La soberbia, el primero y más grave de los pecados.
El emperador romano Adriano (76 DC.-138 DC.), cansado de las rebeliones de los habitantes de Judea, decidió ponerles fin.
La última, fue comandada por Simón bar Kojba, que se alzó como un gran líder militar. Atacaba sin aviso y se ocultaba con rapidez, lo apoyaba un sabio respetadísimo, el rabino Akiba y era seguido por muchos creyentes devotos y fieles.
Bar Kojba logró un triunfo tras otro, pero pecó de orgullo y desafió a Dios: le pidió al Señor “no que lo auxiliara, sino que solo dejase de ayudar a sus enemigos. … y que con eso a él le bastaba”.
El Señor, enojado lo abandonó, e Israel fue derrotado. Adriano prohibió la Torá y el calendario judío, mandó ejecutar a numerosos rabinos y estudiosos y los Rollos Sagrados fueron quemados en una ceremonia en el Monte del Templo.
El Templo fue incendiado (¿accidentalmente?) y las elites judías se dispersaron por el norte de África, España, cercano Oriente y sur de Europa. Las clases más pobres y los campesinos se quedaron, más tarde algunos se convirtieron al islam y otros permanecieron fieles al judaísmo.
La historia de las naciones no se desarrolla en años sino en siglos, y en su transcurso muchos pueblos se fortalecen y otros se debilitan; unos se imponen y otros son arrasados o exterminados. La historia es una sucesión de triunfos y derrotas, de éxitos y fracasos, de fronteras que cambian, de pueblos que desaparecen, de otros que perduran y de algunos que se mezclan.
En el estudio de la historia es muy relevante ser cautos y no dar por definitiva ninguna victoria ni derrota, casi todo es temporal.
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La diáspora judía se dispersó hacia Europa, áfrica y el Cercano Oriente. Muchos que se mezclaron con pueblos no judíos desaparecieron, otros tuvieron una época de intenso proselitismo en que se propagaron con similar vitalidad a la que más tarde mostrarían el cristianismo y el islam. Algunos que regresaron a Judea, se encontraron con nativos islámicos que aún hablaban hebreo o arameo.
Desde el siglo IV AC. el monoteísmo había ido penetrando las elites romanas y tanto Josefo como Tácito cuentan también la conversión al judaísmo de algunos altos dignatarios de otros pueblos.
El teólogo cristiano Orígenes decía “El nombre Joudaios no es el nombre de un ethnos sino la elección de una forma de vida”, una elección que al rechazar el politeísmo de las elites dominantes chocaba con la religión oficial del Estado, pero no configuraban un conflicto étnico sino un conflicto religioso y social.
Con frecuencia algunos grupos judíos fueron objeto de persecuciones sangrientas, de extermino y expulsiones con base en su identidad distintiva y por lo mismo excluyente. El epítome fue la orgía de brutalidad y crueldad propinada por pueblos europeos cristianos, de diversas denominaciones, que ampliaron la base del conflicto religioso y social incluyendo en forma preponderante el racismo como arma contra los judíos que seguían practicando una religión propia y confirmando una identidad compartida entre ellos, aun cuando se sintieran y comportaran como miembros fieles a las naciones en que vivían.
El término de la II Guerra Mundial el relevo de los decadentes imperios británico y francés fue tomado por EEUU y la Unión Soviética y el “problema judío” surgió con renovado fervor al combinar la descolonización de muchas naciones con la mala conciencia de los vencedores y de los derrotados, unos cómplices y otros culpables de los crímenes contra los judíos antes y durante la II G.M.
Cabe entonces preguntarse, en esta etapa de la historia, ¿quiénes eran “los judíos” ?. En tiempos de triunfo de los DDHH, de la democracia, de la descolonización, de la independencia de los pueblos, de libertad de conciencia, de “pueblos” movilizados y protagónicos, ¿qué hacer para tapar y ocultar el brutal olvido y silencio de los millones de seres humanos asesinados brutalmente por ser “judíos”?.
