Archivo por meses: enero 2023

LAS FFAA EN EL CONTROL DE MOTINES POS 19 OCTUBRE 2019

En esta columna trataré sobre los objetivos estratégicos del Octubrismo, la estrategia de combate y el empleo táctico de los medios y procedimientos empleados por los golpistas, para concluir

que si bien el gobierno potenció y apoyó su nacimiento y formación, no lo controla por completo.

Boric no es parte de la solución del Problema, es la mayor parte del problema y ha sido su principal instigador y beneficiario.

El rol y empleo de las FFAA y las Fuerzas de Orden es radicalmente diferente en disturbios civiles comunes, del enfrentamiento con fuerzas golpistas organizadas. El primer caso, como se señaló, apunta a recuperar el hegemonía del Estado y restablecer el orden mientras el segundo, es una operación de combate en que fuerzas semi militares organizadas para la guerra civil intentan tomar el control de la sociedad y el Estado lucha con todos sus medios para evitarlo.

El Octubrismo en el asalto al poder.

El asalto al poder por parte de la extrema izquierda, en Chile se inició con mucha anticipación mediante la corrupción y destrucción de las instituciones políticas, la degradación de la autoridad administrativa, política y policial y la transformación del sistema judicial en una máquina de corrupción, venganza política y apoyo a la degradación social.

Esto marchó en tandem con un esfuerzo sistemático de demolición del espíritu nacional, de sus símbolos y de la propagación constante de noticias y calumnias propagadas por los medios de comunicación tradicional, contra instituciones y personas de las FFAA y de Orden. Su nacimiento y operación fue concebido en el marco del asalto al Gobierno de Piñera y la captura del poder político por parte de la extrema izquierda (Apruebo Dignidad) bajo la dirección del PC. La sorpresiva derrota de Jadue a manos de Boric y la marginación de parte de la Izquierda (parte de la ex Concertación) rebarajó el naipe del poder y el movimiento quedó bajo el control exclusivo de Apruebo Dignidad y, consiguientemente, con un carácter claramente antidemocrático.

La estrategia de la extrema izquierda apuntó, en el intento de golpe del 19 de octubre de 2019, a paralizar a las fuerzas de orden, atemorizarlas y reducirlas a la impotencia mientras el parlamentarismo de facto aplicado a Piñera se apoderaba del control político del país.

En la cúspide está el PC y el FA que dan el marco político, los tiempos, ritmos y lugares de la aplicación de la violencia. El ambiente de anomía social previamente establecido estimuló a unirse a la violencia a todo tipo de lumpen y “minorías”, estos “cuadros” se multiplicaron con la incorporación de un rebaño de vagos de dimensiones variables que se unían para aprovechar la oportunidad de robar, incendiar, saquear, que fue estimulado, diriguido, aprovisionado, arreado y empujado contra Carabineros,por parte de la Primera Línea que actúa como mando táctico.

La prensa y parte sustantiva de los medios de comunicación social se embarcaron en esta aventura.

Afortunadamente, la rápida expansión de la cobertura y participación de la ciudadanía en las redes sociales permitió poner un freno a su libertad de acción y ayudó a su control.

La increíble incompetencia del Gobierno de Boric, su nepotismo, compadrazgo, superficialidad y ridiculez ha alimentado su rápido y profundo desprestigio. El gobierno correría grandes riesgos si intententara movilizar su aparato de violencia política ya que podría volverse en su contra y terminar con ellos.

Por otra parte, el fracaso de la “revolución” y sobre todo la marginación de parte sustantiva de los miembros de la Concertación que intentaron ingresar y copar el gobierno de Boric y fueron rechazados, ya no encuentran ningún aliciente para embarcarse en un naufragio.

Boric está solo, el PC podría empujarlo a lanzar a la Primera Línea a la calle, pero no se jugará por ellos. La ex Concertación no tiene nada que ganar y no tiene sentido solidarizar con una derrota, la incompetencia de su gobierno ya cruzó la línea y el mismo Boric es un cadaver político. Se acerca el invierno, la inflación, la escacés y el humor se ha agotado. La Primera Línea es “un personaje en busca de autor”, es una oferta abierta a cualquier demagogo populista audaz y financiado desde el exterior, disponible para intentar cualquier tipo de objetivo estratégico.

