Archivo por meses: abril 2022

Y LA ARAUCANÍA TOCÓ FONDO

Fernando Thauby García

29 de Abril de 2022

Todos sabían que la estrategia para enfrentar este problema, anunciada en el Congreso por parte del gobierno, era solo un saludo a la bandera.

Los terroristas no esperaron mas y dinamizaron la crisis con una secuencia de ataques en Los Álamos, provincia de Arauco, que puso en movimiento al gobierno con el menú habitual: declaraciones, condena a los atentados, reuniones con ambas policías, promesas de trabajo conjunto y más agilidad investigativa.

A 24 horas de una seguidilla de ataques en la comuna de Los Álamos, en la provincia de Arauco, la ministro y el subsecretario del Interior se reunieron en La Moneda con el general director de Carabineros y el director de la Policía de Investigaciones para enfrentar el tema.

El Ministerio del Interior anunció medidas estratégicas y operativas para abordar los hechos de violencia mientras seguimos trabajando en las soluciones de fondo, sin introducir el Estado de Excepción.

Según la Ministro[1], “La evaluación que hemos hecho en conjunto con nuestras policías es que hay una evaluación subjetiva en torno a la seguridad, nos parece que hasta en la actualidad hay muchas medidas que tomar antes de llegar a una opción como esta. Consideramos que no permiten ni dotan a las capacidades locales algo muy sustantivo. Hemos estado fortaleciendo e implementando las medidas que en el breve plazo puedan mejorar la rondas preventivas y los tiempos de respuesta de nuestras policías, que son las que están justamente enfocadas en el control del orden público.

Según Siches, el gobierno del Presidente Gabriel Boric quiere hacerse «cargo justamente de la percepción subjetiva en materia de seguridad”, por lo que se le encomendó aquella tarea al general de Orden y Seguridad de Carabineros, Marcelo Araya, para tomar “medidas inmediatas y directas”. Necesitamos ir solucionando materias en las capacidades investigativas, en la eficacia del Estado en detectar y encontrar a quienes son responsables de estos hechos de violencia y eso, lamentablemente, no lo soluciona un Estado de Excepción.

Tuvimos casi seis meses Estado de Excepción Constitucional en el sur y, lamentablemente, no avanzamos en las soluciones de fondo, y creo que esa debe ser la mirada de los distintos actores, trabajar en soluciones que nos permitan no solo tener la percepción de seguridad, sino realmente avanzar en materias de seguridad”.

En breve y mas claro, frente a este problema de “orden público” se seguirá haciendo lo mismo, con los mismos medios -para no ofender la subjetividad del oponente- pero ahora con mas frecuencia y mas rápido.

Estas no son medidas estratégicas ni operativas, con generosidad son medidas tácticas -locales, parciales y dentro del mismo concepto operativo y estratégico evidentemente insuficiente-, en breve, nada.

Estas resoluciones se basan en un diagnóstico erróneo: “Tuvimos casi seis meses Estado de Excepción Constitucional en el sur y, lamentablemente, no avanzamos en las soluciones de fondo, y creo que esa debe ser la mirada de los distintos actores, trabajar en soluciones que nos permitan no solo tener la percepción de seguridad, sino realmente avanzar en materias de seguridad”

El Estado de Emergencia es un medio no un fin, es una herramienta, no es un producto.

El Estado de Excepción permite llevar a cabo acciones que posibiliten o faciliten la búsqueda de una solución de fondo que evidentemente es política, social y económica.

Estas negociaciones no surgirán de la nada, deben ser inducidas, estimuladas y si es necesario impuestas por el Gobierno de Chile.

Así, el Objetivo Estratégico de la primera parte de esta Campaña es “llevar a la Mesa de Negociaciones a todos los involucrados”.

En este proceso hay que identificar, neutralizar y reprimir a los violentos y a los actores cuyos objetivos sean inaceptables para el Estado de Chile.