Vimos que desde la diáspora había dejado de existir una nación judía, aún hoy día, hay más judíos en EEUU que en Israel y su modo de vida se asemeja más al norteamericano que a la mítica cultura “yidish”. Nunca, ni aun hoy, hubo ni hay, una cultura común étnica. Lo que hay es una cultura religiosa. Nunca fue una nación errante ni un grupo religioso “expulsado de su país por haber asesinado al Mesías”, fueron expulsados de Israel porque su tendencia al desorden, las peleas y las luchas sectarias “entre ellos mismos” que los configuraban como un grupo revoltoso y conflictivo para la administración romana, y se dispersaron llevándose una identidad y una fe propia y distintiva.
Hoy en Israel existe una comunidad que incluye a un amplio número de ateos, no creyentes o no practicantes, una religión que funciona en apoyo a la creación de una identidad nacionalista potenciada en base a rituales religiosos simbólicos que simultáneamente introducen una cuña en la estructura social y política. La idea de ser “el pueblo elegido” destinado a iluminar a las naciones, herederos de un espacio territorial y dotados de superioridad moral indiscutible es políticamente muy útil, pero muy pocos la creen verdaderamente. Es un mito existencial cultivado constantemente para materializar un grupo frente al cual “la cristiandad occidental” tiene una deuda pendiente que debe pagar materializando el mito fundacional creado por el sionismo. Esta deuda no es exigible a los chinos ni a los indios, tampoco a los rusos orientales, no a los japoneses ni a los filipinos ni indonesios, ni menos a los árabes ni a los aborígenes sudamericanos.
El sionismo fue el promotor y responsable en gran medida de la fundación del Estado de Israel y, desde su origen, se centró en la difusión y apoyo al potenciamiento de su existencia como nación. A fines del siglo XIX creció con fuerzas y desde mediados del siglo XX, se desarrolló y difundió como una doctrina política étnica de base nacionalista cuyos máximos exponentes fueron Teodoro Herzl, David Ben Gurión y Golda Meir. El sionismo se propuso dar un territorio, a una nación, que suponía viviendo en el exilio.
Hasta la II Guerra Mundial la idea sionista compitió con otra corriente, el asimilacionismo, igualmente extendida, sobre todo en Estados Unidos y la Europa occidental, que no consideraba a los judíos como una nación, sino como una expresión religiosa que debía integrarse y participar en igualdad dentro de las sociedades en las que vivían.
La “Evaluación Anual del Pueblo Judío” del Instituto de Política del Pueblo Judío (JPPY) de 2024 titulada “Un Año de Guerra” toma nota del creciente anti sionismo en EEUU, Francia y el Reino Unido, señala que la JJPI requiere mayor inversión para potenciar la educación judía y la formación que potencie la identidad judía a nivel global”.
Incluso deja constancia de que “algunos judíos de la Diáspora abogan por una reducción de la centralidad de Israel en la vida judía”, en breve, que desean potenciar la asimilación social y nacional a sus países de residencia, manteniendo su religión.
Para potenciar el sionismo recomienda fortalecer la conexión con la Diáspora judía y fomentar la aliyá (inmigración). No menciona el estímulo a la devoción y práctica religiosa ni al desarrollo de una cultura judía diferenciada.
Hemos visto que algunos judíos se fueron y muchos se quedaron en Judea; que durante siglos los “exiliados” tuvieron la posibilidad de “regresar” a Palestina incluso desde lugares muy próximos como los países del norte de África y del Cercano Oriente que muy pocos lo hicieron; que en su peregrinar nunca lo hicieron como nación sino como “religión” y “grupo identitario”, y que desde la caída del Imperio Romano la mayoría de los poderes políticos dominantes en Palestina tuvieron amplia disposición a que grupos judíos se trasladaran a ese lugar, conservando su identidad y religión y ejerciendo la ciudadanía política y que no lo hicieron.
