado por el Presidente de la República y ratificado por el Congreso.

Según la Constitución Política del Perú, el Primer Ministro es, luego del Presidente de la República, el portavoz autorizado del Gobierno.

Javier Pérez de Cuéllar fue Presidente del Consejo de Ministros del Perú simultáneamente con el cargo de Ministro de Relaciones Exteriores desde el 22 de noviembre del 2000 al 28 de julio del 2001, durante la presidencia de Valentín Paniagua.

Como se puede apreciar Pérez de Cuéllar es un diplomático experto, de amplia experiencia internacional y de un probado buen juicio y habilidad negociadora, en breve, un diplomático de peso que no toma posiciones livianamente.

El año 2001, a fines de su desempeño como Primer Ministro y Ministro de Relaciones Exteriores, recibió una protesta de la Embajada de Chile en Perú, reclamando por el hallazgo de varios micrófonos instalados subrepticiamente en sus dependencias en Lima. Es evidente que un trabajo de esas características, audacia y descaro solo podía provenir de instancias oficiales especializadas. Es bueno recordar también que en la vida política interna de Perú, la escucha subrepticia de teléfonos, robo de documentos y colocación de sistemas de escucha, es materia de uso habitual.
Pues bien, Pérez de Cuéllar portavoz oficial del Gobierno del Perú, respondió en forma clara y concreta: “La embajada de Chile debería mejorar la seguridad de sus instalaciones”, punto, caso cerrado. El mensaje fue claro; en el patio de los niños grandes se juega sin llorar. No hubo disculpas, ni promesas de enmienda ni juramentos de amor.
El Gobierno de Chile de la época, tomó nota y comenzó a tomar las medidas apropiadas con mayor rigurosidad y entendió la “doctrina” de su país anfitrión.

¿Qué ha pasado desde ese ayer de Paniagua y Pérez de Cuéllar al hoy de Humala y de Gonzalo Gutiérrez?, se puede apreciar que ha habido un cambio radical, desde la diplomacia realista y digna a la política de barrio y plañidera.

Si bien es evidentemente cierta la influencia de la política interna peruana en su errático comportamiento internacional, en especial cuando el Presidente Humala se encuentra en pésimas condiciones en las encuestas y su esposa, que era la esperanza de su movimiento, ha caído brutalmente debido a la revelación de escándalos de lavado de dinero. Sin embargo no es menos grave en todo esto que en el año 2015, las mas altas autoridades políticas del Perú no temen complicar gravemente las relaciones con Chile sin mayor reflexión.

La conclusión de eso es evidente. La República de Chile no les suscita mas respeto ni interés que sus problemas locales inmediatos. La sobria reacción chilena en este incidente nos parece un ejemplo de una situación bien manejada. El presidente Humala quedo expuesto en su maniobra y algo de credibilidad recuperó nuestra diplomacia. Solo queda esperar que el Perú no nos volverá s someter de nuevo a este tipo de situaciones.

La historia, para tristeza de los chavistas-pacifistas locales, tiende a matizar esa esperanza.
Mientras en Perú los intereses personales del Presidente prevalezcan sobre los intereses de Estado y la Cancillería peruana no sea capaz de hacer valer su asesoría y capacidad técnica, la relación estará sujeta a vaivenes y cambios inesperados.