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El Che Guevara, héroe de la izquierda chilena

 Con sorpresa y alegría he sabido que los diputados de la UDI, Osvaldo Urrutia, Gastón von Mühlenbrock, Sergio Bobadilla y Juan Antonio Coloma, en el contexto del “negacionismo” en Chile, han pedido «que el Ejecutivo disponga que “los textos escolares de historia consignen de manera fidedigna los asesinatos cometidos por este personaje oscuro, para que nuestros niños y jóvenes no sean embaucados con falsas figuras heroicas, que no son valorados en su real dimensión, que, en este caso corresponde a la de un criminal de la izquierda latinoamericana”.

Esta viril actitud de los diputados, que se aparta de la cobardía tradicional de los políticos de derecha, viene a reivindicar una verdad imprescindible de mostrar a la juventud chilena.

1.- Su primer homicidio fue un “ajusticiamiento revolucionario”.

En efecto, es mucho lo que se puede decir de este siniestro individuo pero veamos solo algunos casos que muestran al personaje en cuestión en toda su maldad, perversión, incompetencia y crueldad y que han sido mantenidas ocultas por sus cómplices de la izquierda internacional. Guevara llegó a ser un “fusilador” compulsivo e indiscriminado; su carrera la inició el 18 de febrero de 1957 matando a sangre fría a Eutimio Guerra un guía campesino acusado de pasar información al enemigo. En palabras del mismo Che: “la situación no estaba muy alegre en esos días; la columna, sin el espíritu forjado en la lucha … no acababa de consolidarse”. 

Según Jaime Costa, comandante del Ejército Rebelde, presente en el lugar en que “se juzga” a Guerra, “no había seguridad concreta … entonces se forma el tribunal y acordamos que no había seguridad de que él haya sido un delator y por tanto no podía quitársele la vida. En entonces el Che dice, ´bueno, si no se la quitan ustedes se la quito yo´, entonces todo el mundo le dice, `¿por qué tu le vas a matar?. Si tu no eres cubano y no ha confesado que es delator. Y Ramiro que era el de mayor rango y presidente del tribunal dice no se puede fusilar. Y el Che sacó la pistola y lo mató ahí”. En palabras de Guevara, “…acabé el problema dándole en la sien derecha un tiro de pistola [calibre] 32, con orificio de salida en el temporal derecho. Boqueó un rato y quedó muerto”.

Seguidamente el Che procedió a apropiarse de las pertenencias de la víctima. Según el propio Guevara, le interesaba sobremanera el reloj. “Al proceder a requisarle las pertenencias no podía sacarle el reloj amarrado con una cadena al cinturón, entonces él me dijo con una voz sin temblar muy lejos del miedo: ‘Arráncala, chico, total…’ Eso hice y sus pertenencias pasaron a mi poder.” 

Mas adelante y tratando de justificar el homicidio, el Che manifiesta públicamente: “Para enviar hombres al pelotón de fusilamiento, la prueba judicial es innecesaria. Estos procedimientos son un detalle burgués arcaico. ¡Esta es una revolución! Y un revolucionario debe convertirse en una fría máquina de matar motivado por odio puro.”

Posteriormente el Che escribe en su Diario:“…ejecutar a un ser humano es algo feo, pero ejemplarizante. De ahora en adelante aquí nadie me volverá a decir el saca muelas de la guerrilla”. En una carta a su padre refiriéndose a esta ejecución escribe: “Tengo que confesarte, papá, que en ese momento descubrí que realmente me gusta matar.”

2.- Asesinatos ejecutados personalmente por el Che Guevara.

Cometidos entre 1957 y 1959 no fueron parte de enfrentamientos armados sino ejecuciones a sangre fría, la mayoría sin investigación de las acusaciones y sin juicio.

En Sierra Maestra asesinó personalmente a 14 guerrilleros y civiles sospechosos de espionaje, traición, incumplimiento de deberes militares e intento de deserción. Asesinó a 175 personas en el campo de concentración de La Cabaña lugar en que se inició la eliminación sistemática de los opositores. Según le manifestó el mismo Guevara al agente Félix Rodríguez después de rendirse al ejército boliviano, los fusilados y ejecutados de diversas maneras no directamente por él sino por sus subordinados y por órdenes suyas, serían del orden de 1.500 opositores.

El 11 de diciembre de 1964, ante la Asamblea General de las Naciones Unidas y siendo Ministro de Industrias, Guevara confesó: “Fusilamientos, si, hemos fusilado, fusilamos y seguiremos fusilando”.

He dejando para el final el episodio que mejor expone su falsedad, carencia de moral y bajeza: La Traición de Santa Clara.

Los líderes del Segundo Frente Nacional del Escambray, una fuerza rebelde, no castrista, habían negociado la rendición de los soldados de Batista de guarnición en la provincia de Santa Clara, los que llegarían en tren a esa ciudad y ahí entregarían sus armas y se rendirían. Ante esto, Guevara, cuyas fuerzas operaban en la misma zona hizo una mejor oferta: les ofreció dinero a cambio de la rendición. Entre rendirse gratis y recibir dinero a cambio, los soldados de Batista optaron por la oferta del Che.

