BOLIVIA NO TENDRÁ MAR

No hay caso, Morales con un micrófono en la mano es un peligro público.

Su agresividad pueril hacia Chile ha causado mas daño a su país que el peor enemigo de Bolivia que pueda existir en nuestro país. Puede ser su falta de mundo; talvez su ignorancia supina o su mentalidad provinciana o quizás su lógica enrevesada que expresa su desesperación ante el poder que se le va entre los dedos. En realidad solo es un caudillo autoritario en un país sin instituciones ni modales y eso es una desgracia.

El pasado miércoles 23 de marzo, en el Día del Mar, Morales instruyó a la Dirección de Reivindicación Marítima (Diremar) “estudiar alternativas jurídicas para defender las aguas del manantial Silala”, que según él, erróneamente, abastecen a varias ciudades del norte de Chile sin pagar ningún tributo a Bolivia. A solo dos días de haber dispuesto “el estudio de las alternativas jurídicas” ya señaladas, el sábado 26, Evo en un arrebato electoral y patriotero avanzó ahora a decidir demandar a Chile en La Haya. Evo se explayó: “Hermanas y hermanos, he decido no solamente hacer la demanda de la salida al mar con soberanía al Pacífico. Hemos decidido ahora, como no nos quiere resolver Chile sobre aguas del Silala en el departamento de Potosí, hemos decidido (…) vamos a acudir a la Haya para que Chile respete nuestra aguas en el Silala, en el departamento de Potosí”, dijo en un acto en el municipio cochabambino de Cuchumuela. El auditorio eran ciudadanos de Potosí, uno de los lugares en que su popularidad es mas baja y donde perdió el referéndum al que llamó para apernarse en el poder. En el breve discurso se refirió cinco veces a que todos los abusos de Chile eran en perjuicio de Potosí y que él lo estaba resolviendo. Ahora se trata de que “Chile tiene que reconocer lo que nos están robando agua del departamento de Potosí y estamos con la razón, estamos con la justicia”.

Morales está empezando a captar que no habrá mar soberano para Bolivia, solo le queda seguir insultando a Chile, la fuente imaginada de todos sus males. Es un pobre consuelo para un pobre hombre.

Gonzalo Barrientos, diputado por Potosí, como era de esperar respaldó la demanda contra Chile para exigir el pago por el uso de las aguas del Silala (algo que Chile ya le había propuesto a Morales en el marco de las conversaciones de los 13 puntos) pero desde una perspectiva bastante mas racional que la de Evo señaló: “Corresponde llevar adelante un juicio de derecho internacional privado, en el cual el Estado boliviano exija a quienes de manera indebida están comercializando estas aguas”. Es decir, sitúa el conflicto entre el estado boliviano y privados chilenos, en un contexto comercial y no patriotero ni de soberanía. El problema es que este diputado claramente no entiende que lo que está en juego para Evo es su vida … y no solo algunos dólares mas.

El día 27, Morales siguió con su cantinela. En un discurso plagado de errores factuales, de apreciaciones pasionales y de suposiciones antojadizas, insistió con sus habituales insultos y mentiras. Chile se opone a la voluntad del caudillo bárbaro: Chile es malo, Chile debe de ser castigado.

El día 27, el Canciller chileno, Heraldo Muñoz le contestó con claridad y energía recomendándole considerar las posibles reacciones de Chile, entre las cuales estaba una contrademanda en esa misma corte. Muñoz afirmó que Morales quiere utilizar a Chile “para enfrentar los problemas de política interna” que tiene en su país. El Canciller señaló que hasta el año 1997 las autoridades bolivianas reconocían al Silala como un río internacional y que en 2009 hubo negociaciones bilaterales para el uso compartido de las aguas en las que “se llegó a un preacuerdo y a última hora Bolivia no firmó”. Para Evo esto es inaceptable. Para él los hechos no tienen valor, solo importa lo que él quiere aquí y ahora.

