Archivo por meses: marzo 2023

Boric, El Estrambótico

Sostengo que Boric es “ESTRAMBÓTICO”, es decir “una persona extraña. Poco común, hecha de caprichos”

“Es una persona que se comporta, viste o habla de forma estrambótica”.

Emprendió una tarea que le quedaba muy grande. Él mismo dudó de lanzarse a la aventura, pero las cosas “se fueron dando” fuera de su control y despertó siendo Presidente.

No daba el ancho y recurrió a una forma de engaño que, – en el pasado y en un Consejo de Curso de Liceo – le debe haber funcionado: imitar a personas conocidas o escandalosas.

Hasta ahora, los personajes y personalidades que ha tratado de simular no han funcionado, proyectando una imagen no solo insuficiente sino incluso ridícula.

Es muy difícil aparentar lo que no se es; talvez podría haber resultado más eficaz si hubiera mostrado su propia y deforme personalidad.

-De las muchas “performances imitativas” de Boric, quizás la más patética sea la del “Zapato roto de Mujica”.

El presidente uruguayo José Mujica se presentó a la Cumbre del Mercosur en Brasilia calzando un par de zapatos viejos y rotos, para asombro de las siempre muy elegantes presidentas de Argentina y Brasil.

Mujica aparentó sorpresa pretendiendo que no se había dado cuenta, al vestirse apuradamente en su casa de Rincón de Cerro, previo a emprender el viaje. Risas y fotos.

Boric se inspiró en este personaje para lo cual se presentó en la ONU embutido en un largo abrigo negro y con el zapato de su pié derecho roto en la punta, mostrando el dedo gordo.

Se hizo fotografiar en esa facha, desde un ángulo que mostrara su zapato derecho roto en la misma manera que “Pepe” Mujica. El personaje “no pegó” y fue desechado.

-Ha intentado otros caracteres similares: “el Presidente democrático y querido por las masas” cruzando a la Alameda a pie, rodeado de matones de 130 kilos; paseando en bicicleta, rodeado de (sus odiados) carabineros; saliendo del auto blindado frente a la Moneda a medio vestir, desaseado, marrueco abierto, camisa afuera, mientras es fotografiado en una actitud “espontánea”.

No han causado buena impresión.

-Durante la campaña y algunas otras veces, también intentó hacer un “Allende”. Anteojos de marco oscuro y grueso, brazo en alto y puñete en la mesa, modulando y enfatizando las palabras, recio y masculino, enérgico. Demasiado lejos del auténtico Boric, entendió que no daba el ancho y que era mejor abortar. Abandonó.

– También trató con un “Trump”, echado sobre el atril, gesto amenazante, hablar golpeado, amenazante. No funcionó. Además el modelo era demasiado antipático.

– También caracterizó a “Bukele”, jockey, tenida deportiva, simpático. Duró poco, poquito.

– Fue también el “Jóven Romántico”, leyendo un grueso libro de poesías, al sol y con un hermoso paisaje de fondo. Era muy falso, nadie lee poesías con el sol de frente, menos se hace fotografiar fingiendo estar concentrado en el amor y el romance.

– También manifestó su aspiración de ser farero solitario, en un faro en el fin del mundo, sin nadie que interfiera su disfrute de la naturaleza y de la ensoñación romántica. Esta aspiración es alcanzable, en Chile hay varios faros que reúnen esas condiciones y están a su disposición, la parte mas complicada es encontrar un fotógrafo a tiempo completo que deje constancia de su romántico día a día.

-Respecto a otras personas de carácter y personalidad mas fuerte, su actitud es de subordinación y admiración levemente perruna. Es evidente su devoción a Alberto Fernández, accidentalmente al mando en Argentina, cuyo desparpajo, actitud confianzuda, evidente pillería y astucia de arrabal parecen alborotarlo y llevarlo a un sometimiento repudiable pero evidentemente intenso. Un presidente de Chile, llevado por el cuello y tratado como adolescente por un chulo que funge como presidente de Argentina, sin duda nos ha proporcionado un espectáculo novedoso e inesperado.