Lo que siguió es guevariano: Lázaro Ascencio, comandante del Ejército Rebelde señala que: “el tren blindado fue una acción de traición del Che Guevara … el famoso tren blindado estaba dispuesto a entregarse al Segundo Frente Nacional del Escambray, las condiciones eran muy sencillas: los soldados del tren blindado iban a entrar por la zona del acueducto de Santa Clara y allí nos iban a entregar las armas con el compromiso que ellos se quedaban ahí sin pelear… pero por filtraciones que sucedieron, el Che se entera de esa posibilidad y entonces, ¿qué hacen ellos?, atacan al tren blindado antes de que se entreguen a nosotros. Guevara y sus guerrilleros asaltan al tren y asesinan a diestra y siniestra a los soldados que esperaban la llegada de los miembros del Segundo Frente Nacional para entregarles su armas”.

La ciudad de Santa Clara, sin protección alguna es ocupada por Guevara y sus tropas, según Jaime Costa, compañero de armas de Fidel Castro desde las primeras acciones subversivas, “El primero que entra en Santa Clara ciudad es el Che y Félix Torres, un comunista de Las Villas, le dice ´Che, tienen a todos los chivatos (adherentes) de Batista y el Che, sin mas ni menos, los va matando sin interrogar; en esto el segundo que entra en la ciudad es (Camilo) Cienfuegos y el tiene una expresión: ´pero coño, aquí se han bañado en vez de agua, con sangre, porque donde quiera hay un muerto tirado en la esquina, han acabado con este pueblo!”

Ernesto Guevara, alias El Che, en Santa Clara asesinó por su propia mano a 23 personas.

Esta breve muestra de la calidad moral, la humanidad y el honor  de Guevara señalan lo profundo y grave del daño que la izquierda chilena ha hecho a nuestra juventud exaltando como modelo ciudadano, militar y humano, a través de la educación y la propaganda mentirosa, a este asesino brutal y repugnante.

Nota: A  diferencia del “Informe Rettig”, cada víctima de Ernesto Guevara (alias “Che), está documentada con nombre y apellido, fecha, lugar, circunstancias y testigos.

Controles y Equilibrios

La mayoría de los países tienen sistemas de “controles y equilibrios” entre los diversos poderes del Estado de manera de evitar los abusos y las arbitrariedades. En estos días La Moneda dice que con la experiencia con el General Soto “aprendió la lección” y alista reforma para remover en forma directa a jefes de FFAA y Carabineros, eliminando un “equilibrio de poder” cuya necesidad se aprendió duramente.

Según Chadwick “La experiencia de gobernar y la necesidad de ir modernizando las instituciones ha hecho al Presidente llegar a esta conclusión”. El objetivo de La Moneda es terminar con el llamado “decreto fundado”, el mecanismo que contiene el artículo 104 de la Constitución al que debió recurrir el Gobierno luego de la negativa del General Soto de poner su cargo a disposición.

En Chile, se creía que la supremacía sobre las FFAA la tenía la Constitución y tanto los poderes ejecutivo, el legislativo y judicial como las mismas FFAA no reconocían ni ejercían discrecionalidad alguna en su empleo. Menos aun en función de sus intereses políticos personales o de su gobierno.

Esto fue puesto a prueba de la peor manera posible durante el gobierno de Salvador Allende. Desde su triunfo, a fines de 1970, ya se temía lo peor. El 3 de enero de 1971 se aprobó el “Estatuto de Garantías Constitucionales” que el Partido Demócrata Cristiano (PDC) exigió a Allende para ratificar su triunfo electoral en el Congreso. El PDC le exigió que “se respeten las estructuras orgánicas y jerárquicas de las FFAA y el Cuerpo de Carabineros … .

No fue así, había una brecha en el sistema que era la potestad del Presidente de eliminar a los altos mandos militares por si y ante si, sin expresión de causa ni fundamentación alguna a ninguno de los otros poderes del Estado.

En 1970 el General Cesar Ruiz Danyou fue designado Comandante en Jefe de la Fuerza Aérea. En 1973 el Presidente Salvador Allende lo nombró Ministro de Obras Públicas y Transportes, cargo en el cual permaneció sólo ocho días, tras presentar su renuncia en agosto de 1973.

Según Allende para permanecer en su cargo de Comandante en Jefe debía continuar en el cargo de Ministro de Obras Públicas y Transporte para controlar una huelga general de carácter político que llevaba a cabo ese gremio. El general Ruiz renunció a ambos cargos en medio de una fuerte tensión, en la cual prevaleció la imposición de Allende ya que tenía la potestad para forzarlo a plegarse a su voluntad.