Identificar a los violentistas no es significativo, lo que cuenta es llevarlos a la mesa de negociaciones o sacarlos de la ecuación.

Para eso sí sirve el Estado de Excepción y es una herramienta fundamental.

Mientras el gobierno no asuma que este no es un problema de “orden público”, va a seguir dando palos de ciego y enterrándose más y más en el barro y la sangre.


[1] Según “El Mostrador” textual.

ARAUCANÍA, ¿DE QUE SE TRATA?

Fernando Thauby García 22 de abril de 2022

Como la previsión, la planificación y el sentido común suele escasear entre las autoridades de gobierno los invito a hacer un pequeño periplo de lógica básica.

Cuando se va a emprender una acción lo primero es identificar con claridad la situación existente y cuáles son las características específicas y cuantificables de la condición “final” que queremos establecer.
En el caso de la Araucanía el diagnóstico ideológico del Gobierno de Boris difiere del que sustentan la parte mayoritaria de la población de la zona del conflicto y de Chile. El Congreso no ha debatido el problema ni menos llegado a posiciones formales y oficiales de los representantes del pueblo.
En breve, no hay acuerdo político ni apoyo ciudadano para emprender un curso de acción -que se reconoce de largo liento- con respaldo y apoyo.
En esta orfandad el Gobierno emitió una “estrategia” de “cinco pilares”, que “picotea” entre temas de distinto nivel:

1.- Establecer una Comisión para la Verdad y el Esclarecimiento Histórico en el conflicto intercultural, cuyo objetivo es otorgar reconocimiento y reparación a las víctimas (mapuche y no mapuche) del conflicto;
2.- Instalar parlamentos y diálogos territoriales, como un espacio de diálogo político de largo aliento que reconstruya la confianza

3.- Mejorar la eficiencia de CONADI.
4.- Poner en ejecución una Agenda Interministerial para el Buen Vivir (Ejecución pronta y pertinente de políticas públicas para disminuir la pobreza en el territorio);

5.- Establecer Seguridad (Junto con ejecutar acciones que permitan disminuir la conflictividad, el Gobierno entregará a Carabineros las herramientas necesarias para resguardar adecuadamente el orden público).

Sin analizar en detalle este listado, se puede apreciar que la “estrategia” consideraría que es un conflicto “intercultural” en el cual ha habido “victimas” a las que hay que reparar; en el cual no hay diálogo político entre las partes (¿gobierno y bandas mapuches?) y se ha perdido “la confianza”; que hay urgencia en “emprender políticas públicas” para disminuir la pobreza y resguardar adecuadamente la “seguridad” para que lo hay que tomar medidas para disminuir la conflictividad y que esta tarea recaerá en Carabineros al que se le darán las “herramientas” necesarias.

Parece que esta “estrategia” mezcla elementos de “análisis”, “diagnóstico” y de “identificación de acciones” tendientes a la reducción de la pobreza, la conflictividad, la violencia y la debilidad de las fuerzas policiales a cargo.

Si aceptamos que la estrategia es determinación de metas u objetivos a alcanzar en un plazo largo, las acciones a emprender y la asignación de los recursos necesarios, parece evidente que estos “cinco pilares” no constituyen una estrategia.

Parece imprescindible comenzar por establecer y proponer a los chilenos las características principales de las condición a que nos debería llevar esta estrategia: ¿Quiénes son los interlocutores “mapuches?, ¿los “étnicos” puros o incluye a los mestizos?. ¿Quiénes son los representativos?

Cuál es el objetivo final: ¿La creación de un estado Mapuche independiente?, ¿un estado parcialmente independiente?, ¿la instalación y funcionamiento completo y total del estado de Chile?.
¿Con un desarrollo económico y social basado en subsidios y apoyo gubernamental? ¿Con el apoyo a emprendedores privados e independientes? ¿Quiénes son los interlocutores principales? ¿Los grupos violentos relacionados con el delito, los “independentistas”?, ¿la masa de mapuches que no hacen ruido? ¿De que vamos a dialogar con cada grupo? ¿Cuáles son las metas mínimas aceptables a obtener en el diálogo?.

