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CHILE Y ARGENTINA, RELACIONES  EN EL PRÓXIMO GOBIERNO.

1.- Cambios en el Poder Nacional

El problema de las relaciones con Argentina tiene una componente histórica que debe ser considerada. Para tener una perspectiva realista y equilibrada debemos revisar, critica y realistamente, los cambios en el Poder Nacional, en ambos países, a lo largo del siglo XX, lo que va corrido del siglo XXI, y las perspectivas del futuro que vamos a construir para nuestro país.

Desde los inicios de la independencia, Chile fue capaz de organizarse política y administrativamente en forma mucho más rápida y eficaz que Argentina.

Con la Guerra contra la Confederación Perú Boliviana, Chile contuvo e impidió la reconstrucción del Virreinato del Perú. Fueron dos campañas, la primera fallida y la segunda exitosa. Ellas mostraron no solo la capacidad política, estatal y social de la dirigencia chilena, sino una clara voluntad de supremacía regional.

La Pacificación de la Araucanía, otra campaña militar notable, amplió geográficamente a Chile rompiendo la barrera mapuche y abriéndose paso hacia la incorporación de los territorios hasta la Isla de Chiloé. La voluntad política y la correspondiente capacidad de gestión estatal y militar le permitieron duplicar el territorio nacional hacia el sur, a través de territorios selváticos, muy accidentados y poblados por nativos belicosos.

En este lapso, Argentina inició, primero lentamente y luego con celeridad, lo que denominaron “la conquista del desierto” con una fuerza militar capaz de empujar, exterminar y someter a grupos indígenas diversos, la mayoría de ellos pacíficos. Al encontrarse con los mapuches, estos opusieron resistencia dura. No pudieron ser exterminados y éstos terminaron replegándose hacia el sur de la llanura patagónica y luego hacia el lado chileno, en la actual Araucanía, donde se hicieron espacio expulsando a sus habitantes originales.

La guerra del Pacífico mostró una vez más la voluntad de Chile de ampliar su territorio y fortalecer su economía, derrotando a la Alianza de Perú y Bolivia y conquistando territorios que formaron la base de la economía nacional por muchos años.

Argentina, parte de alianza secreta con Perú y Bolivia, dio prioridad a la continuación del avance de su ejército por la Patagonia, en una conquista territorial con menos resistencia. Ambas decisiones llevaron a Chile valorizar la riqueza mineral e industrial a corto y largo plazo y que Argentina se inclinara por la expansión de la ganadería y la agricultura.

Al término de la Guerra del Pacífico, el gobierno Chileno, con gran visión política y estratégica y con poco entusiasmo para iniciar otra guerra, esta vez con Argentina, -que muy probablemente hubiera ganado-, dejando atrás los archipiélagos patagónicos se saltó todo el espacio intermedio y ocupó, directa y decididamente el Estrecho de Magallanes, truncando el proyecto argentino y asegurando el control del paso interoceánico.

Es necesario recordar que ya en esa época, el Estrecho era un paso crítico para el tránsito de carga marítima entre el Pacífico y el Atlántico.

Chile conservó su Armada de la Guerra del Pacífico y con ella hizo crecer el territorio nacional y pudo apoderase y conservar el Estrecho de Magallanes pese a la furia y frustración argentina.

Luego tenemos la Revolución Mundial causada por el crecimiento industrial y económico de Europa que concluyó en dos guerras mundiales 1914-1918 y 1939-1945 . Las guerras “Mundiales” en Europa dieron vuelta al orden internacional mundial y culminaron con el establecimiento de la hegemonía global por parte de los EEUU a partir del año 1946, en competencia con la Unión Soviética.

Argentina quedó en condiciones inmejorables, con un fuerte flujo de inmigrantes sur-europeos, con una Europa hambrienta y en reconstrucción con el financiamiento norteamericano; situada en una posición alejada pero con una vía de comunicación marítima directa por el Atlántico, segura y expedita y con un territorio fértil, extenso, capaz de producir mucho trigo y carne. Justo lo que necesitaba Europa.

Chile, en el Pacífico, quedó excéntrico respecto a los mercados mundiales, con una oferta de exportación limitada -nitrato, cobre, algo de trigo- y con una economía abierta que se derrumbó con la crisis del salitre y luego la crisis financiera de 1930 y debió cerrarse al mundo, optar por una pseudo autarquía económica y caer en la debilidad militar.

Desde 1920 hasta 1973, Chile se arrasó en la mediocridad proteccionista y socialista que repartió pobreza y enfrentó desde la debilidad a una Argentina agresiva y hostil que consideraba que en la vuelta anterior Chile había ganado bastante a costa de los territorios que ellos deseaban.

A comienzos del siglo XXI las tornas se dieron vuelta. El eje de la competencia por la hegemonía mundial cambió al Océano Pacífico en una competencia entre China y EEUU, la oferta exportadora de Chile se potenció con nuevos productos -cobre, madera, productos del mar, harina de pescado, frutas, servicios y otros- mientras Argentina ocupó el lugar que Chile tuvo: excéntrico, arruinado y repartiendo pobreza.

Este largo rodeo fundamenta la aseveración de que Argentina y Chile deberán acostumbrarse a relacionarse a partir de esta nueva situación.

Chile avanza en el proceso de seguir desarrollándose, comerciando con Asia y EEUU, incorporándose con Japón y EEUU al esquema de seguridad del Pacífico y consolidando sus derechos antárticos en compañía de Gran Bretaña. Chile posee casi la mitad de la costa del Pacífico de Sudamérica, es fuerte y valorado como socio militar eficaz.

Argentina está reconstruyendo su economía y sus estructuras económicas y sociales, la agricultura y la ganadería ya no son fuente de riqueza como lo fueron y durante su período de bonanza no logró conformar una industria eficiente y competitiva. Si quiere entrar eficientemente al mercado de Asia Pacífico (China e India), en forma competitiva, debe enviar su carga por los puertos chilenos o por el Estrecho de Magallanes.

En breve, nuestras relaciones con argentina pasan por imponer, con buenas maneras, con suavidad pero con constancia y firmeza que el Chile de hoy se parece más al del siglo XIX que al del siglo XX y que las bravatas y amenazas de Argentina pondrán en peligro sus propios intereses económicos y eventualmente, podrán recibir un castigo de fuerza.

2.- Relaciones con Gran Bretaña y la sensibilidad Argentina

Chile tiene sus propios intereses y debe promoverlos con un esfuerzo proporcional a su valor e interés. Con Gran Bretaña nos unen intereses en la Antártica y el control conjunto del acceso al Estrecho de Magallanes, Paso Drake y la posición estratégica marítima de las Islas Falkland.

De la misma manera, es un socio importante desde el punto de vista de la defensa del Océano Pacífico en el marco de la Alianza Occidental, al lado de los EEUU.

La sensibilidad Argentina debemos comprenderla, no provocarla, no exagerar, pero tampoco limitar nuestros intereses nacionales. Si además controlamos el acceso directo de su hinterland agrícola  e industrial y de su futura zona de desarrollo industrial y tecnológico (Norte y Centro de Argentina), a los mercados de China e India, tendremos herramientas suficientes para hacerles sentir nuestra autonomía política y estratégica.

Viña del Mar, 1 de Noviembre de 2025

         Fernando Thauby García.

Capitán de Navío, Infantería de Marina (r)