-El joven rebelde, irrespetuoso y demoledor de rangos. El primer rasgo que sorprendió a los chilenos fue el día de su investidura como presidente, sin corbata, mal trajeado, mentalmente ausente y añadiendo “sorpresas” a la ceremonia tradicional como dar vueltas alrededor de los demás participantes y sonreír bobaliconamente cuando no venía al caso, fue solo el aperitivo para los varios espectáculos que dio a Chile y al mundo, en repetidas ceremonias militares que tuvo la exigencia de presidir, momentos en que no pudo llevar al paso de la banda, giró en la dirección más sorprendente e inesperada posible emprendiendo la marcha hacia ninguna parte, chocando con sus edecanes, empujando al Comandante militar de las fuerzas que le rendían honores y simplemente avanzando hacia ninguna parte hasta ser agarrado por el brazo por alguien interesado en que no siguiera haciendo el ridículo y regresado a su lugar en la ceremonia.

Yo tengo la duda -que no me desvela, debo confesarlo- si fue un show inesperado, original y espontáneo o fue una tonta manera de mostrar su falta de empatía, irreverencia y falta de respeto hacia los soldados, público presente y televidentes.

Como sea, su actitud en este nivel cabe perfectamente en el título de esta columna: estrambótica.

La literatura técnica nos ofrece una amplia información respecto a lo que no funciona en el juicio de Boric, pero no siendo la siquiatría algo de mi especialidad, les sugiero iniciar la búsqueda en Google a partir de narcisismo: es el amor que se dirige un sujeto a sí mismo.

Fernando Thauby García

16 de marzo de 2023

BORIC Y SUS ESCUPIDORES

El “equipo” de Boric era como un lote de niños mal educados instalados en un balcón desde donde escupían a los transeúntes.

Su arma, su argumento y su expresión era el escupo.

Desde ahí y con su instrumento repugnante castigaron, desaprobaron, descalificaron, silenciaron e inmovilizaron a los que transitaban bajo su atalaya para llevar a cabo sus actividades.

Ellos permitían el paso, lo limitaban o lo prohibían a su gusto. Alejaban a algunos, dejaban aproximarse a otros, a su capricho. Sus preferencias eran inescrutables, solo ellos sabían las razones o sinrazones que provocaban sus asquerosas expresiones.

La ocurrencia de un extraño fenómeno los mandó a la calle a vivir la normalidad de la gente que hace cosas.

Cuando algo no les gustó, como era su costumbre, los escupieron: la Siches trató de ir a Temucuicui a mostrar su excelencia y fracasó, los transeúntes se rieron de ella, los escupió y ellos la cachetearon; escupió a la Cámara de Diputados y lo mismo, las redes sociales la abofetearon; la ministro de Bienes Nacionales insultó calumnió y escupió a un Carabinero agredido por una turba, la ciudadanía y los medios la aporrearon; Boric quiso limitar los retiros de los fondos de las AFPs que cuando estaba en el balcón apoyaba con entusiasmo y la gente lo rechazó, ni siquiera trató de escupirlos, ya sabe que esa herramienta perdió todo su filo.

 La reacción de Boric y sus escupidores es de perplejidad, no entienden lo que pasa, se sienten perdidos y desorientados, no saben cómo reaccionar, no pueden asimilar la idea de que escupir a lo que no entienden o no quieren no es aceptable, tampoco de que sus incompetencias no pueden ser disimuladas con escupos ya que estos perdieron su eficacia y para peor, los agredidos les responden.

Boric y sus escupidores tendrán que madurar, aprender a respetar y reemplazar sus hábitos asquerosos por eficacia, competencia y trabajo.

Nueva y cansadora experiencia, probablemente para ellos imposible.

Fernando Thauby García

21 de Marzo de 2023

BORIC EN EL COSTA CONCORDIA

El 13 de enero de 2012, se varó el crucero de lujo italiano “Costa Concordia”, después que su capitán se desviara intencionalmente de su rumbo programado, para navegar mucho más cerca de la costa de lo permitido y chocar con un arrecife. El barco naufragó frente a la isla de Giglio, en Toscana, lo que requirió la evacuación de las 4229 personas a bordo, entre pasajeros y tripulación, de las cuales murieron 32 y 64 resultaron heridas.