En breve y como siempre ha sido, es necesario pensar antes de actuar, algo que el gobierno y sus egresados de Centros de Alumnos, no entienden ni menos aprecian.

ESTA IDEA NO ES MIA PERO ES MUY BUENA

Fernando Thauby García

17 de Abril de 2022

Uno de los impuestos mas injustos es el Impuesto al Valor Agregado (IVA) y es así porque es inexorable con las personas de ingresos mas bajos, que gastan una parte proporcionalmente mayor de sus ingresos en bienes que son gravados, especialmente alimentos.

A los gobiernos les encanta porque es muy “eficiente”, es decir, es fácil de recaudar (cobrar) y casi imposible de eludir.

En las últimas elecciones un candidato al Congreso propuso una idea genial. Siendo un impuesto muy “eficiente”, ningún gobierno va a querer reducirlo, pero una manera de afectar positivamente a las personas de bajos ingresos es disponer la devolución inmediata y completa del IVA de todas sus compras de alimentos en los supermercados y panaderías, a las respectivas cuentas RUT de los compradores.

Se podría argumentar que se iniciaría un negocio de “venta” de devolución de IVA, por parte de los beneficiarios a otras personas que les pidan que hagan sus compras. Esto implicaría generar una forma indebida de obtener ganancias.

Una alternativa eficiente sería depositar este IVA directamente en las cuentas  previsionales de los afectados, que al no ser rescatables fácilmente, irían a potenciar en forma paulatina pero consistente los fondos de pensiones de los compradores.

Todos estos movimientos de dinero, en la era informática en que vivimos, son simples, muy seguros y económicos.

Si lo que se busca es contribuir a resolver el problema de las pensiones muy bajas, por esta vía se podría contribuir efectivamente y en forma justa devolviendo recursos directamente a las personas que lo necesitan. También se estimularía el pago del IVA y se establecería una forma de solidaridad social selectiva.

BORIC Y SUS ESCUPIDORES

El “equipo” de Boric era como un lote de niños mal educados instalados en un balcón desde donde escupían a los transeúntes.
Su arma, su argumento y su expresión era el escupo.
Desde ahí y con su instrumento repugnante castigaron, desaprobaron, descalificaron, silenciaron e inmovilizaron a los que transitaban bajo su atalaya para llevar a cabo sus actividades.

Ellos permitían el paso, lo limitaban o lo prohibían a su gusto. Alejaban a algunos, dejaban aproximarse a otros, a su capricho. Sus preferencias eran inescrutables, solo ellos sabían las razones o sinrazones que provocaban sus asquerosas expresiones.

La ocurrencia de un extraño fenómeno los mandó a la calle a vivir la normalidad de la gente que hace cosas.

Cuando algo no les gustó, como era su costumbre, los escupieron: la Siches trató de ir a Temucuicui a mostrar su excelencia y fracasó, los transeúntes se rieron de ella, los escupió y ellos la cachetearon; escupió a la Cámara de Diputados y lo mismo, las redes sociales la abofetearon; la ministro de Bienes Nacionales insultó calumnió y escupió a un Carabinero agredido por una turba, la ciudadanía y los medios la aporrearon; Boric quiso limitar los retiros de los fondos de las AFPs que cuando estaba en el balcón apoyaba con entusiasmo y la gente lo rechazó, ni siquiera trató de escupirlos, ya sabe que esa herramienta perdió todo su filo.

La reacción de Boric y sus escupidores es de perplejidad, no entienden lo que pasa, se sienten perdidos y desorientados, no saben como reaccionar, no pueden asimilar la idea de que escupir a lo que no entienden o no quieren no es aceptable, tampoco de que sus incompetencias no pueden ser disimuladas con escupos ya que estos perdieron su eficacia y para peor, los agredidos les responden.