Para evitar la repetición de este abuso, en la nueva Constitución el Gobierno Militar incluyó la participación del Congreso en la eventual destitución de un Comandante en Jefe, la que luego fue desnaturalizada transformándola en el envío de una mera información al Congreso. 

Ahora, Piñera y su Ministro Chadwick consideran la necesidad de eliminar toda participación del Congreso e intentan concentrar en el Presidente el poder absoluto y total sobre el comportamiento de los Comandantes en Jefe. Que el Congreso no se queje de su irrelevancia.

Esto no es aprender, es olvidar.

CARTA A BOLSONARO, MACRI Y PIÑERA. Hora de pensar y actuar en grande

Acaba de terminar la penúltima vuelta de pleitos con Bolivia. Sigue el del Río Silala, luego, solo Dios sabe. La creatividad boliviana para entorpecer el desarrollo y la integración regional es inagotable. La capacidad para hacerse daño también.

El apogeo de Evo coincidió con el del Foro de Sao Paulo y Unasur, articuladores de la intención de conformar la Patria Grande e imponer el socialismo. El Foro integrado por los gobiernos socialistas de Argentina, Brasil, Uruguay, Venezuela, Ecuador, Cuba y el apoyo de Bergoglio de Argentina, lo animaron a creerse sus propias fantasías. En Chile, Bachelet se esforzó por dejar amarrado -en su estilo de tirar la piedra y esconder la mano- la cesión de un enclave territorial en Chile, que el Gobierno de Piñera rechazó sin apelación. Eso terminó. En todos los países de la región, descontando las dictaduras de Cuba, Bolivia y Venezuela, hay gobiernos liberales. Se abren nuevas oportunidades para progresar avanzando con realismo.

La Patria Grande socialista fracasó. Aunque las izquierdas se nieguen a asumirlo.

Se abre una nueva oportunidad: la Integración Liberal para la globalización.

La integración regional tiene un concepto clave: los “corredores bioceánicos” o mejor, los “corredores de comercio”, que no son para transportar carga desde un puerto en el Atlántico hacia otro en el Pacífico sino para transportar productos desde el corazón de Sudamérica indistintamente hacia puertos en uno o ambos océanos, en que su rol central no es alimentar un comercio cerrado intrarregional sino de importación y exportación hacia y desde el exterior de la región, para interactuar con el mundo global.

Desde nuestra perspectiva, el transporte desde Brasil y Argentina hacia el Asia Pacífico son prioritarios, y es ahí donde se juega el desarrollo de la frontera norte del país y en especial del Puerto de Arica.

En el ámbito del transporte terrestre, Bolivia ha jugado un rol obstruccionista destacado. El primer corredor o “eje de conectividad vial intrarregional” se planeó el año 2007 y fue el llamado “Corredor Central” que uniría por vía carretera el puerto de Santos en Brasil con Arica en Chile, pasando por Bolivia.

Durante su recorrido, cruza las ciudades intermedias brasileñas de São PauloCampo GrandeCorumbá y las bolivianas de Puerto SuárezSanta Cruz de la SierraCochabamba y Oruro, para concluir en Arica.

El corredor vial está construido pero inoperante; Evo exige que la carga brasileña que transite por su país, sea transportada exclusivamente por empresas bolivianas lo que obviamente no puede ser aceptado por Brasil.

Esta exigencia liquidó el proyecto y ese corredor no pudo entrar en servicio regular perjudicando a Chile y a Brasil.

Desde otra perspectiva, la política nacional de transporte carretero hacia y desde Chile ha estado marcada por los intereses sectoriales bolivianos, la influencia política y la animadversión de Morales hacia Chile.

Dado que fracasó el acuerdo respecto del régimen de uso del Corredor Central, se hizo necesario diseñar y poner en ejecución un nuevo proyecto (sin la participación de Bolivia) que uniera el centro oeste y el sur de Brasil, Paraguay y Argentina, con los puertos del norte de Chile.

En 2014 se puso en ejecución un proyecto de integración vial que ha tenido un desarrollo importante y exitoso. Esta alternativa transita por Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, partiendo de Sao Paulo, atravesando el Mato Groso del Sur, pasando por Paraguay, Paso Hondo en Salta (Argentina), paso de Jama hacia Antofagasta y finalizando en los puertos chilenos de Antofagasta, Mejillones e Iquique y está en sus fases finales de construcción. Las obras y lo mas complicado, el reglamento de operación del corredor, deberían entrar en funciones dentro de los próximos dos años.

El transporte terrestre binacional Arica a La Paz es otra muestra de las inconsistencias y caprichos bolivianos. El tratado de 1904 entre ambos países incluyó cláusulas para facilitar a Bolivia el acceso a puertos chilenos, entre las que destaca la obligación de Chile de construir un ferrocarril entre Arica y La Paz y derechos de libre tránsito hacia puertos en el Pacífico.

El ferrocarril se construyó pero a poco andar Bolivia adoptó como política no mantener operativo su tramo nacional y retener los vagones en su país sin devolverlos a Arica y comenzó a reemplazar el transporte ferroviario por transporte carretero, exigiendo a Chile la construcción y conservación de una vía carretera de altísimo costo, que el pesado tráfico boliviano (500 camiones diarios) destruye rápidamente.