El capitán, Francesco Schettino y el Primer Oficial Ciro Ambrosio, fueron arrestados bajo sospecha de homicidio involuntario. Schettino fue condenado a 16 años de cárcel por el Tribunal Supremo de Italia.

La noche del accidente, Schettino compartía con Domnica Cemortan, una bailarina de 25 años, amante del Capitán, embarcada por éste en forma ilegal. Ambos disfrutaban de la vista de las luces de la Isla de Giglio desde el Puente de Mando de nave.

Cuando ocurrió el choque se cortó la energía eléctrica, todo quedó a oscuras y el fuerte impacto no pasó desapercibido para nadie. Los tripulantes, con experiencia, notaron que ocurría algo grave.

El capitán perdió más de una hora hablando a los pasajeros por los alto parlantes, tratando de minimizar el accidente, mientras el buque se hundía.

La inactividad en el buque llevó al Comandante de la Capitanía de Puerto de Livorno (próximo a la isla de Giglio) Gregorio de Falco a comenzar a coordinar los rescates por su cuenta, desde tierra firme. Mientras miles de personas en el buque buscaban salvavidas y un espacio en los botes para escapar, Schettino ya iba en un bote camino a la playa.

El registro telefónico de la conversación entre Schettino y Falco revela una fuerte discusión:

  • Schettino: “En este momento el barco está inclinado…”
  • Falco: “Hay gente bajando por la escalera de proa, devuélvase. Vuelva al buque y dígame cuantas personas hay … ¿Está claro?. Y dígame si hay niños, mujeres o personas que necesiten asistencia, el número exacto de esas categorías”.

Pero Schettino no tenía intenciones de volver.

         Falco: “Usted tal vez se haya salvado del mar, pero ahora le va a ir mal de verdad, voy a hacer que lo pase muy mal”.

  • Schettino: “Comandante por favor, …” y luego intenta justificar su conducta explicando que “estaba coordinando el rescate desde una lancha.
  • Falco: “¡Qué va a estar coordinando ahí!, Vaya a bordo. Coordine el rescate desde ahí. ¿Se está negando?

Pero el Capitán Schettino no dio marcha atrás

Después del naufragio Falco señaló que:” Abandonar el barco es más que desertar. Es traicionar el Código Marítimo”.

El Capitán Schettino tenía dos tareas a bordo: Hacer navegar el buque con seguridad y asegurarse que los pasajeros disfrutaran el viaje.

Fue un capitán muy popular, apuesto, sociable, alternaba con los pasajeros y accedía a sus peticiones. Esa noche, por ejemplo, aceptó desviarse de su rumbo y navegar más cerca de costa que lo ordenado. Con una maniobra de giro inclinó el buque hacia su costado derecho para que los pasajeros tuvieran una mejor vista del pueblito de isla de Giglio y pudieran sacar mejores fotos. Era un buen capitán para tratar a sus pasajeros.

Cometió graves vulneraciones a la seguridad, no supo controlar las consecuencias del grave accidente, varó su buque, lo abandonó y de hecho no se hizo cargo de nada que no fuera escapar a un lugar seguro dejando a su buque y sus pasajeros sin mando ni guía, en medio de la noche. Era un muy mal comandante de buque, incompetente, irresponsables y cobarde.

Priorizó sus deberes de forma deliberadamente errónea para favorecer su propia conveniencia. Cabe preguntarse, ¿cómo es que esa persona pudo llegar a comandar un crucero de grandes dimensiones, con 4229 personas a bordo?.

Existe algo peor que un trabajador incompetente y es uno que siéndolo, se niega a reconocerlo y se muestra y comporta como superior a otros. Según Charles Darwin, “frecuentemente la ignorancia genera más confianza que el conocimiento”. La gente incompetente se rodea de personas estúpidas que lo adulan hasta que se cree inteligente. Estas personas, con cierta frecuencia, saben venderse muy bien ante sus jefes y mandantes, que son los responsables de discernir en los procesos de selección, si es verdad que poseen todas esas habilidades y aptitudes o si en realidad son solo apariencias.