Entre las dos Guerras Mundiales, el progresivo avance de los fascismos, acompañado con un recorte de libertades políticas y la reaparición de viejas restricciones con motivaciones racistas, más el nacionalismo emergente en todo el mundo, dió un nuevo impulso a este movimiento a lo que se sumó la ayuda del Imperio Británico reconociendo a los judíos el derecho a tener “Un Hogar Nacional Judío” (Declaración Balfour)
Los objetivos modernos del movimiento sionista están delineados en el Programa de Jerusalén, de 2004:
-La unidad del pueblo judío, su vínculo con su patria histórica (la Tierra de Israel) y la centralidad del Estado de Israel y Jerusalén su capital, en la vida del pueblo.
-Aliyá a Israel desde todos los países y su integración en la sociedad israelí.
-El fortalecimiento de Israel como Estado judío-sionista y democrático y su modelación como sociedad ejemplar, poseedora de un carácter moral y espiritual único, basada en el respeto mutuo del multifacético pueblo judío y en la visión profética que aspira a la paz y contribuye para la mejora del mundo.
-La garantía del futuro y distinción del pueblo judío a través de la promoción de la educación judía, hebrea y sionista, el cultivo de los valores culturales y espirituales judíos, y la institución de la lengua hebrea como su idioma nacional.
-El cultivo de la responsabilidad mutua judía, la defensa de los derechos de los judíos, tanto individuales como de nación, la representación de los intereses nacionales sionistas del pueblo judío y el combate a toda forma de expresión antisemita.
-La población del país como expresión práctica de la realización sionista
La materialización del ideal sionista se inició activamente después del fin de la II G.M. insertándose en el traspaso del poder global hacia EEUU y la Unión Soviética.
El fiasco del Canal de Suez en 1956 llevó a que ben Gurión, en compañía de Gran Bretaña y Francia lanzaran una «guerra preventiva» contra el ejército egipcio.
Las fuerzas francesas y británicas inicialmente triunfaron, pero EE.UU. se enfureció frente a la agresión y apoyó la demanda de la ONU de que todos los invasores evacuaran Egipto.
Eso, más las amenazas de la URRS, hizo que todo el plan colapsara de una manera, por decir lo menos, vergonzosa.
EEUU y la URRS tomaron el control de Medio Oriente. Comienza la Guerra Fría.
En líneas generales, EEUU se quedó con los estados productores de petróleo, ricos, pequeños, con poca población; y la URRS con los países extensos, poblados y pobres. Israel fue la única alianza estable, segura e incondicional de los EEUU en la región. La URRS quedó asociado a estados inestables, gobernantes caprichosos, atrasados y anárquicos.
El petróleo, con crecientes niveles de consumo, escaso en proporción a la demanda, con sus productores/exportadores situados bajo la tutela de Estados Unidos se apoyó en una asociación extremadamente conveniente para ellos e Israel. En compensación los emiratos recibieron protección y enriquecimiento de sus líderes e Israel recibió apoyo militar, tecnológico, político y económico irrestricto y abundante, que aprovechó para consolidar las condiciones impuestas en su Guerra de Independencia y ampliar paulatina pero decididamente su territorio en desmedro de los Palestinos.
Israel atacó repetidamente:
-En 1947, mediante la aceptación de la muy favorable “partición” promovida por EEUU en la ONU, Israel ganó el 78% de la tierra entre el Rio Jordán y el Mediterráneo, a costa de los espacios asignados a Palestina.
-El año 1967, con el apoyo militar de EEUU y la complicidad de Gran Bretaña y Francia lanzó el ataque preemtivo conocido como la Guerra de los seis días que llevó a Israel a triplicar su territorio, incluyendo Gaza y el Sinaí.
-En 1973, Israel hubo de hacer frente a una agresión bélica asestada por una coalición de países árabes, conocida como la Guerra de Yom Kipur, que tomó al gobierno y al país por total sorpresa y lo tuvo al borde de la derrota de la que fue rescatada por el apoyo norteamericano.
-Los gobiernos de Israel han continuaron instalando “asentamientos” ilegales que combinan grupos extremistas religiosos, y fuerzas militares de protección que conforman la presencia del Estado, posando de voluntarios que han ido copando Cisjordania hasta llegar rodear a Gaza. Estos asentamientos incluyen la expulsión de sus ocupantes árabes y la proletarización de los que permanezcan.