Así, Chile llegó a la absurda situación de tener que mantener un tramo de ferrovía en territorio chileno, que no va a ninguna parte y que es inútil ya que el lado Boliviano se encuentra fuera de servicio, mientras simultáneamente mantiene en servicio, a sus costas, una carretera que sirve solo Bolivia.

Chile tiene dos culpas en esta situación absurda: no cobrar peaje,  lo que tiene todo el derecho, ya que pagar el costo por el uso de la ruta no es limitar el libre tránsito y segundo, porque no tiene la obligación de mantener a su costa dos vías transporte, una carretera y otra ferroviaria. Bolivia debe elegir una u otra.

Fuimos débiles.

Actualmente la prepotencia de los camioneros y autoridades bolivianas impone una serie de externalidades negativas en Arica, que no son debidamente cobradas a ese país. Chile está constantemente haciendo nuevas “ofertas” a Bolivia y ese gobierno se regodea poniendo nuevas y mas absurdas exigencias.

Chile mostró su falta de política respecto a Bolivia cuando abandonó a sus empresarios a su suerte y permitió que los chilenos dueños de ferrocarriles en Bolivia fuera expulsados, perdiendo chile una poderosa carta de negociación.

La Ferroviaria Oriental, que perteneció a Manuel Cruzat (50%) y que en un proceso de quiebra pasó a manos del grupo norteamericano Genesee Wyoming (que no pagó el precio y luego vendió a un tercero venezolano), y Ferroviaria Andina que pertenecía (24%) al Grupo Luksic. En ambos casos, el poder de los empresarios chilenos se esfumó en manos de inversionistas privados en Bolivia, tanto por los favores del gobierno boliviano como por el hecho de que las potentes espaldas financieras de quien las compró corresponderían, según fuentes bolivianas, a dineros públicos venezolanos, contaminados por la corrupción, y por montos sin límites razonables. Tales ferrocarriles ahora son esenciales para concretar el Tren Bioceánico Santos-Arica o Santos Ilo si se materializara.

Aun cuando el costo del corredor Santos-Ilo es tres veces más alto que Santos-Arica, no puede descartarse su concreción por razones geopolíticas y por la permanente enemistad de Bolivia con Chile.

Las inversiones citadas están marcadas además por la presencia del empresario venezolano-paraguayo, Carlos Gill Ramírez, asentado en Bolivia desde el año 2008, hoy día fuertemente vinculado a Evo Morales y al Vicepresidente Álvaro García Linera, y que fuera entronizado en los círculos de poder bolivianos por el embajador venezolano en este país[1].

Gill Ramírez ha exhibido una capacidad financiera poco habitual para inversionistas individuales. Bancos, agroindustria, hidrocarburos y actividades de transporte, lo transformaron en uno de los principales empresarios de Bolivia, con propiedades entre las que se cuentan las dos empresas ferroviarias ya citadas. Sus conexiones políticas y financieras con los gobiernos de Maduro y Morales permiten desconfiar de la transparencia de sus negocios. De cualquier manera, constituyen una clara intervención chavista en contra de los intereses nacionales de Chile y Brasil.

Así estamos, paralizados por nuestra desaprensión, carencia de visión y timidez diplomática y política.

Es hora de juntar fuerzas con los nuevos gobierno de Brasil y Argentina y estructurar y ordenar el transporte terrestre continental para poner en juego los inmensos recursos ubicados en el centro del continente.

La clave es que es imprescindible terminar con el aislacionismo comercial regional implantado por el Mercosur, ALBA y Unasur y el consiguiente atraso y pobreza de los estados.

La región debe de asumir que solo integrándose al mundo podrá disponer de los recursos para ser próspera. De no hacerlo, estaremos condenando a nuestros países a otro siglo de pobreza.

Es hora de acción, de voluntad, de audacia y de firmeza.

Las condiciones están, ¿están listos los líderes nacionales?, ¿lo está Piñera, lo está Macri, lo está Bolsonaro?.


[1] Ver Santiago Escobar; El Mostrador, 2018.

Chile 1975 – 1978 Cosas de milicos y de rotos

La amenazas vecinales a Chile se iniciaron temprano en la década de los ´70. El ataque de Perú en la frontera norte se iniciaría el 5 de octubre de 1975. Perú estaba bien equipado, el 29 de Julio en el Día de su Independencia Nacional, mostró sus 54 tanques T-55 con cañones de 100 mm, 3 baterías de Obuses Yugoslavos de 105 mm; 60 tanques Sherman M-4; 100 tanques franceses AMX 13. Después llegaron, desde la URRS, 50.000 fusiles AK 47; 2 baterías antiaéreas SAM 3 y SAM 6 y una cantidad desconocida de misiles SAM 2 y SAM 7 y 30 helicópteros de combate MI 8, mientras Chile, en parte gracias a los buenos oficios del red set establecido en Washington, estaba sometido a un estricto embargo de armas, al que adherían nuestros buenos amigos los gobiernos de Francia, España, Suiza, Austria. Hasta los obreros escoceses de la empresa que hacía mantención a las turbinas de nuestros aviones Hawker Hunter se negaron a repararlas, asestándole un feo golpe a nuestro poder aéreo. Por esta acción posteriormente, fueron condecorados por el gobierno de Bachelet.