Lo mas peligroso que puede pasar es que el PC lance a la Primera Línea a la calle, los Carabineros no puedan o quieran controlarlos y el problema, en su condición de máxima virulencia, explote en todas las direcciones y Boric y su gobierno intenten comprometer a las FFAA en su combate.

Las táctica de la Primera Línea considera rodear al “rebaño” y mantenerlo bajo control, no permitir que se paralice ni disuelva, para eso su brazo armado copará la primera línea de contacto con las FFAA tratando de producir muchas bajas de civiles, de menores y mujeres, retirandose oportunamente para apoyar/provocar desde la retaguardia. El objetivo principal será la moral de las FFAA y los sentimentos de la opinión pública. Sería una ilusión esperar lealtad, compromiso o algún tipo de responsabilidad por parte de las autoridades del Gobierno.

La clave de la situación consiste en una evaluación precisa de las conveniencias políticas de la “izquierda democrática” en cuando a si se juega por Boric, lo abandona o trata de tomar el liderazgo de los desmanes, esta vez en perjuicio del Gobierno.

Los motines y disturbios de los próximos meses a años seráon muy similares a los del Octubrismo, pero con objetivos estratégicos diferentes cuando no opuestos.

Fernando Thauby García.

Melosilla 20 ene. 2023

ANOMÍA Y VACÍO DE PODER

LAS FFAA EN LA SEGURIDAD INTERIOR

La anomia, como concepto se refiere de una manera general a la ausencia de ley, normas o convenciones.

En Chile hemos tenido y seguimos viviendo la demostración y uso de la anomía como arma de destrucción masiva de la sociedad por parte, principalmente, del Frente Amplio, apoyado en forma intermitente y mas o menos hipócrita para parte de la izquierda que se dice democrática. La derecha ha prestado su inestimable apoyo a través de personajes pintorescos, pero principalmente con su comportamiento pusilánime y a veces cómplice.

Quien ordena las relaciones de poder en el mundo moderno es el Estado. Vacío de Poder significa que no existe ningún poder ordenador. En consecuencia, el vacío de poder estatal lleva directamente a una crisis de autoridad.(Piñera 2)

El proceso de debilitamiento de la capacidad y la voluntad de hacer respetar las leyes, normas y convenciones, en Chile  se inició desde el primer día del Gobierno de Aylwin. Se anularon condenas ejecutoriadas, se glorificó a terroristas y asesinos confesos y la expresión “libertad” fue vaciada de su significado original y llevada al límite de la anarquía, grosería y  expresión de odio.

La izquierda revolucionaria nunca se sintió parte integral de la sociedad chilena distanciándose no sólo en su comportamiento político sino introduciendo insultos, infamias y descalificaciones personales como forma normal de referencia a sus “enemigos políticos”[1].

El incansable proceso de “deconstrucción” del Gobierno Militar, avanzó raudo con algún recato en el manejo de la economía, que objeto de una degradación más sutil y silenciosa, también resultó destruida por el segundo Gobierno de Bachelet.

La tensión entre el éxito económico y el disfrute del poder por un lado y el reservorio de odio, resentimiento y envidia por el otro produjo un quiebre en la izquierda en dos bandos: los auto indulgentes y los auto flagelantes. Cuando la estrategia de Bachelet de “correr la cerca” y de exacerbar la anomía social avivó las pulsiones de odiosidad y corrompió el sistema económico, abrió la puerta para el ingreso en estampida de las minorías organizadas y las turbas capitaneadas por Boric y sus amigos para “meterle inestabilidad” al país y dar comienzo a una difusa revolución cuyos autores no tenían claro que hacer, ni cómo hacerlo y menos aún con que recursos hacerlo[2].

El 29 de mayo de 2019, Boric participó en la fundación del Partido Convergencia Social, comprometido con la consecución de una sociedad socialista, democrática, libertaria y feminista, a partir del fortalecimiento y profundización de la democracia económica, social e institucional. El feminismo al que suscribimos entiende la alianza existente entre el patriarcado y el capital, cuestionando las estructuras productivas y reproductivas que facultan el sostenimiento de la vida. Reconocemos la diversidad de pueblos que habitan el territorio desde antes de la configuración del Estado-Nación de Chile, junto con sus lógicas particulares transfronterizas, migratorias, plurinacionales, de género y étnicas.  Criticamos al extractivismo porque agota nuestros territorios, pero sobre todo porque lo hace acoplado a los intereses de las empresas transnacionales. Proponemos el principio del buen vivir y de lo comunitario porque entendemos que las relaciones comunitarias fortalecen las posibilidades del bienestar, elimina el cansancio de la competencia, da estabilidad a la vida y abre paso al goce de experiencias que no se reducen a poseer bienes suntuarios para sentirse superiores a los demás”.  Camila Vallejo, comunista y cercana a Boric, resumió “Queremos ser más pobres pero más felices”. El uso intensivo de la hegemonía cultural expresada mediante un vocabulario que para la mayoría de los chilenos eran incomprensible y cuyos significados fueron apropiados e incorporados por los medios de comunicación social, confundió a la ciudadanía al punto de no poder entender ni discutir el proyecto político y constitucional de Boric

