Sostengo que Boric es “ESTRAMBÓTICO”, es decir “una persona extraña. Poco común, hecha de caprichos”
“Es una persona que se comporta, viste o habla de forma estrambótica”.
Emprendió una tarea que le quedaba muy grande. Él mismo dudó de lanzarse a la aventura, pero las cosas “se fueron dando” fuera de su control y despertó siendo Presidente.
No daba el ancho y recurrió a una forma de engaño que, – en el pasado y en un Consejo de Curso de Liceo – le debe haber funcionado: imitar a personas conocidas o escandalosas.
Hasta ahora, los personajes y personalidades que ha tratado de simular no han funcionado, proyectando una imagen no solo insuficiente sino incluso ridícula.
Es muy difícil aparentar lo que no se es; talvez podría haber resultado más eficaz si hubiera mostrado su propia y deforme personalidad.
-De las muchas “performances imitativas” de Boric, quizás la más patética sea la del “Zapato roto de Mujica”.
El presidente uruguayo José Mujica se presentó a la Cumbre del Mercosur en Brasilia calzando un par de zapatos viejos y rotos, para asombro de las siempre muy elegantes presidentas de Argentina y Brasil.
Mujica aparentó sorpresa pretendiendo que no se había dado cuenta, al vestirse apuradamente en su casa de Rincón de Cerro, previo a emprender el viaje. Risas y fotos.
Boric se inspiró en este personaje para lo cual se presentó en la ONU embutido en un largo abrigo negro y con el zapato de su pié derecho roto en la punta, mostrando el dedo gordo.
Se hizo fotografiar en esa facha, desde un ángulo que mostrara su zapato derecho roto en la misma manera que “Pepe” Mujica. El personaje “no pegó” y fue desechado.
-Ha intentado otros caracteres similares: “el Presidente democrático y querido por las masas” cruzando a la Alameda a pie, rodeado de matones de 130 kilos; paseando en bicicleta, rodeado de (sus odiados) carabineros; saliendo del auto blindado frente a la Moneda a medio vestir, desaseado, marrueco abierto, camisa afuera, mientras es fotografiado en una actitud “espontánea”.
No han causado buena impresión.
-Durante la campaña y algunas otras veces, también intentó hacer un “Allende”. Anteojos de marco oscuro y grueso, brazo en alto y puñete en la mesa, modulando y enfatizando las palabras, recio y masculino, enérgico. Demasiado lejos del auténtico Boric, entendió que no daba el ancho y que era mejor abortar. Abandonó.
– También trató con un “Trump”, echado sobre el atril, gesto amenazante, hablar golpeado, amenazante. No funcionó. Además el modelo era demasiado antipático.
– También caracterizó a “Bukele”, jockey, tenida deportiva, simpático. Duró poco, poquito.
– Fue también el “Jóven Romántico”, leyendo un grueso libro de poesías, al sol y con un hermoso paisaje de fondo. Era muy falso, nadie lee poesías con el sol de frente, menos se hace fotografiar fingiendo estar concentrado en el amor y el romance.
– También manifestó su aspiración de ser farero solitario, en un faro en el fin del mundo, sin nadie que interfiera su disfrute de la naturaleza y de la ensoñación romántica. Esta aspiración es alcanzable, en Chile hay varios faros que reúnen esas condiciones y están a su disposición, la parte mas complicada es encontrar un fotógrafo a tiempo completo que deje constancia de su romántico día a día.
-Respecto a otras personas de carácter y personalidad mas fuerte, su actitud es de subordinación y admiración levemente perruna. Es evidente su devoción a Alberto Fernández, accidentalmente al mando en Argentina, cuyo desparpajo, actitud confianzuda, evidente pillería y astucia de arrabal parecen alborotarlo y llevarlo a un sometimiento repudiable pero evidentemente intenso. Un presidente de Chile, llevado por el cuello y tratado como adolescente por un chulo que funge como presidente de Argentina, sin duda nos ha proporcionado un espectáculo novedoso e inesperado.
-El joven rebelde, irrespetuoso y demoledor de rangos. El primer rasgo que sorprendió a los chilenos fue el día de su investidura como presidente, sin corbata, mal trajeado, mentalmente ausente y añadiendo “sorpresas” a la ceremonia tradicional como dar vueltas alrededor de los demás participantes y sonreír bobaliconamente cuando no venía al caso, fue solo el aperitivo para los varios espectáculos que dio a Chile y al mundo, en repetidas ceremonias militares que tuvo la exigencia de presidir, momentos en que no pudo llevar al paso de la banda, giró en la dirección más sorprendente e inesperada posible emprendiendo la marcha hacia ninguna parte, chocando con sus edecanes, empujando al Comandante militar de las fuerzas que le rendían honores y simplemente avanzando hacia ninguna parte hasta ser agarrado por el brazo por alguien interesado en que no siguiera haciendo el ridículo y regresado a su lugar en la ceremonia.
Yo tengo la duda -que no me desvela, debo confesarlo- si fue un show inesperado, original y espontáneo o fue una tonta manera de mostrar su falta de empatía, irreverencia y falta de respeto hacia los soldados, público presente y televidentes.
Como sea, su actitud en este nivel cabe perfectamente en el título de esta columna: estrambótica.
La literatura técnica nos ofrece una amplia información respecto a lo que no funciona en el juicio de Boric, pero no siendo la siquiatría algo de mi especialidad, les sugiero iniciar la búsqueda en Google a partir de narcisismo: es el amor que se dirige un sujeto a sí mismo.
Fernando Thauby García
16 de marzo de 2023