Ahí estuvimos los milicos y los rotos; lo que no teníamos en armas lo teníamos en espíritu de sacrificio, empuje, porfía y dureza. La fronda no estuvo ahí, que decir de los heroicos combatientes de la izquierda. La primera no se mete en esos asuntos, no es cosa de ellos, para eso hay otro tipo de gente y la segunda estaba en plena “resistencia”. No olvidemos que desde 1973 hasta 1975, después de la arrancadera magna de los revolucionarios, solo quedaron la hilachas del MIR que “no se asila”. Según Marco Enriquez – Ominami el es hijo de un combatiente revolucionario, según el Poder Judicial su padre fue un mártir de la represión, asesinado por pensar distinto. Mientras tanto, el PC preparaba su ejército para la Operación Retorno en 1978.

Los cubanos, solidarios ellos, le ofrecieron al general Morales Bermúdez de Perú, durante una visita a Cuba un ejército de 10.000 soldados equipados por los soviéticos. Morales se dio cuenta de inmediato para donde iba la jugada de Fidel, crear un Viet Nam entre Perú, Bolivia y Chile, con sangre nuestra. El peruano, inteligente, le dio las gracias y se volvió al Perú convencido que la guerra con Chile no iba para ninguna parte. Fidel, para no desperdiciar el ejército lo mandó a Angola donde, al mando del incompetente Che Guevara, fue derrotado inapelablemente y sus soldados sirvieron solo para abonar los campos africanos. El Che huyó a Bulgaria.

Entre 1973 y 1076 Piñera estuvo en EEUU haciendo su Master y luego su Doctorado en Economía en la Universidad de Harvard, donde pudo apreciar “el valor de la libertad, la democracia y las oportunidades de un país como Estados Unidos”. La presidente de la Cámara de Diputados Maya Fernández, en Cuba, disfrutaba de su condición de vástago de la elite revolucionaria. Los “exiliados” en Europa del Este divididos en dos grandes lotes, unos fabricando pernos y tuercas en una fábrica anticuada y mugrienta, escondiéndose para hablar sin que los grabaran, y otros “estudiando” marxismo y avanzando en la formación de su conciencia revolucionaria, además de hacer todo lo posible por sabotear los esfuerzos de “los rotos y los milicos” que se resistían a ser pasados por encima, mientras además arriesgaban el cutis para evitarla acción armada de la “resistencia”.

El Presidente de Perú tuvo el buen gusto de morirse oportunamente y dejó en condiciones a sus seguidores -encabezados por Morales Bermúdez-  de buscar una forma menos peligrosa de celebrar el centenario de la Guerra del Pacífico.

Argentina por su parte, venía dando tumbos en su economía, seguridad interna y en su régimen político. Los militares enfrentaban una disyuntiva difícil: embarcarse en un hecho militar heroico que “galvanizara” a las masas o el derrumbe completo y total del régimen militar. Se optó por el primer camino, que se materializaría mediante un ataque armado a Chile el día 22 de diciembre de 1978.
Y ahí partieron otra vez los milicos y los rotos. ¿Dónde estaban los Piñera, Espina, Chadwick y su inmensa parentela, los diputados y senadores, los jóvenes elegantes de Chile?, en varias partes, menos en el Beagle pasando frío y metidos en el barro esperando un ataque, desde septiembre de 1977 hasta mayo de 1979, como lo hicieron varios miles de Infantes de Marina. Tampoco en el Altiplano ni en la alta cordillera central con el Ejército. Menos piloteando un avión viejo y sin sistema de eyección. ¿Mareándose en un buque?. Eso es para “milicos y rotos”. Teillier por su parte, activando la “Operación Retorno”, preparando la “Operación Siglo XX” para asesinar al Presidente Pinochet, internando armas cubanas por Carrizal Bajo, vendiendo  o regalando drogas en las puertas de los cuarteles, volando torres de alta tensión, creando disturbios con niños de liceos y colegios en busca de “víctimas”.

En esos años Piñera, por lo menos, nos prestó un gran servicio, dice: “En 1978 obtuve la representación para Chile de las tarjetas de crédito Visa y Master Card. Entonces, creamos Bancard S.A. Que permitió a los chilenos acceder a esta nueva forma de pago y crédito”, por lo cual le estamos muy agradecidos.