La estupidez y la vanidad es una mala combinación para el desempeño de cualquier actividad de mando. En el caso del Costa Concordia, las habilidades sociales del Capitán, que se reflejaban en pasajeros satisfechos y más clientes, se impuso sobre la evaluación de su competencia profesional, fortaleza de carácter y valor.

Un par de meses antes de las elecciones presidenciales, el candidato Boric expresó en forma pública y clara que se consideraba incompetente para, eventualmente, desempeñarse como Presidente.

Las circunstancias lo llevaron a presentarse ante la audiencia a representar una “perfomance” actuando como sparring del candidato comunista Jadue, al cual venció ampliamente, para sorpresa y disgusto general.

Luego vino la sorpresa mayor, compitió y derrotó en segunda vuelta al candidato de oposición. Y resultó elegido Presidente. Por amplia mayoría.

Asumió el cargo y al año de ejercerlo y al igual que el Capitán Schettino, maniobró mal su buque y lo varó. Trató de marear a sus pasajeros con mucha palabrería[1] y perdió tiempo precioso. Mientras sus pasajeros morían ahogados, él navegaba a salvo hacia la costa.

Schettino y Boric, ¿son culpables?.

Sin duda lo son, pero también, son culpables los que los adularon hasta convencerlos de que eran capaces de enfrentar una tarea que les quedaban grandes y para las cuales no tenían las competencias, el carácter ni el valor necesario.

También son culpables los sistemas o procedimientos para seleccionar a los candidatos a ocupar los cargos de Capitanes y de Presidentes. En el caso del capitán, son los protocolos de la Compañía y en el del Presidente, de la Constitución, que exigían requisitos tan bajos que en la realidad no fueron útiles.

Elegir a un Presidente, que se haga cargo de un buque con 18 millones de pasajeros y tripulantes requiere más que una o varias entrevistas televisivas. Se requieren antecedentes profesionales, experiencia comprobable en alta dirección pública, estudios acreditados, análisis sicológicos. Pruebas de comportamiento en situaciones de crisis y en emergencias.

La voz del pueblo es imprescindible, pero su elección debe darse entre individuos comprobadamente aptos, que cumplan requisitos objetivos, predeterminados y conocidos.

De la misma manera, la organización política de la ciudadanía debe exigir partidos, movimientos y grupos que quieran competir por la Presidencia, que puedan asegurar que tienen los recursos humanos, intelectuales y de organización para conformar un Gobierno que asegure un mínimo de gobernabilidad al país.

Los recursos tecnológicos existentes pueden ser de gran ayuda a establecer y verificar el potencial de dirección y mando de la Nave del Estado de los postulantes a ese cargo.

         Fernando Thauby García

               15 de marzo de 2023


[1] Schettino, a igual que Boric, creía que “las palabras conforman realidades”.

¿PARA DÓNDE VA BORIC?

Según su estatuto, el partido de Boric está comprometido con una sociedad socialista, democrática, libertaria y feminista.

Suscribe un feminismo que entiende las relaciones entre hombres y mujeres como de abuso y explotación por parte del patriarcado hacia el mundo femenino. Cuestiona las estructuras productivas entre elite y masas; demanda el reconocimiento de la diversidad de los pueblos originarios existentes antes de la configuración del Estado nación, y defienden un Estado plurinacional. Para Convergencia Social, el logro del bienestar social implica la nacionalización de los bienes extractivos, para crear otras formas de gestión de esos recursos.

Sus transformaciones sociales e institucionales forman parte de un proyecto histórico socialista y debe involucrar una redistribución del poder y la implantación de una democracia radical para un orden social nuevo”.

En palabras de Pablo Iglesias[1], se trata de “de un movimiento estudiantil, que miramos con mucha atención, están gobernando Chile y han llegado mucho más lejos de lo que nosotros hemos llegado, representando una voluntad popular de transformación que va mucho más allá de la izquierda, que tiene que ver con una voluntad de refundar el país en términos democráticos, es algo muy emocionante”.

La Convención Constitucional, bajo la inspiración de estas ideas, intentó armar una Constitución que Boric aprobó y cuya promoción y liderazgo asumió como jefe de campaña.