Boric y sus escupidores tendrán que madurar, aprender a respetar y reemplazar sus hábitos asquerosos por eficacia, competencia y trabajo.
Nueva y cansadora experiencia, probablemente para ellos imposible.

Fernando Thauby García 16 de Abril de 2022

EL PROYECTO DE «DECOLONIZACIÓN»

DE LA CONVENCIÓN CONSTITUCIONAL

La situación económica y social de los mapuches en la Araucanía es un problema que se arrastra desde hace años. La solución propuesta e implementada en el Gobierno Militar cayó pulverizada por las políticas aplicadas por Aylwin que desarmó lo hecho, introduciendo la presencia masiva de las empresas madereras y la repolitización del conflicto.

Esto, que podría haber sido solo la vuelta atrás de un proceso conocido, fue alterado por la virulenta presencia política e ideológica de una teoría que, en conjunto con otras pre existentes, se transformó en una nueva y poderosa arma contra la democracia.

En efecto, las demandas mapuches en la Araucanía fueron empleadas como vehículo para la promoción de un indigenismo, amplio y disruptivo que actúa en conjunto con la ideología y las técnicas del (pos)marxismo. Este fenómeno llegó a Chile desde Bolivia, vía Álvaro García Linera y desde el partido español Podemos que aportó la ideología pos marxista de Ernesto Laclau y Chantal Mouffe.

El indigenismo tiene sus raíces en la noción de colonialidad del poder, término propuesto por el peruano Aníbal Quijano para caracterizar un patrón de dominación global, propio del sistema -mundo moderno/capitalista- originado por el colonialismo europeo a principios del siglo XVI.

Esta dominación estaría compuesta por dos ejes: el sistema de dominación colonial y el mercado mundial capitalista, ambos controlados por las potencias europeas

Esta dominación se habría expresado en el eurocentrismo, “un modo de producción y control de relaciones intersubjetivas (la generación del imaginario social, la memoria histórica, y del conocimiento) dependientes tanto de las exigencias del capitalismo como de la necesidad de los colonizadores de perpetuar y naturalizar su dominación.

El rasgo más potente del eurocentrismo es la imposición de un enfoque distorsionado sobre los “dominados” que les obliga a verse a si mismos con los ojos del “dominador”, lo cual bloquea y encubre la perspectiva histórica y cultural autónoma de los dominados bajo el patrón de poder vigente.

En el caso de la América Latina, la formación de los Estados-Nación y de las identidades nacionales se habría establecido en base a la segmentación social y racial entre los “blancos” y los demás grupos (“indios, “negros”, “mestizos”, etc.).

La “decolonización”, busca pues la ruptura con el orden intelectual y cultural occidental, culpable de haber oprimido y casi eliminado a la cultura indígena; es una respuesta a la relación de dominación directa, política, social y cultural establecida por los europeos, lo que lo hace un proyecto tanto político como cultural[1].

Esto significa la ruptura con los enfoques analíticos y las prácticas socioeconómicas y políticas que conforman los pilares de la civilización occidental, para avanzar en la búsqueda de la «liberación social de todo poder organizado como desigualdad, discriminación, explotación y dominación».

Aldo Mascareño, investigador del Centro de Estudios Públicos[2] en su reciente ensayo “Abandonar la Modernidad” plantea que la existencia de una tendencia importante en la Convención Constitucional a la que llama “izquierda decolonial” “utiliza una serie de conceptos que son nuevos en la discusión pública chilena, como buen vivir, plurinacionalidad, decrecimiento, derechos de la naturaleza. Estos términos aparecen en la Convención y tienen su origen en una teoría social que se desarrolla desde los años 80 y 90 en adelante, especialmente con autores latinoamericanos”.

“En la Convención hay una izquierda decolonial que abandona la modernidad”.