En estos días en los mentideros santiaguinos se dice que se estaría preparando, entre Macri y Piñera, una ceremonia en conmemoración de la paz alcanzada por el Gobierno Militar de Chile, en esos años. Ninguno de los dos personajes se involucró en ese tema. Es dudoso que tengan una idea mas o menos realista de lo que pasó y lo que se jugó. Del valor de los rotos, los milicos y los pacos; de la pericia y liderazgo del militar gobernante chileno.

Es esa dura y gloriosa historia la que nos pone muy en alertas para repudiar que, una vez mas, los demócratas de la fronda chilena, por complacer a su auditorio de izquierda,  repitan el cuento de que dos dictadores igualmente culpables estuvieron a punto de llevar a dos países hermanos a la guerra. La verdad es que las FFAA de Chile – los “milicos, los rotos y los pacos” –  impedimos que un dictador argentino mentalmente desequilibrado -con el apoyo entusiasta y multitudinario de la opinión pública de su país-  nos agrediera, solo para salvar su corrupta tiranía. No estamos en el mismo nivel, jamás.

Sinceramente creo que todos los que estuvimos ahí nos sentiríamos seriamente insultados si se nos pusiera en el mismo plano.

Los oradores de la fronda tengan cuidado con el vértigo de micrófono y la mirada de reojo a las encuestas. Se están metiendo con situaciones y personas que no conocen ni podrían imaginar como fueron ni como son ni menos como se portaron.

Control Civil de Carabineros: Incompetencia político/policial

A raíz de una sucesión de hechos dolosos ocurridos en el Ejército y en Carabineros de Chile se ha desatado una tormenta de análisis, comentarios, recomendaciones, acusaciones y descalificaciones las mas de las cuales adolecen de una falta de información penosa. Hemos podido ver a ex – Ministros y Subsecretarios que critican los procedimientos y estructuras organizacionales existentes: ¿qué hicieron por cambiarlos?, ¿por qué vivieron en paz y armonía con ellos?, si los encontraban inaceptables y su gobierno no quiso cambiarlos, ¿por qué no renunciaron?.

Respecto a Carabineros, el Presidente Piñera, “sostuvo que lo prudente” es esperar los resultados de las investigaciones de la Fiscalía “y no quedarnos con la versión de una parte”. El argumento de Piñera fue que “ya se han cometido muchos errores, en muchos gobiernos, por confiar ciegamente en la primera versión de Carabineros. Añadió, precisando que se exigió al jefe policial “que digan la verdad, que no oculten nada”.

Un empresario, ¿acepta las informaciones del gerente de una empresa en crisis sin evaluarlas críticamente?. Es claro que quienes lo informaron incorrecta o parcialmente actuaron mal, incluso dolosamente, pero él mismo también tiene parte sustantiva de la culpa.

Le pregunto, en una materia delicada, ¿es razonable quedarse con la versión de una parte o confiar ciegamente en la primera versión?. No, es evidente; es la precipitación por evitar “costos” políticos lo que lleva a la autoridad civil a no discriminar y terminar pagando el doble.

Esa confianza ciega que defrauda a que alude el Presidente es algo muy grave que se repite reiteradamente y que, al menos a mi juicio, esconde incompetencia y frivolidad de muchas autoridades políticas/civiles.

El 15de febrero de 2011 el Gobierno de Piñera promulgó la ley que aumentaba la dotación de Carabineros en 10.000 personas mas al año 2014. El Ministro del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Hinzpeter, señaló que “nuestro Gobierno está cumpliendo con aquello con que se comprometió en la campaña presidencial y en estos 11 meses de Gobierno”,

En esos días el suscrito asesoraba a un miembro de la comisión de defensa que aprobaría la ley. Cuando pedí el proyecto me dieron el proyecto de ley, cuando insistí en “el proyecto técnico”, me dijeron no lo conocían. Pregunté porqué 10.000 y no 8.000 o 12.000, nadie tenía una idea concreta. 10.000 “sonaba bien”. Insistí tratando de saber el costo “del proyecto”; me dieron el costo en remuneraciones. Le recomendé a mi asesorado que preguntara respecto al financiamiento de aspectos tan evidentes como: alojamiento, alimentación, vestuario, equipamiento policial, equipamiento de seguridad, transporte, combustibles y vehículos, telecomunicaciones, educación, previsión a largo plazo, salud –considerando que Carabineros no tiene ley de salud-, bienestar, traslados y viáticos, infraestructura policial y un largo etc. Llegó la fecha de la sesión para analizar el proyecto, el Director General mostró un breve power-point, las preguntas de los miembros de la comisión fueron poquísimas, superficiales e insubstanciales y en medio de congratulaciones mutuas todos se fueron felices. Esa fue mi primera y última actuación como asesor.