Esta propuesta, que de hecho contenía las ideas centrales de su partido y que era totalmente funcional a su programa de gobierno, fue rechazada inapelablemente por los chilenos en una paliza en que votaron en una proporción de 62 % en contra y 38 % a favor.

En breve, el proyecto político representado y liderado por Boric no encontró ni la más mínima acogida.

Por otra parte, en la primera vuelta presidencial Boric fue derrotado por José Antonio Kast y para conseguir el triunfo en la segunda vuelta escondió su programa “revolucionario” en una palabrería “socialdemócrata”. Este programa necesitaba, ineludiblemente, el cambio de la Constitución por algo indefinido y no esclarecido hasta que se inició el proyecto constitucional que terminó en un fracaso.

En ausencia de una nueva Constitución a su medida, diseñó un plan para pasar, sin tener mayoría en el Congreso, tres grandes Reformas: Impositiva, Previsional y de Salud en forma sucesiva. La primera, la reforma impositiva, fue rechazada en el primer trámite constitucional.

Es entonces imperativo dar respuesta a la pregunta ¿para dónde va Boric?

Boric se declara seguidor de las ideas neo o pos marxista difundidas por Chantal Mouffe y Ernesto Laclau[2], pero estas ideas, si bien son conocidas en el mundo académico y político, son teorías administradas por elites muy reducidas. En Chile, por un grupito de profesores y estudiantes de la Escuela de Derecho de la Universidad de Chile y pocos más.

Según Boric, entrevistado por una periodista en EEUU, explicó que el fracaso de su Proyecto Constitucional se debió a que “No puedes ir más rápido que tu pueblo”. Según el entrevistado, el Rechazo fue causado por la velocidad y apuro en “avanzar” hacia el destino que ellos querían y el pueblo no los pudo seguir.

Las declaraciones de Irina Karamanos, pareja de Boric, en un congreso de feministas en España confirman estas creencias respecto al elitismo condescendiente con que miran a la ciudadanía y

la convicción de que solo sus propias ideas encarnan la verdadera voluntad popular- ellos serían la vanguardia iluminada del pueblo-, le guste o no al pueblo.

Pero ese pueblo le ha dado portazo tras portazo. Cada semana las encuestas lo muestran en una constante impopularidad: en el plebiscito constitucional lo apaleó sin compasión; la ira popular ante la inseguridad, la inflación y el desgobierno se pueden confirmar en cual lugar y hora de en que se reúnan un grupo de chilenos, con cualquier propósito, desde ir al cajero del banco o esperar el bus de recorrido.

Después del fiasco de la reforma impositiva tendrá que elegir un camino.

Los gobiernos actúan bajo dos modalidades: Se amarran a un programa, lo dividen en un conjunto de objetivos parciales sean sucesivos o simultáneos y avanzan, negociando o forzando a la oposición, hasta su cumplimiento total o parcial evalúan su éxito o fracaso por la cantidad de objetivos logrados. La otra manera es mantener una dirección general más o menos ajustada a su sustento o marco ideológico y avanzan, se detienen o retroceden, de acuerdo a las coyunturas que se vayan presentado durante su lapso de gestión y al éxito o fracaso de sus negociaciones con la oposición. No se someten a un programa o secuencia ordinal o temporal rígido, sino que valorizan más la sumatoria de los avances parciales.

El primer año de gobierno de Boric sugiere que no cuenta con un programa de objetivos concretos y mensurables sino que procede de acuerdo a su visión ideológica que, como se dijo, es entendida y practicada por un número pequeño de sus adherentes y casi nada por los demás ciudadanos. En breve, nadie sabe con claridad que pretenden hacer, más allá de ideas generales confusas e imprecisas.

Se puede pensar que para ellos, su supervivencia como grupo político está directamente relacionado con el éxito o fracaso en su primer intento de gobierno.

Desde otra perspectiva, su modelo “espejo”, el partido “Podemos” de España, siguió una trayectoria que lo llevó a la división, derrota y peligro de extinción, una de cuyas causas fue su incapacidad e incomprensión de las realidades e implicancias del manejo de la  economía en los procesos políticos y sociales.