Su  conclusión es que para los Convencionales, “tanto la teoría crítica europea, como cualquier pensamiento europeo, están impregnados de colonialismo epistémico que subsume a las cosmovisiones indígenas”.

Los misión del decolonialismo es por tanto desenmascarar esa dominación y generar un proyecto político que se oponga a la modernidad. “El pensamiento decolonial genera una situación binaria, en el sentido en que cualquier cosa que provenga o tenga un sabor a europeísmo, no propiamente indígena, tiene que ser descartada, porque constituye colonización del pensamiento. Eso pasa incluso con los derechos humanos. Los DDHH no les son útiles: no son un elemento que pueda contribuir al proceso de emancipación local, porque justamente los derechos humanos provienen de una matriz europea colonial”.

El avance de este proyecto político queda a la vista cuando Boric se refiere a los mapuches como el “pueblo – nación” mapuche, es decir, a una comunidad étnica que en si misma constituye una nación, que convive por propia voluntad con otros pueblo próximos. En la Araucanía, el Estado- Nación Chileno negocia con el Pueblo – Nación Mapuche “

El Estado – Nación Chileno habría dejado de existir en esa parte del país.

Siches; la Ministro del Interior, habla de “los Territorios”; espacios habitados por “Comunidades”; con autonomía e identidad propia, acreedores a su reconocimiento como “Pueblos-Naciones con Territorio Propio”.

Esta nueva organización se está alejando del Estado Nación que Chile había sido hasta ahora, pasando a ser una agrupación “PLURINACIONAL” de autonomías comunales, territorios especiales, territorios indígenas y de regiones, sustentadas en el reconocimiento formal de su particularismo local, cultural  y territorial con una arquitectura política administrativa propia. Estas autonomías tendrán también sistemas judiciales propios y diferenciados y derecho de propiedad sobre su territorio y recursos naturales.

Un problema que aun no ha sido aclarado es la situación en que quedarán los 17.076.076 ciudadanos chilenos: ¿conformarán un solo Pueblo Nación  o varios? ¿Una sola Comunidad o varias? Los grupos sociales que compartan orígenes étnicos extranjeros similares o mestizos nacionales, ¿podrán formar Pueblos-Naciones y Comunidades? ¿en que territorios?

Algo no explicitado pero cierto, es que en este esquema los Derechos Humanos -de raigambre occidental todos ellos-, dejan de ser universales y pasan a ser objeto de interpretación particular de cada comunidad aplicando sus peculiaridades culturales. Habrá varios derechos de propiedad, de seguridad, de libertad, según los usos y costumbres comunitarios.

Como extensión de lo anterior y en un nivel mas sencillo, también planean sobre las mentes de los convencionales otras ideas novedosas:

Es mas feliz una sociedad pobre pero igualitaria que una rica pero con desigualdades. El “decrecimiento” o retroceso económico y social es positivo. La riqueza personal lleva al egoísmo y la competencia, alejándose de la solidaridad como principio ordenador de la vida social. La riqueza es el “estiércol del diablo”, y a contrario sensu, la pobreza es una condición deseable y querida por Dios. Se diferencian del marxismo tradicional en que creen que la emancipación no va a venir por un agente universal, sino por agentes locales, particularizados, de carácter culturalistas. Al descartar el pensamiento moderno y los principios de modernidad, se aleja del progreso cultural, científico y económico mundial, transformando a cada comunidad en un gueto.

Un proyecto de este tipo, tal vez podría tener justificación en Bolivia -patria de García Linera- en que de un total 8.261.554 de habitantes, 3.227.740 son blancos y 5.033.814 se identifica como aborigen. De los cuales el 49,8% habla castellano; el 11,6% habla solo lengua nativa y el 33,2% es bilingüe nativo y castellano.

En Chile con una composición étnica diferente, en que el 64,12% de las 17.076.076 de personas que participaron en el Censo de 2017 se declararon blancos y el 12,8% es decir, 2.185.792 personas, se consideran pertenecientes a algún pueblo indígena u originario, la gran mayoría de los cuales viven en Santiago y no hablan ni entienden mapudungun[3],un proyecto así no se ve conveniente ni viable.

