ALIANZAS Y ACUERDOS
Si miramos el Pacífico en su conjunto, podemos ver que tiene cuatro accesos: Estrecho de Bering, entre EEUU (Alaska) y Rusia; Estrecho de Malaca (y otros, desde Indonesia a Nueva Zelanda); Paso de Drake (Estrecho de Magallanes) y Canal de Panamá.
El Estrecho de Bering es una vía fluvial estrecha y poco profunda —de unos 85 kilómetros de ancho y 40 metros de profundidad— que separa Rusia de Alaska y conecta los océanos Pacífico y Ártico.
El aumento de la actividad minera y petrolera en el Ártico, así como el desarrollo de la Ruta del Mar del Norte (NSR), están impulsando un crecimiento en el tráfico marítimo a través del estrecho. Se espera que el tráfico marítimo en el estrecho de Bering aumente significativamente en los próximos años, principalmente debido a la mayor actividad en la Ruta del Mar del Norte y el desarrollo de proyectos de hidrocarburos en el Ártico.
Presenta riesgos naturales, como el hielo, las tormentas y las fuertes corrientes, que pueden dificultar la navegación y aumentar el riesgo de accidentes.
El Estrecho de Malaca es una vía marítima natural que conecta el mar de Andamán, en el océano Índico, con el mar de China Meridional, en el océano Pacífico. El Estrecho de Malaca no es sólo una vía marítima; es una arteria vital en el corazón del transporte marítimo global y un componente esencial en la logística internacional y la cadena de suministro. Se encuentra entre la costa nororiental de la isla de Sumatra en Indonesia y la costa suroccidental de la península malaya, conectando importantes economías asiáticas como Malasia, Singapur y Tailandia.
Su posición estratégica en la cadena de suministro lo hace indispensable para el comercio entre China, India y el Sudeste Asiático. Es una ruta esencial para el transporte de petróleo y otros bienes, con un impacto significativo en la economía regional y mundial.
La alta densidad de tráfico plantea desafíos en términos de seguridad, congestión y posibles incidentes marítimos
El estrecho tiene una longitud de 930 kilómetros y una anchura que varía entre 38 y 393 kilómetros, aunque su punto más estrecho frente a Singapur tiene sólo 2,8 km. Su profundidad media es de unos 37 metros, aunque hay zonas donde se reduce a menos de 25 metros, lo que dificulta el paso de los buques de gran calado. Esta limitación define el tamaño máximo de los buques, conocidos como “Malaccamax”, adaptados específicamente para navegar por este estrecho, con dimensiones máximas de 333 metros de eslora, 60 de manga, 20,5 de calado y desplazamiento de 300.000 toneladas de peso muerto.
Paso de Drake. Une los océanos Pacífico y Atlántico. Este paso marítimo, a veces calificado impropiamente como «estrecho», es la más meridional de las rutas de comunicación entre los océanos Pacífico y Atlántico. Por el sur forma parte del océano Antártico y al este limita con el mar de Scotia. Su anchura va de los 800 a los 950 Km y sus aguas son tradicionalmente consideradas peligrosas por los navegantes.
Canal de Panamá. Es un canal de navegación ubicado entre el mar Caribe y el océano Pacífico. Atraviesa el punto más estrecho del istmo de Panamá (82 km). Considerado como una de las grandes obras de la ingeniería mundial del siglo XX, el canal funciona a través de esclusas en cada extremo que elevan los barcos hasta el lago Gatún, un lago artificial creado para reducir la cantidad de trabajo requerido para la excavación del canal, a 27,5 metros sobre el nivel del mar, para después descenderlos hasta el nivel del océano Pacífico o el Atlántico. Antes de su apertura, los pasos naturales utilizados entre los océanos Atlántico y Pacífico eran el estrecho de Magallanes y el cabo de Hornos, ubicados en el extremo austral de Chile. Se utiliza un promedio de 200 millones de litros de agua dulce en cada paso de un solo barco. En 2012, Estados Unidos, China, Chile, Japón y Corea del Sur fueron los cinco principales usuarios del canal, que lleva de ocho a diez horas cruzar. El canal ampliado se inauguró en 2016, tras una década de obras. Desde los años 2020´s, el canal se encuentra amenazado por los bajos niveles de agua en los tiempos de sequía, producto de la falta de lluvias y del cambio climático.
Lo reseñado muestra que, aun en condiciones de paz y estabilidad internacional, tres de los accesos al Océano Pacífico son muy vulnerables por condiciones hidrográficas, topográficas, climáticas y densidad del tráfico. Si a esas características agregamos las restricciones que, en situación de crisis o guerra, imponen la amenaza aérea, submarina, de artillería costera y minas, se puede concluir que el tráfico de transporte militar y logístico desde el resto del mundo se vería muy restringido. Una parte sustantiva del material proveniente de los EEUU podría ser embarcado con mucha más seguridad en sus puertos del Pacífico, pero el desplazamiento de grandes unidades navales -portaviones, grandes transportes de tropas, petroleros y graneleros- tendrán que dar la vuelta al Paso Drake/Estrecho de Magallanes. Lo reseñado prueba que nuestro país se verá presionado para hacerse cargo de tareas de protección y defensa de esa zona o de entregar esa responsabilidad a otros países: Gran Bretaña o EEUU.
Actualmente, la insistente oferta de algunos medios periodísticos de argentinos de la construcción de una base naval, aérea y de ejército en Ushuaia para esos propósitos, no parecen tener asidero por las limitantes topográficas, hidrográficas y geográficas.
Las características de una posible alianza militar para la defensa de Asia bajo el alero de los EEUU, parece orientarse más hacia una amplia variedad de alianzas bilaterales que hacia una gran alianza multi-países y más allá de las preferencias del actual mandatario de los EEUU, un gran número de conocidos políticos y expertos norteamericanos que ven sus intereses nacionales para después del término de la actual administración, ya especulan sobre esa materia.
Chile no tiene demasiadas opciones. Somos parte del sistema occidental – norteamericano y como los países pequeños no hacen lo que quieren sino lo que se ven obligados a hacer, no podemos ponernos en otro bando que en el de los EEUU.
Tenemos una variante : Gran Bretaña. Nadie pondría en duda su proximidad política y cultural con los EEUU; ya está en el Atlántico Sur, en la Islas Falkland; tenemos una buena relación con ese país; nos conocen y saben lo que podemos aportar; juntos podemos mantener un adecuado control del Mar Antártico, del estrecho de Magallanes, de la Península Antártica y además contamos que una sólida capacidad de reparaciones y construcción naval alejada de la amenaza directa.
Una alternativa que debemos descartar completamente es la de una asociación o alianza de seguridad o defensa con uno o varios países de la región.
Pongo estas ideas a vuestra consideración.
Melosilla, 27 de Mayo de 2025
Fernando Thauby García
Capitán de Navío, infantería de Marina (r)