Todo lo que importaba a los diputados era no aparecer interfiriendo con el incremento de los policías, la situación política y electoral lo hacía desaconsejable y la gran mayoría de los diputados no entendía nada y les interesaba menos. Lo peor, ni siquiera se hacían cargo de la complejidad que significaba “aumentar”, en 10.000 carabineros en cuatro años, la dotación existente. Es decir, reponer los retiros, jubilaciones o bajas diversas y “además” sumar 10.000 personas mas. No se trataba de contratar a los que pasaban frente a la comisaría y vestirlos de uniforme. Había que educarlos, entrenarlos, seleccionar y eliminar a los que no mostraran condiciones, en breve,  transformarlos en policías diestros para tratar con ciudadanos cada día mas exigentes, en situaciones conflictivas o peligrosas y en medio de un estricto marco legal.

La seguridad pública seguía suscitando inquietud en la ciudadanía y el siguiente gobierno, de Bachelet, no podía quedarse atrás.

El 8 de Octubre de 2014, con la presencia del ministro del Interior y Seguridad Pública, Rodrigo Peñailillo, la Sala del Senado aprobó en general por 26 votos a favor, el proyecto de ley que aumenta la dotación de Carabineros de Chile en 6 mil funcionarios mas entre esa fecha y el final del año 2017 es decir 6.000 mas sobre los 10.000 ya autorizados por Piñera.

No supe nada “del proyecto”, solo lo que dijo el ministro señalando que esta vez, además de las remuneraciones,  se consideraba el costo operativo directo (vestimenta básica, consumos básicos y equipamiento operativo básico)”, es decir, la nada misma. Supongo que asumirían que los gastos extras se irían determinando y otorgando mediante incrementos presupuestarios anuales, a medida que fuera apareciendo. Tampoco se aclara si el aumento de 10.000 carabineros iniciado por el gobierno anterior había sido o no completado.

El ministro destacó que el proyecto que se votó consideraba, no sólo el aumento en la dotación, sino “permite tener una relación con las policías, desde el punto de vista del Ministerio del Interior, de mayor fluidez de la información, metas y programas que se están implementando, para poder evaluar cómo se están desarrollando las distintas inversiones y los recursos de apoyo para el trabajo policial”. Esto hace suponer que existiría una intención de supervigilar la gestión institucional. Lo que siguió mostró que no había nada de eso.

Esta vez algo del profesionalismo de los Congresales fue puesto a salvo ya que durante el debate se hizo manifiesta la necesidad de hacerse cargo de la situación de Dipreca, que debía asumir mayores gastos previsionales y de salud sin contar con un reajuste de sus recursos, situación que el titular de Interior se comprometió a analizar en una mesa de trabajo.

Recientemente, en el actual gobierno de Piñera,  se formó una nueva “mesa de trabajo” para tratar el mismo tema.  

Por su parte, el diputado Gonzalo Fuenzalida manifestó que la iniciativa impulsada por el Ejecutivo “es necesaria, pero hay un tema que no se ha abordado. Por ejemplo, la PDI no tiene fondos propios para reparar y construir cuarteles, comprar espacios. Eso no está presupuestado. No sacamos nada con aumentar dotaciones si no cabe la gente en la infraestructura que tienen”: el diputado olía que el proyecto era “de juguete”. La diputada de RN Marcela Sabat calificó el proyecto de ley presentado por el gobierno como un “despilfarro”.

A continuación el General Director de Carabineros hizo un curioso juego de cifras que no fue cuestionado por nadie: “Al año 2010 la planta estaba conformada por 45.748 funcionarios y al año 2014 aumentó a 53.522 efectivos (+7.774). Recalcó que esa cifra corresponde a la planta legal que no es lo mismo que la dotación efectiva porque existen vacantes que se van produciendo, ya que el escalafón tiene movilidad permanentemente, y es así como a la fecha la dotación efectiva es de 49.808 carabineros (es decir en 14 años  -2010 / 2014- años hubo un incremento real de 4.060 carabineros, habiéndose autorizado un aumento de 10.000, el año 2011).  Esto mientras se discutía un aumento de 6.000 nuevas plazas.

El 15 de mayo, durante la segunda sesión de la comisión de la Cámara, el General Director cifró la dotación de efectivos de Carabineros, entre civiles y operativos, en 58.228 personas (incluyendo recursos para pagar a 6. 857carabineros inexistentes). El punto es que el Presupuesto 2017 entregó el dinero considerando a un total de 65.085 . … y ningún Diputado ni funcionario del Ministerio del Interior preguntó para que entregar dinero para 6.857 carabineros que el mismísimo General Director les estaba diciendo que no habían sido contratados.

Algunos diputados reclaman contra el “secretismo” de Carabineros que nunca informó la cantidad exacta de funcionarios cuyos sueldos había que pagar, sin embargo no tuvieron problemas para autorizar presupuestos “creativos” anuales durante 10 años sin hacer las preguntas que debían. ¿Cómo sería el control de las demás partidas presupuestarias?

Ni se inquietaron al autorizar un aumento de dotaciones absolutamente innecesario y que en ninguno de los dos casos, 2011 y 2014, exigieron al Ministerio del Interior ver el Proyecto que estaban autorizando. Por lo demás un simple proceso de sumas y restas les habría mostrado el caos de la gestión de personal.