La naturaleza, objetivo, forma de implantación y difusión de este proyecto, es efectuado por parcialidades, que tomadas individualmente presentan rasgos de justicia y lógica, pero que visto en conjunto, engañan a una sociedad con muy poca formación política.

Creo que es una prioridad nacional exponer y presentar, abierta y públicamente, este intento, ya en marcha, cuya principal herramienta es la Convención Constitucional en proceso.


[1] Los conceptos epistémicos incluyen el concepto de conocimiento, opinión fundada, justificación, probabilidad y otros conceptos que son usados con el fin de fundamentar opiniones y enunciados de conocimiento. Los principios epistémicos pueden ser formulados como principios relativos a sistemas de opinión o a sistemas de información, es decir, sistemas que caracterizan los posibles estados “de conocimiento” de una persona en un momento dado.

[2] Mascareño, Aldo, Doctor en sociología, editor de la revista Estudios Públicos y profesor de la UAI, “Abandonar la Modernidad”. CEP 2022.

[3] Sin considerar que la autodeclaración de indígena se ha visto muy motivada por los estímulos económicos y sociales que se han ido estableciendo en los últimos 10 años

DECOLONIZACIÓN

UN DISFRAZ NUEVO PARA UNA MENTIRA VIEJA

A muchos debe haber sorprendido la súbita y rabiosa motivación indigenista de la izquierda chilena. Nunca le interesó este tema ya que el marxismo tradicional es un producto exclusivamente occidental, racionalista y clasista.

Este interés nació a mediados de la década de los 60 cuando el fracaso del diagnóstico de Marx se hizo evidente: la Clase Obrera no se alzó contra sus opresores sino que se hizo parte de ellos en la forma de una Clase Media potente y segura de si misma.

El último clavo al ataúd de Marx fue el fracaso de su teoría del Valor del Trabajo. El increíble progreso de la humanidad en los últimos decenios muestra que el valor de los bienes surge de la creatividad de individuos brillantes y emprendedores que para colmo, proceden de la Clase Media y no de los talleres “en que los capitalistas explotan a los trabajadores”.

Esta debacle fue en enfrentada, una vez más, por un batallón de intelectuales europeos, mayoritariamente franceses, que estrujaron sus neuronas para producir una salida que los mantuviera vigentes. La respuesta fue el Neo Marxismo o el Pos Marxismo.

Adentrándonos en Sudamérica, estas corrientes llegaron promovidas por Ernesto Laclau y Chantal Mouffe[1] que propusieron una lógica para la “formación de las identidades colectivas” basadas en la identificación de “demandas” que puedan ser transformadas en “Demandas al Sistema” que, agrupadas y coordinadas puedan llegar a constituir fuerzas revolucionarias que se “levanten contra el sistema”, en forma “revolucionaria”.

Surgieron así las demandas de género, de identidad sexual, de aborto libre, de ruptura moral, de sexualidad infantil, etc. que se agruparon en “colectivos y movimientos” nacionales e internacionales.

Para movilizar y operativizar este sistema establecieron como primer objetivo la destrucción de lo que definen como “El Poder Administrativo” cuya fuente de legitimidad es el conocimiento apropiado de lo que es la “buena comunidad”, discurso establecido por Platón y vigente hasta hoy. Es decir la introducción de una forma de estructura de poder y gobierno próximas al anarquismo[2] que funcionara por fuera de la institucionalidad. En Chile se produjo notablemente en el “parlamentarismo de facto” en el Congreso y en las protestas callejeras e invasiones y tomas violentas de lugares y servicios públicos y privados exigiendo bienes o servicios.

Casi simultáneamente, se constituía en España el partido Podemos, liderado por Íñigo Errejón y Pablo Iglesias con fuerte apoyo financiero de Maduro, de Venezuela, que adoptó la aproximación ideológica de Laclau.