-Para los árabes la justicia es discrecional ya que Israel no ha logrado concordar una Constitución y los árabes que permanecen en los “territorios ocupados” no tienen estatuto legal alguno. En solo un año, en Cisjordania, han muerto 700 palestinos en las agresiones de los colonos israelíes y los ataques del ejército
Con la derrota de la URRS termina la Primera Guerra Fría y se da inicio a la Segunda Guerra Fría, esta vez con EEUU y China como líderes de sus respectivos bandos. Esta segunda Guerra Fría se inicia con una situación estratégica diferente a la anterior y aun en estado más o menos líquido, pero de la cual se pueden apreciar algunos elementos:
EEUU / China
-Comprometidos en una competencia política, económica y militar, de alcance mundial.
-El área del conflicto estratégico militar se ubica en el área denominada “Indopacífico”, que abarca el Mar de Japón, Mar del Sur de China, Océano Índico, hasta el Mar Arábigo, (que compromete territorios de Rusia Oriental, ambas Coreas, Japón, China, Filipinas, Sudeste de Asia, Australia, Indonesia, India y Pakistán alcanzando hasta Irán).
-La OTAN en su actual estructura ampliada, que ahora incluye Suecia y Finlandia, además de los Países Bálticos, Polonia y eventualmente Ucrania, se enfrenta a Eurasia que en lo grueso está conformada por Rusia y China continental.
BRICS (o Sur Global)
-El área de competencia o conflicto económico y comercial entre EEUU y China se estaría ampliando hacia algún tipo de organización Sur – Sur que incluya a los BRICS que parece ir decantando en un grupo bajo la influencia de Rusia, China, India, Brasil, Sudáfrica y países petroleros árabes. A partir del 1 de enero de 2024 se incorporaron al grupo Egipto, Irán, Emiratos Árabes Unidos, Arabia Saudita y Etiopía. Hasta ahora este grupo en formación parece tener un carácter económico y comercial, pero varios de sus miembros parecen ubicarse en una posición política antagónica respecto a los EEUU.
El 2 de septiembre Turquía fue el primer país de la OTAN que solicitó su ingreso a los BRICS “considerando que la hegemonía norteamericana se está desvaneciendo”.
Petróleo en Medio Oriente
El reemplazo de los combustibles fósiles por combustibles limpios y formas alternativas de generación de energía avanza aunque en forma menos rápida de lo imaginado. La oferta es igual o menor que la demanda pero hasta ahora el precio no ha mostrado un descenso significativo. Continuará siendo un elemento muy relevante en la economía mundial al menos por varios decenios más, pero irá dejando de ser una factor económico crítico y determinante para pasar a ser una forma complementaria frente a otras alternativas.
El petróleo de Medio Oriente irá perdiendo relevancia y los actuales productores de esa región ya están mostrando acciones destinadas a diversificar sus fuentes de ingresos, abriéndose a otro tipo de inversiones fuera de su región.
Consecuentemente, la importancia de Israel, para su defensa y control por parte de EEUU y sus aliados, continuará degradándose.
La importancia económica, política y estratégica del Medio Oriente, en su conjunto, continuará reduciéndose.
Israel después de la campaña de Gaza.
Con anterioridad a esa campaña, Israel había venido teniendo éxito en avanzar hacia la conformación de los llamados “Acuerdos de Abraham”. Además de Israel, los Estados árabes que participaron en la normalización de las relaciones diplomáticas fueron Emiratos Árabes Unidos, Baréin, Sudán y Marruecos. Todo el proceso fue supervisado por la Administración estadounidense, liderada entonces por el republicano Donald Trump. Los acuerdos dejaron afuera dos aspectos críticos: Palestina y el estatus de Jerusalén. Es decir, tenía mas valor político y propagandístico que real, pero apuntaba como un gesto significativo de aceptación de Israel en la comunidad de Medio Oriente.