La reacción chilena esta vez fue con enojo, los partidos opositores exigieron al Gobierno retirarse del Pacto de Bogotá, “(…) si quieren demandas judiciales no puede haber más diálogo. Si insisten en la demanda nos debemos retirar del Pacto de Bogotá, no podemos seguir (siendo) trapeados por el ansia de Bolivia de hostilizar a Chile”. El Canciller insistió: “lo que queda claro es que no es sólo el mar, ahora son los ríos y cualquier otra excusa para agredir a nuestro país y sus intereses. No importa cuántas demandas interponga Bolivia en los tribunales internacionales, Chile no cederá soberanía”, sostuvo Muñoz en una declaración pública. Reiteró que si finalmente Bolivia demanda de nuevo a Chile en La Haya, su país presentará una “contrademanda” porque considera que el Silala es un río internacional de uso compartido.

El pobre Canciller Choquehuanca, una vez mas tuvo que salir al escenario a tratar de aclarar las incoherencias de su jefe. Pero sus explicaciones fueron lastimosas: Manifestó que “la intención de su país al presentar una nueva demanda en contra de Chile por el uso de las aguas del rio Silala es ejercer soberanía sobre territorios que le pertenecen. El canciller boliviano explicó que con la acción judicial «simplemente lo que queremos es ejercer soberanía sobre lo que nos pertenece, queremos resolver todos nuestros temas pendientes». Choquehuanca sostuvo que «con Chile tenemos varios temas pendientes. No solo el mar (…) el Silala es uno de los temas pendientes que tenemos que superar mediante el diálogo. Hoy día pasan 180 litros por segundo a Chile y el acuerdo inicial busca que Chile compense con el 100% de las aguas». «Hemos empezado en Bolivia un proceso de recuperación de nuestros recursos y autoestima (…) Queremos ejercer soberanía sobre lo que nos pertenece y arreglar los temas pendientes», añadió.

¡Según el secretario de Estado boliviano «lo que pide Bolivia es resolver a través de un diálogo, de una negociación sincera». ¿Quién entiende algo en esta sopa de contradicciones?

No hay territorios en disputa, solo de uso de agua. Chile y Bolivia llegaron a un acuerdo al respecto en el año 2009 con negociaciones bilaterales para el uso compartido de las aguas en las que “se llegó a un preacuerdo y a última hora Bolivia no firmó”. Si quieren arreglar los temas pendientes “a través del diálogo, de una negociación sincera” ¿que significa la amenaza de ir con el pleito a La Haya? y si quieren recuperar su auto estima, consulten a un siquiatra.

Esta es la gota que rebalsó el vaso. Seguramente Morales, con su sensibilidad de rinoceronte, no se debe haber percatado de nada. Chile es un país tardo en reaccionar y cuando lo hace, actúa con fuerza que sorprende al agresor. Y pareciera que la reacción es desmedida. No es así, la acumulación de insultos, insolencias y mentiras se eleva paso a paso, pero el castigo llega de un golpe, con mucha fuerza y sobre todo con persistencia y entonces es tarde para lloriquear.

Javier Murillo de la Rocha, ex canciller de Bolivia, en una columna del día 27 de marzo en que intenta repasar algunos elementos de este largo incordio, después de una retahíla de incoherencias y mentiras concluye con un destello de sentido común: “Lo que debe quedar claro es que los problemas de esta magnitud solo se resuelven cuando la voluntad política es más grande que los obstáculos que hay que remover”. “En suma, llegado el momento de reanudar las negociaciones, es de esperar que se hagan presentes, en el escenario temporal de las mismas, la clara voluntad de Chile de llegar a un acuerdo, la viabilizadora actitud del Perú, y un consenso en la opinión pública de Bolivia. Factores que, en el largo periodo de los pasados 137 años no pudieron coincidir en un mismo tiempo político internacional”.

Dado el comportamiento incivil de Evo Morales ¿qué podría hacer pensar a Murillo que esta vez puede esperar otro resultado que el mas rotundo fracaso?. Nada. Mas aun, ahora nadie puede tener dudas: Con Bolivia no se puede negociar nada ya que, como lo señala el ex Canciller boliviano Javier Murillo de la Rocha, los Bolivianos ni siquiera están de acuerdo respecto a lo que quieren.

Bolivia seguirá sin mar por los siglos de los siglos, Amén.