En Sudamérica este proceso, incorporó además un tipo de “identidades colectivas” despreciada por los franceses, “el indigenismo”, desarrollado por varios autores entre los cuales está el revolucionario marxista boliviano Álvaro García Linera. Un “neomarxista”, ideólogo del Ejército Guerrillero Túpac Katari y defensor del Estado Plurinacional.

Inicialmente, Podemos incluyó una forma de “indigenismo” materializado en las demandas autonomistas regionales que prontamente abandonó por cuanto no encontraron eco significativo en la sociedad española.

En el intertanto, las relaciones entre Podemos y los dueños del Frente Amplio en Chile, se consolidaron en dos ámbitos.

  • Uso de los recursos provistos por Maduro y
  • Asesoría para la organización y operación de colectivos y grupos de acción.

Paralelamente, el frente Amplio de Chile, capitaneado por Boric, estableció una intensa cooperación subordinada con el ideólogo boliviano.

A nivel político chileno, durante su gestión como número dos del gobierno de Morales, García Linera viajó varias veces a Chile. En julio de 2015, realizó una visita académica a Santiago para presentar su libro “Comunidad, socialismo y Estado Plurinacional”. En ese momento, la prensa destacó su reunión con un grupo de intelectuales chilenos, entre ellos estaba el diputado Gabriel Boric.

El exvicepresidente boliviano fue uno de los representantes de su país a la asunción de Boric el 11 de marzo. También el presidente chileno ha manifestado su cercanía con el Ejecutivo que encabeza Luis Arce.

La versión boliviana de indigenismo ha sido desarrollada por varios autores, con matices entre ellos. Dado que la versión influyente en el Frente Amplio es la del García Linera, el análisis continuará por ese lado.

“El concepto central para los “indigenistas” es el de “”colonialidad” el cual perdura “a través del privilegio de ciertas formas de conocimiento y en el rechazo o silenciamiento de otras”.

Pare ellos, la independencia política de las excolonias constituyó solo el comienzo de la decolonización.

Una autora sobre el tema explica la diferencia entre “decolonización” e “independencia política” :

“Los historiadores suelen definir la decolonización como un período histórico (que comprendería la segunda mitad del siglo XX) en el que los imperios europeos coloniales llegaron a su fin. Pero, desde un punto de vista filosófico, la decolonización no es lo mismo que la lucha por la independencia (la soberanía política). En primer lugar, las luchas anticoloniales se basaron en una antigua idea europea: el Estado-nación. De ahí que la soberanía política se convirtiera, por así decirlo, en el alfa y el omega de la decolonización”

«La descolonización en cambio significa reconocer y abrazar la pluralidad de formas de conocimiento (incluidas las artes y la literatura) y los métodos epistémicos, lo que implica deconstruir la ilusión de objetividad y universalidad de las concepciones occidentales”.

La propuesta de García Linera también impresionó a otros políticos que presumen de seriedad:  En 2006, el entonces Presidente Ricardo Lagos quedó impresionado por García durante su histórica visita a Bolivia para la posesión de los nuevos gobernantes, calificándolo de “intelectual fino” que propició el acercamiento con Chile, y de “un buen interlocutor” del próximo gobierno de Michelle Bachelet.

Para Boric, la existencia de un movimiento indigenista en Bolivia y en Sudamérica es una gran oportunidad:

“Me da mucha esperanza y espero tener un trabajo codo a codo con Lucho Arce en Bolivia; si Lula gana las elecciones en Brasil, con Lula; la experiencia de Gustavo Petro si se consolida en Colombia. Creo que ahí se puede armar un eje tremendamente interesante”


[1] Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. “Hegemonía Estratégica Socialista” y “La Razón Populista”

[2] La estructura y funcionamiento del la Convención Constitucional es una muestra precisa de este tipo de esquema y de su estrategia.