El brutal cambio de imagen política que hizo Boric para competir en la segunda vuelta electoral, acentúo lo críptico del programa político y luego del Proyecto / Programa de gobierno[3], que trataron de imponer a través de la nueva constitución terminó de dejar fuera del debate toda racionalidad reduciendo la política a sensaciones, sentimientos, estados de ánimo, amores y odios.

El 15 de noviembre de 2019, tras los hechos producidos por el «estallido social» de octubre de ese año, Boric participó en la firma del «Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución», que dio inicio al proceso constituyente en Chile. En esta etapa política, Boric jugó un rol muy ambiguo oscilando entre expresiones y reclamos de democracia y paz y acciones concretas de provocaciones, violencia y difamación de las fuerzas policiales y militares encargadas de controlar los desmanes y apoyo explícito a los terroristas. Su posicionamiento y acción fue claramente en apoyo a la promoción y agudización del conflicto, buscando la caída del Gobierno. Y eso fue lo que intentaron y forzaron a Piñera a aceptar.

Boric se recibió del cargo con el escenario político y social creado laboriosamente por el Frente Amplio, al que se unió el Partido Comunista, pasando por encima de la  pasividad e impotencia de Piñera y su Gobierno, con estas características:

Anomía social: dejaron de cumplirse las leyes más básicas de la convivencia, violencia física y verbal, evasión de pagos, robo abierto y descarado, espectáculos pornográficos públicos, agresiones a las policías, saqueos de tiendas y supermercados, maltrato de palabra y obra a las autoridades, incendio de tiendas y negocios, destrucción de monumentos y históricos y culturales. Estas acciones se fueron materializando mediante performances representadas por múltiples minorías que decían representar demandas y exigencias perentorias de cada uno de esos grupos, que teniendo objetivos diferentes, convergían en la agudización de la crisis social.

Vacío del poder: El gobierno, arrinconado en la Moneda, se rindió y entregó el país al vandalismo. Quitó o puso en duda todo respaldo a las fuerzas de orden y con la inestimable ayuda de un Poder Judicial ya en manos de la Izquierda desde la reforma procesal penal, proporciónó cobertura e impunidad a los delincuentes.

Apoyo de la prensa: la prensa escrita y la televisión se incorporaron con diversos grados de entusiasmo al “nuevo estilo”. Los empresarios y periodistas lucieron un oportunismo inimaginable y orientaron sus velas a los nuevos vientos.

Predisposición a la violencia: La sociedad y cada individuo quedó con una sensación de que era un derecho suyo aplicar violencia contra cualquier persona, institución y autoridad que de alguna manera él “sintiera” que era un obstáculo o impedimento para la satisfacción de sus aspiraciones o deseos personales.

Paralelamente, se organizó el “sistema” de combate conocido como la “Primera Línea”. Este es un esqueleto orgánico que dispone de municiones -piedras palos, latas; de armas, bombas molotov, hondas tira piedras de gran potencia, linternas de luz enceguecedora, apoyo logístico, Líquidos neutralizantes de gases lacrimógenos, primeros auxilios, y, lo más importante abundantes fotógrafos y cineastas para dejar constancia de eventos violentos utilizables, personificar y amedrentar a las fuerzas de orden.

En otra columna trataré sobre los objetivos estratégicos del intento de golpe, la estrategia de combate y el empleo táctico de los medios ya descritos, para concluir que si el gobierno no hace una clara distinción en el empleo de las Fuerzas Policiales (de Orden y Seguridad) y las Fuerzas Militares (de Combate) será derrotado y nuestro viaje hacia Venezuela será cada día mas rápido y profundo.

Boric NO es parte de la solución del Problema, es la MAYOR PARTE del problema.