En Chile, en el mes de Marzo de 2023, el 34% se declara de “Derecha” mientras solo el 16% se declara de Izquierda. En Chile, la Izquierda, desde el advenimiento de la “democracia”, la izquierda generalmente ha sido mayoritaria, ahora que el socialismo está en el poder, las preferencias han cambiado radicalmente.

La popularidad y el rechazo hacia Boric y hacia su gobierno son consistentemente adversas a lo que él querría. Los pronósticos económicos también son malos , aun comparados con la realidad actual que ya es mala.

Podemos concluir que la tendencia no es halagüeña para Boric y su revolución. ¿Podríamos adivinar, en forma más o menos certera, que hará desde esta fecha en adelante?

Creo que es imposible ir más allá de un par de líneas gruesas más o menos posibles:

1.- Colapsar y no terminar su período.

2.- Mantenerse haciendo una combinación de populismo y victimización, aprovechando cada ventana de oportunidad.

3.- Negociar con la oposición un plan de acción más bien modesto, pero realista y aceptable para ambos.

4.- Tirar el mantel y hacer un “Allende 2.0”

Fernando Thauby García,

10 de Marzo de 2023


[1] Líder de Podemos (España) y mentor intelectual de Boric

[2] La teoría del populismo de Ernesto Laclau:Una introducción

CARL SCHMITT Y LA IZQUIERDA CHILENA

Esta ideología[1] fue desarrollada, promovida y defendida por Carl Schmitt, filósofo militante del Partido Obrero Nacional Socialista, conocido como Partido Nazi.

Este es, exactamente, el Ideario y Comportamiento Político y Social del Partido Comunista y de parte del Socialismo en Chile, durante el siglo XX y lo que va corrido del siglo XXI.

Si se atreve a perder la inocencia política, lea a Carl Schmitt y la perderá por completo y para siempre.

Pensamiento

Schmitt fue uno de los principales ideólogos del Movimiento Revolucionario Conservador de Alemania. Su teorización se basa en la necesidad de instaurar un poder de «decisión» adecuado que termine con la lucha de clases, cosa que no es posible en un Estado liberal, en el cual no se puede justificar la exigencia del sacrificio de una vida en favor de la unidad política.

Schmitt concibe la «acción política» como «decisión» que debe tener la talla de producir un «mito» que comprometa a los individuos: tal «producción» solo puede resultar de la guerra. El Estado ya no es el portador del monopolio político, pues se ha visto reducido en importancia a tan solo otra «asociación más» y que no se encuentra por encima de la sociedad.

Schmitt propone una pluralidad, con el Estado como comunidad suprema y más intensa. Concibe la idea de «comunidad» con «personas esencialmente ligadas» y no una sociedad de «personas esencialmente separadas».

Esa «comunidad» es la que puede llevar a superar la degradación que ha producido el liberalismo al Estado que, con su negación de la política, lo ha convertido en un «sirviente burocrático armado». Su rechazo a las democracias parlamentarias pluralistas, en cuanto incapaces de controlar los nuevos potenciales surgidos de la socialización creciente del siglo xx, lo hacen optar por la dictadura como forma de gobierno.

El concepto de lo político

El concepto de Estado presupone el de «político», y el Estado es definido como el estatus político de un pueblo organizado sobre un territorio delimitado. En la época actual, el Estado se encuentra entremezclado con la sociedad, al punto que lo político no admite ser definido a partir de lo estatal. Por eso, para llegar a una definición de lo político se requiere el descubrimiento y la fijación de una distinción específica a la cual sea posible referir las acciones y los motivos políticos. Esa distinción es la distinción de «amigo y enemigo», la cual determina la esencia de lo político, y desde este criterio se puede determinar lo político y lo apolítico. En la medida que no es derivable de otros criterios, ella corresponde, para la política, a los criterios relativamente autónomos de otros ámbitos humanos: bueno y malo para la moral, bello y feo para la estética, etc.

