Grande Evo; no tiene mar pero sabe navegar en mares procelosos. Es un intuitivo nato.
Vio venir las nubes en el horizonte y oportunamente comenzó a orientar las velas del gobierno boliviano para hacer frente al temporal que se acercaba.
Como navegante experimentado sabe que los cambios de rumbo hay que hacerlos antes que el oleaje tome fuerza y las olas se encrespen … y hay que hacerlos con rapidez para abreviar el tiempo de peligro de volcarse.
La cosa pintaba mal para el socialismo del siglo XXI:
– Cristina de salida, con escándalo de truenos histriónicos y relámpagos de utilería como solo ella lo sabe hacer: mas que un final wagneriano, un lastimoso esperpento institucional.
– Dilma, con la carga de la corrupción desestibada, amenazando dar vuelta de campana la nave del estado, la tripulación amotinada y ella caminando por el tablón empujada por la punta de la espada de los socios que ninguneó cuando era poderosa, mientras su amigo Lula, haciéndose el despistado, mira al horizonte por sobre la otra borda, tratando de pasar desapercibido;
– El gran Maduro hundiéndose con poco estilo, el agua llegándole ya al cuello, pataleando desaforado y hablando como loro, sin poder cerrar la boca. Los milicotes chavistas tratando de hacer buena letra y el bueno de Diosdado pensando hacia que costa nadar.
– Sus compadres Castro, isleños, navegantes de toda la vida, expertos en correr temporales, ya habían cambiado el rumbo dirigiéndose a buscar refugio -con decisión y sin titubeos- en los puertos capitalistas de Florida.
– Su amigo Correa, previsor él, renunció a la reelección eterna, recogió velas y se puso “al pairo”.
Para colmo de los colmos, el intento de presidencia eterna de Evo, pergeñado por García Linera, estaba haciendo agua ante la falta de entusiasmo de la tripulación altiplánica.
Navegar aguas populista requiere disponer de muchos recursos económicos, los tripulantes de esos regímenes son exigentes e inmisericordes y los tesoros capturados producidos en gobiernos anteriores se estaban agotando. Es sabido que el populismo sin chequera no tiene destino. Evo captó la situación y en forma silenciosa y diestra comenzó el viraje. Emblemático, próximamente intentará abuenarse con EEUU, no como actividad mediática o propagandística, en serio, lo doy firmado.
Hace ya mas de tres semanas que bajó el tono de su insultos hacia Chile, su gobierno y su gente. Luego se calló. Presa de un súbito silencio y de una mesura que todos desconocíamos comenzó su acercamiento a sus ex enemigos capitalistas; es que es muy fome quedarse solo en el planeta, sin plata, sin inversiones y sin que nadie se la juegue por su destino.
Su última gira europea no lo dejó del todo convencido de que la Canciller alemana Angela Merkel y el francés Hollande lo seguirían en su ruta revolucionaria; su propuesta de abolir el capitalismo, -aunque audaz y creativa-, no encontró todo el eco deseado, en realidad no encontró ninguno. Tampoco logró que los ayatolas Iraníes desplazaran a Alá en su ideario religioso y lo reemplazaran por la Pachamama, ni pudo convencer al Papa Francisco de poner un Ekeko en el altar mayor del Vaticano.
La cosa no pintaba bien y Evo, mediterráneo pero marino de alma, intuitivo y perspicaz, se acogió al antiguo adagio que, traducido en beneficio de los lectores no expertos en dialectos marineros, se lee como: cuando te tienen agarrado del cogote cierra la boca, no te muevas y no jorobes, si haces otra cosa, peor para ti.
Comenzamos a convivir con un nuevo Evo, discreto, amistoso y levemente capitalista. Cada día será peor para su proyecto revolucionario, la tendencia es negativa para sus aspiraciones y la marea va en otra dirección, lo bueno para él es que se dio cuenta oportunamente y ya está enderezando el rumbo.
Evo, estás ante tu última oportunidad, arrepiéntete, retira tu demanda ante la Corte Internacional de Justicia, pide disculpas a Chile y trata de comenzar todo de nuevo, ahora con buenos modales y con peticiones racionales, puede que te resulte algo como es sabido, el 1% de algo es mejor que el 100% de nada.