El epílogo de esta frivolidad político / policial fue el robo de $ 26.000.000.000 “empozados” para pagar los sueldos a Carabineros que no existían y que el Congreso aumento su número dos veces, en 16.000 personas, en forma completamente irresponsable mientras Carabineros administraba su personal mediante el sistema de “la Lista de Revista, en la cual las reparticiones registran al personal de su dotación y los beneficios a los cuales tienen acceso. Esa Lista de Revista se cruza con los documentos oficiales de altas y bajas”. Un sistema inventado, sin duda, por Gonzalo Fernández de Córdoba, El Gran Capitán.

Si el Gobierno y el Congreso -los civiles- no ponen un mínimo de interés, seriedad y responsabilidad en su trabajo, ¿para que quieren mas autoridad y control si ni siquiera usan lo que tienen?.

Pongamos serios, esto ya no da para mas.

CHILE, EL NUNCA MAS 2.0

En la entrevista dada a El Mercurio por el general Martínez, Comandante en Jefe del Ejército, explicó su plan para generar cambios profundos en su institución.

La acción inicial consiste en «Promover la reflexión mediante el análisis y discusión de la actuación del Ejército en los últimos 50 años en todas las áreas, incluida la de los Derechos Humanos, de manera de asegurarle al país profesionales que hayan aprendido de sus acciones para las tareas que el Estado les demanda».

Consiste en el análisis respecto a cómo el Ejército ha actuado en las distintas épocas y crisis que ha atravesado.

La retrospección incluirá el tacnazo del general Viaux en 1969; el asesinato del general René Schneider en1970; el involucramiento de los altos mandos del Ejército en el gabinete del Presidente Salvador Allende; el «tanquetazo» de junio de 1973; elGolpe de Estado de 1973; el actuar durante el Gobierno Militar; el de los oficiales y suboficiales que fueron parte de organismos de seguridad y el rol de integrantes del Ejército en las violaciones a los derechos humanos; el asesinato del general Carlos Prats; el rol del Ejército entre 1990 y 1998 respecto de la figura del General Augusto Pinochet; el nunca más del general Juan Emilio Cheyre; la tragedia de Antuco; el fraude financiero en el Ejército, la investigación sobre el mal uso de fondos vinculados a pasajes y demás crisis actualmente en curso.

Este análisis, permitiría identificar como esos hechos afectaron al ethos militar, se llevaría a cabo de manera descentralizada y participarían integrantes de la sociedad civil. Se estima que en poco más de un año se tendrían los primeros resultados de las evaluaciones. Este trabajo debería concluir el año 2020.

Sería, en propiedad, un análisis histórico de hechos políticos y sociales recientes.

En palabras de R.G. Collingwood, en su Idea de la Historia, abordar este trabajo requeriría disponer de una filosofía de la historia -generalmente aceptada- ligada al estudio sistemático y organizado de la historia y reconocer los límites de esta rama de la filosofía. Requería también que los analistas no sean objeto de la influencia directa de los hechos que investigan y por último, que sean capaces de sustraerse al instinto de creerse autores de la interpretación definitiva de los hechos analizados y que deberían continuar lo que podríamos llamar el devenir interpretativo a lo largo del tiempo para evitar que sus análisis caigan en la obsolescencia.

Este tipo de intentos tiene algunas trampas en que se cae con frecuencia. La primera, olvidar que los intérpretes interpretan a partir de lo que ellos son y creen. La segunda, creer que su interpretación es definitiva -la última y final- y que ella permanecerá en el tiempo y la tercera, la mas grave, intentar establecerla “interpretación correcta”, final, definitiva y a través de ella, clavar la rueda de los análisis y dejar fijada una “historia oficial” la que no se debe tocar y que es la única a la que se permite prevalecer.

Intentar llegar, mediante el análisis de hechos en que los mismos historiadores discrepan y sobre ellos a conclusiones que permitan al Ejército “asegurarle al país profesionales que hayan aprendido de sus acciones para las tareas que el Estado les demanda» parece tarea imposible.

Lo mas evidente: porque lo que analizan no son “las acciones de los militares actuales y futuros”, ya que ellos no las ejecutaron, sino que fueron efectuadas por otras personas, diferentes a ellos en múltiples aspectos y en grado no menor, por que cuando actuaron de una u otra manera, no sabían en que iban a resultar esas decisiones y actos. Y los interpretes actuales si lo saben y para peor, en forma diversa y discrepante.

Parece que no es una buena idea y que habría que revisar las premisas en que se apoya el intento del General Martínez.

Una recomendación sería dejar esta tarea a las aproximaciones que hagan diferentes personas –historiadores- , en diferentes momentos y mediante diferentes instrumentos filosóficos e historiográficos.

La mejor forma de mostrar el progreso del Ejército es avanzar decididamente hacia la excelencia profesional y humana en los tiempos y circunstancias que corren en estos días y en el futuro próximo. Creo.

La historia, si los absolverá.