La ofensiva de Hamas desde Gaza hacia “los asentamientos” al sur de su territorio que causó 1200 muertos y hasta 200 secuestrados fue seguida de una represalia israelí que provocó 45.000 muertos y 270.000 heridos y mutilados.
Su continuación en una campaña israelí inicialmente contra el Sur del Líbano se ha ampliado hacia Beirut e involucrado activamente en una campaña aérea contra Irán, cuyo final aún se desconoce a esta fecha.
Un primer efecto político de esta campaña fue el lanzamiento por parte de 90 Estados en NNUU para lanzar la Alianza Global para la Implementación de un Estado Palestino y una Solución de Dos Estados lo que incluía el reconocimiento de un Estado palestino independiente en los territorios designados en la partición de 1947, lo que vendría a imponer la devolución de los “Asentamientos” y pondría límite a varias aspiraciones establecidas en el Programa Sionista de Jerusalén de 2004. Esta campaña con rasgos de genocidio ha tenido un alto precio para la legitimidad del sionismo frente al mundo occidental, especialmente a nivel de la juventud en EEUU y Europa. Todos los estados árabes suscriptores de los Acuerdos de Abraham adhirieron a estas exigencias con lo que dichos Pactos perdieron toda validez.
Washington e Israel han estado cada vez más en desacuerdo, con Israel persiguiendo una estrategia militar mientras que Biden ha abogado por una diplomática. Netanyahu, por su parte en una declaración pública a los israelíes dijo que Israel ha cambiado la realidad estratégica en Medio Oriente con sus intensos ataques a grupos proxy iraníes.
Tal vez se refiera a que Israel ahora es vulnerable a toda suerte de ataque aéreos crecientemente más precisos y destructivos por parte de Irán.
La apreciación de Netanyahu: Todos ven nuestro poderío militar
«Todos ven el alcance [largo] [de la capacidad militar de Israel], todos ven el fuego sobre los objetivos y todos ven el precio pagado por aquellos que nos atacan», declaró Netanyahu.
«Cuando ordené el asesinato de Hassan Nasrallah (Comandante militar de las fuerzas de Hezbolah), todos sabíamos que toda una nación respaldaba esta decisión».
«Dije ayer que estamos en un período de días de grandeza, pero también de días desafiantes. Estos son días grandes – porque en ellos estamos cambiando la realidad estratégica en el Medio Oriente», declaró Netanyahu.
Especuló que la exhibición de fuerza de Israel ayudaría a forjar lazos con nuevos aliados en el Medio Oriente. En su discurso ante la ONU el viernes, especuló que Israel pronto podría normalizar relaciones con Arabia Saudita.
«El cambio en el equilibrio de poder trae consigo la posibilidad de crear nuevas alianzas en nuestra región porque Israel está ganando», afirmó Netanyahu.
«Nuestros enemigos y amigos ven una vez más a Israel como es – un país fuerte, decidido y poderoso», dijo Netanyahu.
Sin embargo, enfatizó que aún quedan días difíciles por delante, ya que Israel se mantiene firme en los objetivos que ha establecido – «la eliminación de Hamas, el regreso de todos nuestros rehenes y el retorno seguro de los residentes del norte a sus hogares.»
Las armas atómicas y la superioridad aérea
Israel nunca ha declarado la posesión de armas nucleares pero es de creencia común que dispone de ellas desde hace ya muchos años. Se sabe que Irán declara estar interesado solo en el uso de la energía nuclear para fines pacíficos, pero todas las señales apuntan a que Israel ya dispone de ellas y que Irán está muy cerca de lograrlas, mas aun con el apoyo de Rusia, Norcorea y China.
Parece evidente que, a la luz de la actual capacidad misilística de Irán, la actual superioridad aérea incontrarrestable de Israel, en un intercambio nuclear, no será significativa.
De la misma manera, la supervaloración de la superioridad aérea ofensiva, parece haber quedado en duda después de las guerras de Corea y de Vietnam.
El epílogo aun no se produce, hay factores políticos, morales y militares que aun no entran en juego y deberemos esperar algunas semanas o meses para verlos.
Melosilla 12 de octubre de 2024
Fernando Thauby García.