LA ESTRATEGIA NORTEAMERICANA DEL

«REGIME CHANGE» EN MEDIO ORIENTE

La estrategia de «Regime Change» (cambio de régimen) de Estados Unidos se refiere a su política exterior que promueve sus intereses mediante el derrocamiento de gobiernos extranjeros considerados hostiles o desestabilizadores para los intereses estadounidenses. Ha sido una herramienta recurrente en la historia de la política exterior de EE. UU., especialmente en el Medio Oriente.

Aplicación en Medio Oriente

La estrategia de «Regime Change» por parte de Estados Unidos, es una herramienta utilizada de manera sistemática, aunque con diferentes intensidades y modalidades según el contexto geopolítico.

Tiene un patrón histórico. Desde antes de la Guerra Fría, Estados Unidos ha intervenido en los asuntos internos de otros países para influir en la composición de sus gobiernos mediante el apoyo a golpes de estado, financiamiento de grupos de oposición, campañas de desinformación, presiones económicas e intervenciones militares directas, que muestran un patrón consistente.

Las justificaciones para estas acciones han evolucionado, pero a en general se refieren a la “seguridad nacional de EE. UU”., la promoción de la democracia (a veces de forma selectiva), la lucha contra el comunismo, el terrorismo o la inestabilidad regional, y la protección de intereses económicos o geopolíticos. La persistencia de estas justificaciones, aunque cambien de nombre, evidencian una estrategia subyacente.

A lo largo de las décadas, diversas doctrinas de política exterior estadounidense (como la Doctrina Truman, la Doctrina Reagan o la Doctrina Bush) han proporcionado marcos teóricos justificativos que de la ejecución de «cambios de régimen» como una herramienta legítima para alcanzar objetivos estratégicos.

La aplicación del «Regime Change» no se limita a la intervención militar. Se ha manifestado a través de una amplia gama de herramientas, desde las operaciones encubiertas de la CIA hasta sanciones económicas, diplomacia coercitiva y la promoción de insurrecciones o movimientos de oposición. La existencia de un arsenal tan diverso de herramientas indica que no es una reacción improvisada, sino una capacidad desarrollada y mantenida.

Si bien cada administración presidencial puede tener un enfoque particular y prioridades diferentes, la idea de influir en los regímenes extranjeros ha sido persistente en la política exterior estadounidense, adaptándose a las circunstancias del momento.

Aunque no todas las administraciones recurren al «Regime Change» con la misma frecuencia o de la misma manera, la capacidad y la disposición para emplear esta herramienta, sumado a un historial tan extenso de intervenciones, sugieren que es una política intrínseca y sistemática en el repertorio de la política exterior estadounidense, utilizada cuando se considera necesario para proteger o promover sus intereses globales.

EJEMPLOS DESTACADOS EN MEDIO ORIENTE:

La aplicación de esta estrategia en Medio Oriente ha sido variada y ha tenido diferentes justificaciones a lo largo del tiempo:

Una de las principales motivaciones ha sido el control de los recursos petroleros de la región. Esto ha llevado a alianzas con regímenes pro-estadounidenses y a la desestabilización de aquellos percibidos como una amenaza para estos intereses. El apoyo incondicional a Israel ha sido un pilar de la política exterior estadounidense en la región, determinando qué regímenes deben ser apoyados o derrocados.

Especialmente después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, la lucha contra el terrorismo se convirtió en una justificación central para intervenciones y cambios de régimen. La administración de George W. Bush acuñó el término «Eje del Mal» para referirse a países como Irak, Irán y Corea del Norte, argumentando que sus regímenes debían ser cambiados para evitar futuros ataques.

En algunos casos, se ha argumentado que el cambio de régimen buscaba promover la democracia y los derechos humanos, aunque esta justificación ha sido a menudo criticada por su selectividad y por los resultados contradictorios.

Irán (1953): Uno de los primeros y más claros ejemplos de «Regime Change» encubierto. La CIA y el MI6 británico orquestaron un golpe de Estado para derrocar al primer ministro Mohammad Mosaddegh, quien había nacionalizado la industria petrolera iraní, y restaurar el poder del Sha Mohammad Reza Pahlavi, un aliado de Occidente. Concluyó con el derrocamiento del Sha y el regreso de los Ayatolas.

Irak (2003): La invasión de Irak y el derrocamiento de Saddam Hussein son el ejemplo más notorio de «Regime Change» en la era post-11 de septiembre. La justificación oficial fue la posesión de armas de destrucción masiva y sus vínculos con Al-Qaeda, que luego resultaron ser falsos. El objetivo era derrocar a Sadam Hussein para establecer en Irak una democracia amiga que sirviera como modelo para la región. Fue un fracaso espectacular y terminó en una anarquía feroz.

Siria (a partir de 2011): Durante la guerra civil siria, Estados Unidos apoyó a grupos de oposición y buscó el derrocamiento del régimen de Bashar al-Assad. No pudo hacerlo y concluyó en el reemplazo de al-Assad por un dirigente ex – terrorista y antinorteamericano.

Libia (2011): Aunque no es un país del Medio Oriente en sentido estricto, la intervención de la OTAN, con un fuerte impulso de Estados Unidos, llevó al derrocamiento de Muammar Gaddafi en Libia, con el objetivo de proteger a los civiles y, de facto, facilitar un cambio de régimen. Libio terminó sumida en la anarquía y la guerra civil que continúa hasta hoy.

Afganistán (2001 al 2021): La intervención de Estados Unidos en Afganistán a partir de 2001 definitivamente cae en la categoría de «Regime Change».El objetivo inicial y directo de la invasión liderada por EE. UU. en octubre de 2001 (hasta 2019) fue derrocar al régimen talibán que gobernaba Afganistán y que habían dado refugio a Al-Qaeda, la organización responsable de los ataques del 11 de septiembre. Tras el derrocamiento de los talibanes, Estados Unidos y sus aliados instalaron un gobierno interino, liderado por Hamid Karzai, y luego apoyaron la creación de un sistema político y una constitución completamente nuevos. El objetivo era establecer un gobierno pro-occidental y más democrático.La intervención se transformó rápidamente en un proyecto de más largo plazo para transformar la sociedad y la política afgana, con la esperanza de crear un país que se alineara con los intereses occidentales. Concluyó con la huida de las fuerzas norteamericanas, 19 años después.

RESULTADOS Y CRÍTICAS

Los resultados de la estrategia de «Regime Change» en Medio Oriente han sido estados fallidos o caos; el derrocamiento de regímenes autoritarios llevó a la desestabilización de los países, la proliferación de grupos extremistas y guerras civiles, como se ha visto en Irán, Irak, Libia, Siria y Afganistán.

En resumen, la estrategia de «Regime Change» ha sido motivada por diversos intereses geopolíticos y de seguridad de los EEUU y su aplicación en el Medio Oriente ha demostrado ser ineficaz y contraproducente.

La actual intervención norteamericana en Irán -con la mano de Israel- para intentar la destrucción del régimen actual y su reemplazo por fuerzas políticas aun inexistentes, no parecen prometer mejores resultados. El evento es aún más peligroso dada la existencia -real o potencial- de armas nucleares en manos de, al menos, dos de los tres actores involucrados y la ubicación del conflicto en un lugar geográfico extremadamente volátil.

Melosilla, 18 de Junio de 2026

          Fernando Thauby García

Capitán de Navío Infantería de Marina (r)