Fernando Thauby García Melosilla 17 de Febrero de 2023.


[1] La Izquierda Revolucionaria entiende la política como una actividad agonal, en que dos bandos luchan hasta lograr la extinción del otro. La negociación y el eventual acuerdo, en beneficio del progreso y la paz, son solo acciones de conveniencia táctica. La entrevista de Allende con el Regis Debray es paradigmática al respecto.

[2] Laclau: el concepto de Significante Vacío evita establecer programas ni agendas. La misma expresión “variará su contenido y significado según cada contexto particular”. No trate de identificar el “programa” de Boric, cambiará según sea útil y necesario. Todo es “líquido” y “fluido”.

[3] Que en realidad no existía ni existe.

ANOMÍA Y VACÍO DE PODER

LA LUCHA CONTRA EL POSMARXISMO.

Mi intención inicial era documentar y analizar, brevemente, las tremendas dificultados y diferencias que enfrentan las FFAA y Carabineros de Chile en el combate contra el posmarxismo y sus organizaciones y revisar, brevemente, sus bases ideológicas, políticas  y estratégicas. El primer y principal problema es establecer algunos términos de referencia básicos y a ello apunta el texto que sigue.

La naturaleza de la Guerra moderna se ha ido ampliando en diversas direcciones conformando una amplia variedad de combinaciones de situaciones sicosociales, militares, tecnológicas y políticas, que parecen diferir radicalmente de las definiciones convencionales tradicionales, pero que conserva sus aspectos esenciales: imposición de la voluntad de un grupo sobre otro, mediante el empleo protagónico y resolutivo de la violencia física o síquica.

La Guerra difiere de las Operaciones de Seguridad Interior en el protagonismo e intensidad de la violencia que en la Guerra es central y decisivo, mientras en las Operaciones Policiales es marginal, idealmente inexistente y trata de llegar a un compromiso que permita negociar y restablecer la autoridad del Estado sobre ciudadanos desafectos o rebeldes, con el menor daño posible.

La literatura marxista es pródiga en estrategias, tácticas y técnicas al respecto, desde la brutalidad de Lenin hasta las divagaciones seudo intelectuales de Regis Debray, desde el realismo implacable del general vietnamita Giap hasta las payasadas del Che Guevara. Todas estas ideas se sustentaron en una situación en que una clase socio política, el proletariado urbano y rural, se levantaba en armas contra una burguesía nacional urbana y muchas veces con apoyo externo.

La declinación del número, identidad y actividad del proletariado congeló esta alternativa. El obrero emigró hacia la clase media y el pequeño empresariado o trabajador por cuenta propia y con ello, sus intereses, formas de acción y voluntad de lucha. El socialismo, impuesto un muchos lugares, nunca logró mejorar la libertad ni menos las condiciones de vida de sus presuntos beneficiarios, al revés acentuaron la miseria y la opresión.

Tras diversos ensayos y teorías, surgió de la pluma de Ernesto Laclau y su esposa Chantal Mouffe, una alternativa que fue acogida en varios países del  sur de Europa: la organización de las minorías de los mas diversos tipos, encuadradas en una amplia oferta populista; grupos originalmente inorgánicas, que fueron organizados y dirigidos por pequeños grupos financiados por actividades ilegales y recursos financiero de oscuro origen.

Este es el origen de grupos como Podemos de España y el amplio muestrario existente en Chile: veganos, animalistas, homosexuales, feministas radicales, indigenistas, ecologistas y muchos más que terminaron conformando el Frente Amplio, la base electoral de Boric.

La desgracia de este tipo de estructuras es que -al ser minorías radicales- se pueden unir para oponerse a algo, pero no pueden ponerse de acuerdo para construir nada, como se puede apreciar en el proyecto del Gobierno actual de Chile, excelente y eficaz en la crítica, pero incapaz de gobernar. El mismo Boric así lo entendía en 2016: “El riesgo que creo importante anotar es la posibilidad de estar germinando una bomba de demandas incoherentes entre si, por el solo hecho de que sean circunstanciales en torno a un adversario común”.

Privada la Izquierda revolucionaria de la “mano de obra” popular y administrando minorías excluyentes de intelectuales, estudiantes, desafectos e inadaptados de diferentes tipos, solo podía encontrar y encontró un punto de acuerdo en la creación de la anarquía generalizada y sistemática.

