Mi generación y las coetáneas, nos formamos en un firme desinterés y desprecio por la política. En mi caso particular creo que lo heredé de mi padre, militar, que estuvo en servicio en los años ´30 y hasta finales de los ´40 en que las FFAA se vieron envueltas en movimientos políticos que resultaron en divisiones y desprestigio.
Pero la realidad mostró que estábamos equivocados, en las grandes crisis políticas nacionales las FFAA siempre son arrastradas o empujadas a participar y quiéranlo o no, terminan envueltas en ellas.
Primer error. Creímos que manteniéndonos al margen podríamos evitar ser politizados. Allende usó a los Altos Mandos para intentar la materialización de su programa político. Forzando la interpretación de la Constitución los obligó a integrarse a su gabinete y a asumir cargos políticos en la administración pública. Algunos, como Prats, se unieron a él.
Durante el Gobierno Militar, algunos fueron destinados a tareas de gobierno pero la mayoría siguieron en sus actividades netamente militares. Estos últimos no participaron en política.
Terminado ese gobierno, fuimos forzados a ingresar a la ciudadanía electoral imponiéndosenos el voto obligatorio. La verdad es que nadie tenía el menor interés en ello, pero así fue. Pese a lo cual, muchos -la inmensa mayoría- decidieron no “estar ni ahí” con la política, pero comenzó la persecución político-judicial y nos “metieron ahí” a la fuerza.
Segundo error. Confiamos en que la legitimidad de nuestros motivos y la lealtad de los chilenos a quienes habíamos librado de la tiranía marxista nos defenderían de la venganza de los derrotados y harían causa común con nosotros. Nos abandonaron y algunos, los mas oportunistas, nos desconocieron.
Esto nos llevó, contra nuestro propios deseos y naturaleza a darnos cuenta de que la única alternativa válida era la de organizarnos y defendemos solos o estaríamos condenados a seguir siendo perseguidos y encarcelados por un poder judicial que la experiencia muestra que es solo una excrecencia de los poderes político y económico; sin posibilidad alguna de tener un juicio justo; sin consideración del contexto y difamados y humillados con museos financiados por el estado.
Asofar y la Multigremial de las FFAA, Carabineros e Investigaciones en Retiro (FACIR) son el gran resultado de esa decisión. Tenemos mas de 200.000 miembros y aumentarán.
Este breve recuento muestra que los militares que podemos participar en política – los retirados- debemos hacerlo y en forma autónoma, activa, decidida y con destreza. En eso estamos. Como personas serias que somos, esta participación requiere estudio, observación, análisis, aprendizaje y disciplina, que nos permita hacerlo con éxito.
La actividad política no es algo que interese a todos y es entendible, pero ello no exime de la obligación de estar informados; de dar su opinión constructiva y realista respecto a los asuntos que atañen a la comunidad militar y nacional y de elegir entre las alterativas que otros presenten.
Nos somos neutrales. Tenemos valores definidos que nos exigen acción concreta. Tenemos una visión social de Chile. Tenemos la formación adecuada para entender que la economía no es magia ni ciencia dura: es una ciencia social que se basa en relaciones causa efecto definidas, pero cuya intensidad y resultados están sujetas a la influencia y las necesidades humanas.
Sabemos de la importancia del estado, pero estamos conscientes que una cosa en una organización estatal seria y eficiente como la nuestra y otra muy distinta son otras entregadas al abuso y la corrupción de oligarquías políticas, sindicales y familiares.
Sabemos que el estado administrado por un lote ideologizado es el mayor peligro para la libertad y la prosperidad.
Confiamos en la iniciativa, la libertad y el emprendimiento de las personas.
No necesitamos de intermediarios que nos digan que es correcto y que no y ponemos el interés nacional por encima de los nuestros: es la característica básica de nuestra profesión y estilo de vida.
No es razonable que formemos un partido político, entraríamos al mismo juego; pero no por ello dejamos de tener poder político; poder que nace de nuestro número, comunidad de intereses gremiales, homogeneidad valórica, cohesión social, lealtad mutua y disciplina. En nuestro caso parece mas conveniente conservar la condición de movimiento social y gremial homogéneo, compacto y autónomo en vez de diluirse en una organización con alto número de miembros con intereses diversos.
La práctica política se adapta bien a nuestras costumbres pero nos exige tres cambios importantes: El primero, es que tratándose de una organización democrática cada persona vale un voto y todos tienen el deber de manifestar su opinión y preferencia; el segundo es que todos tiene también el deber a estar informados de las decisiones de la organización y el tercero, todos deben participar en los procesos de toma de decisiones y en su materialización, en la forma en que se establezca.
El próximo período electoral pondrá a prueba nuestras convicciones, nuestra habilidad política y nuestra disciplina.
Me parece evidente que como primer elemento para decidir a quien apoyar en primera vuelta habría que saber, con certeza, que candidatos comparten los mismos valores con nosotros y quienes no. Para ello hay que definir nuestras exigencias y plantearlas a todos, sin exclusiones, recibir formalmente sus respuestas e informarlas a toda nuestra comunidad. Ello nos permitiría determinar, objetivamente, a quien apoyar. Podría ser que ese candidato no sea uno de los con mayor intención de voto, pero eso no es vital; existe la segunda vuelta. Una vez establecido y hecho público el compromiso del candidato, deberíamos apoyarlo con toda nuestra energía y darle nuestro apoyo total.
Me parece que el primer y fundamental punto de divisoria de las aguas es el compromiso público del candidato y previo a las elecciones, de indultar a todos nuestros presos políticos; terminar la persecución política y judicial contra nuestros militares y cerrar los museos del odio contra las FFAA financiados por el estado.
Habrá que esperar el desarrollo de los acontecimientos para decidir que hacer en la segunda vuelta.
Lo mas importante, mientras nos mantengamos unidos podremos seguir luchando, no importa cuanto reveses tengamos. Confiemos en que la maldad y estupidez de nuestros enemigos en algún momento los pondrá a nuestro alcance, así se demore cien años.
La entereza e integridad de nuestros compañeros y amigos -capturados por el enemigo- que resisten en Punta Peuco ha sido el motor que ha despertado e impulsado a nuestra organización y motivado nuestro ingreso a la política.
Ahora que tenemos el instrumento debemos pasar a la acción.