Así, la esencia de las relaciones políticas es el antagonismo concreto originado a partir de la posibilidad efectiva de lucha. Lo político es, entonces, una conducta determinada por la posibilidad real de lucha; es también la comprensión de esa posibilidad concreta y la correcta distinción entre amigos y enemigos. El medio político es, por ende, un medio de combates concretos.

El significado de la distinción de amigo–enemigo es el de indicar el extremo grado de intensidad de una unión o de una separación, que puede subsistir teórica y prácticamente. No hay necesidad de que el enemigo político sea moralmente malo o estéticamente feo, «el enemigo es simplemente el otro que está en contra de mi posición».

El enemigo político es un conjunto de hombres que combate, al menos virtualmente, o sea sobre una posibilidad real, y que se contrapone a otro agrupamiento humano del mismo género.

El antagonismo político es el más intenso y extremo de todos y cualquier otra contraposición concreta es tanto más política cuanto más se aproxima al punto extremo, el del agrupamiento basado en el concepto amigo–enemigo. Esta relación tiene las siguientes características:

Sentido polémico (conflictivo, agonal). Todos los términos y expresiones políticas poseen un sentido polémico, tienen presente una conflictividad concreta cuya consecuencia extrema es el agrupamiento en la polaridad amigo–enemigo (que se manifiesta en la guerra y la revolución).

Sentido político-partidario. En el uso de la polémica cotidiana en el interior del estado, político es hoy usado a menudo en el mismo sentido que político-partidario, la inevitable carencia de objetividad de todas las decisiones políticas (reflejo de la distinción amigo–enemigo inmanente a todo comportamiento político).

La eventualidad en términos reales de lucha. En todo agrupamiento amigo–enemigo siempre está latente la posibilidad de la guerra. La guerra es un presupuesto siempre presente como posibilidad real y que determina de modo particular el pensamiento y la acción del hombre, provocando así un comportamiento político.

El grado de intensidad. Todo enfrentamiento puede extraer su fuerza de los más diversos sectores de la vida humana, de contraposiciones religiosas, económicas, morales, etc., pero es verdaderamente político si es lo bastante fuerte como para reagrupar a los hombres entre amigos y enemigos. El grado de intensidad es el que imprime el carácter político.

Teoría del partisano (del guerrillero, el terrorista, la Primera Línea)

Esta teoría fue expuesta en las conferencias que impartió en la Universidad de Santiago de Compostela.

El término partisano es sinónimo de guerrillero, revolucionario, y surge tras la ocupación de España por parte de Napoleón entre 1808 y 1813. El partisano es un soldado, un individuo armado que a diferencia del soldado regular tiene las siguientes características:

Irregularidad: puede portar armas o no, no ha hecho una carrera profesional, no porta uniforme, no tiene una función definida.

Telurismo: está vinculado a un lugar determinado, no necesita la logística de una batalla regular, actúa generalmente dentro de su propia gente que lo ayuda.

Extrema movilidad: tiene una gran facilidad de movimiento en el campo de batalla, no tiene tácticas establecidas.

Intenso compromiso político: posee un intenso compromiso con su tierra natal, lo cual significa que distingue a los amigos del enemigo real.

Estado total

Para Schmitt la democracia es entendida a partir del concepto de «Estado total». El Estado total es aquel que ha superado el momento liberal. Es un Estado fuerte, que se inmiscuye en todas las esferas de la vida en sociedad. En la democracia, para Schmitt, todo es político.

En este marco, se entienden sus críticas al liberalismo, al parlamento como institución y al parlamentarismo como forma de gobierno.

La democracia para él no requiere del voto secreto (pues la política se hace en el espacio público). Por el contrario es la acclamatio, la elección a viva voz y en masa, la que le resulta compatible con su idea de democracia. La democracia es directa: no hay representantes, ni elecciones. La representación necesariamente mediatiza la inmediatez de la voluntad popular, haciéndola, en definitiva, desaparecer.

Tampoco admite la idea de pluralismo, ya que sostiene que a la democracia le es propia la homogeneidad, por lo que la unanimidad es el carácter propio de esta democracia. Las diferencias serán entonces excluidas o eliminadas al interior de la unidad política.

Fernando Thauby García

     4 de Marzo de 2023


[1] Carl Schmitt. El concepto de lo político