En la instalación y consolidación de la “anomia” social conformada con los escombros de la “deconstrucción” de todo tipo de instituciones civiles, religiosas, militares, políticas y étnicas.

La anomia es un concepto que se refiere a la ausencia, irrespeto o degradación de leyes, normas o convenciones. Las consecuencias de la anomia van desde la inadaptación a las normas sociales, hasta la trasgresión de las leyes y a las conductas antisociales.

Anomia social. En las disciplinas de las ciencias sociales y la sociología, la anomia está relacionada con la falta de normas o convenciones sociales o su degradación como producto de un conjunto de factores.

El sociólogo francés Émile Durkheim consideraba que la naturaleza humana necesitaba una autoridad que le pusiera límites (normas, convenciones) a sus pasiones y deseos, puesto que su ausencia podía llegar a ser destructiva para el propio individuo.

Según Durkheim, los individuos, al sentir que las normas y convenciones bajo las cuales viven carecen de sentido de justicia y equidad, dejan de respetarlas porque consideran que han perdido sentido para ellos que lleva a que, para lograr dichas metas, los individuos deban, en ocasiones, violentar las normas sociales, lo que deriva en una ruptura de la que se originan las conductas antisociales.

Anomia Social y Vacío de Poder

Ejemplos de esto son el narcotráfico, la corrupción y el abuso empresarial. ​ Cuando no existe esa autoridad eficaz[1], inmediatamente los grupos sometidos asumirán ese rol vacante, hasta que no puedan retenerlas por razones inherentes a su falta de organización o dirección, o se los quiten sus competidores o alguna otra autoridad superior.

El llamado experimento “Rhythm 0”[2] demostró que cuando las personas o la autoridad no se defienden ante una agresión, los que los sobrepasan y agreden incrementan su capacidad para llegar hasta niveles mucho mayores en su capacidad de hacer daño. Como a la violencia se llega poco a poco, lo mejor es reaccionar a la primera. Si no lo hacemos, conforme se intensifique el comportamiento necesitaremos un mayor esfuerzo para hacernos respetar, y sólo conseguiremos acciones que traten de reparar un daño ya hecho. En Test del Vacío de Poder o Test del Acosador, se describe del siguiente modo: “Las personas que están acostumbradas a sobrepasar los límites de los demás, tienden a testear previamente cuál es el índice de poder que tiene la persona, en función de los límites que es capaz de poner ante una ofensa”.

Los Significantes vacíos” Un signo lingüístico está compuesto, básicamente, por un significante y un significado. El significante es lo que designa a algo, y el significado es ese algo designado. Por ejemplo, la palabra ‘casa’ (significante) designa a un significado: edificación construida para ser habitada. Pero no existe una correspondencia necesaria entre el significante y el significado, es decir que la relación entre estos es arbitraria, como por ejemplo tener “una casa” o “domicilio” político”.

Así en un conflicto social el bando anárquico podrá ir modificando el vocabulario, dotándolo de significados nuevos que, con el apoyo de los medios de comunicación y por esa vía, imponer su “hegemonía”. Lo hemos visto con frecuencia que cuando interactuamos con usuarios de esa técnica, nosotros gastamos nuestro tiempo y esfuerzo tratado de explicar lo que queremos decir mientras el oponente, con una sola palabra puede hacer una declaración política larga y compleja en una sola palabra y, paso a paso, palabra a palabra nos irá privando de nuestra capacidad de comunicarnos con la sociedad y entre nosotros mismos y debilitando nuestras convicciones.

La responsabilidad política de controlar el lenguaje se encuentra relacionada directamente con la noción de hegemonía, es decir que si se decide dar un significado preciso a un significante vacío, se está tomando una decisión hegemónica[3].

Piñera perdió totalmente el control de la hegemonía social.  El problema no era cuantificable y no pudo superarlo. El comportamiento de su gabinete durante el intento de golpe de estado del 19 de Octubre de 2019 es un ejemplo de la mas brutal incompetencia política en un ambiente de anomía.

Fernando Thauby García

15 ene 2023.


[1] La “subsidiariedad” exige la existencia y actividad enérgica e imparcial de una autoridad política que “nivele la cancha” en beneficio del trabajador asalariado y del consumidor.

[2] “Derribando muros” Marina Abramović, Nápoles, 1974.

[3] Esto es lo que Piñera no supo, no pudo o no quiso hacer. “No son $30 pesos, son 30 años”.