LA VICTORIA DEL PUEBLO BOLIVIANO

Después del fracaso en el Congo, el Che Guevara con apoyo de Fidel Castro decidió establecer un “foco” guerrillero en Bolivia para “crear cien, mil Viet Nam”, en la creencia de que capturando el corazón de Sudamérica que limita con Argentina, Chile, Perú y Brasil, su control permitiría extender con facilidad la guerra de guerrillas a todo el continente, sobre todo a Argentina. Una simple ojeada a un mapa escolar muestra que la elección era de una estupidez infinita.
Para reforzar este error increíble, eligieron comenzar en el peor lugar posible –Ñancahuazú- carente de agua y aislado de todo, próximo al Rio Grande, 250 Km al sur de Santa Cruz de la Sierra.
Adquirieron un campo de 1500 Há en una zona casi deshabitada, demasiado lejos de la frontera con Argentina, donde se estableció la base guerrillera.
Fue elegido prácticamente sin ningún análisis estratégico y sin clara conciencia de su ubicación,
La guerrilla, formada casi íntegramente por extranjeros con amplia experiencia de combate, fue apoyada logísticamente, en lo político, en la provisión de inteligencia y dinero por un número amplio y variado de activistas marxistas de Sudamérica y Europa.

El 1º de Febrero de 1967 iniciaron sus actividades militares.
La izquierda mundial, notablemente la chilena, ha hecho gran caudal del apoyo militar norteamericano que en realidad se redujo a entrenar a un grupo pequeño de soldados bolivianos en técnicas de contrainsurgencia que entraron en combate en la última etapa de la lucha. Nada comparable a la propaganda y apoyo marxista mundial de que gozaron los invasores.
El Ejército boliviano, rudimentario, mal entrenado y pobremente equipado era el enemigo ideal para este grupo selecto de veteranos de intervenciones comunistas en África, Centroamérica, Cuba y de los establecimiento soviéticos de inteligencia y entrenamiento.

El pueblo boliviano entra en acción:
“Un viernes, 10 de marzo de 1967, Mario Moreira, de 16 años, cursaba el primer año de la Escuela de Sargentos de Cochabamba. Sin ninguna explicación, es convocado para incorporarse a un ejercicio. “Éramos cuatro alumnos y dos suboficiales y de repente nos dan armamento, nos dan camuflado y ni siquiera teníamos tiempo de despedirnos de nuestras familias. Nos dijeron que regresaríamos el día lunes y la verdad, no regresamos durante 10 meses”.
“Directamente aparecimos en Camiri”, con un ambiente totalmente diferente y apenas tratando de habituarse, recibe una nueva orden: “Nos designan directamente con la tropa y a una compañía donde nos presentamos para realizar el rastrillaje” de la zona, pero aún sin saber que estaban cerca de enfrentarse con la guerrilla de Ernesto “Che” Guevara.
«Empezamos la marcha desde las 4 de la mañana …de repente, les dan la orden de avanzar hacia el monte “pero no teníamos ni machete ni nada, entonces, ingresamos por la parte más fácil que es el cañadón para avanzar hacia la casa de calamina”.
Relata que a eso “se sumaba que sólo contaban con fusil máuser, frente a un enemigo que tenía ametralladoras, carabinas, radios, etc”. Entonces, de repente, un 23 de marzo, “cuando avanzamos uno detrás de otro en columna, tan sólo escuchamos el tiroteo. Resulta que ellos nos estaban vigilando, nos estaba esperando, mientras nosotros avanzábamos ellos ya nos estaban apuntando”.
Se trataba de la primera emboscada que sufrió el Ejército Boliviano por parte de la guerrilla. “Sólo escuchamos gritos de dolor de nuestros camaradas que decían ¡No quiero morir! ¡No quiero morir!”.
“Es difícil narrar pero es así, imagine el sacrificio que ese soldado ha hecho para que ahora no nos reconozcan”. Como resultado de esa primera emboscada, se registraron siete heridos y siete muertos.
“Eso está escrito en el Diario del Che, además cuando todos los fallecidos se quedaron en el río”.
“Esa fue la primera acción cobarde que nos afectó psicológicamente (llora), yo estaba más atrás prácticamente al medio, vi a los guerrilleros pero no podíamos hacer nada”.
“Los que conocemos el dolor de la muerte es difícil (llora), sin embargo, nos sentimos orgullosos porque nosotros hemos cumplido con la patria, con la Constitución Política del Estado, con ese juramento”, dice Moreira quien ahora tiene 67 años”
“Ese día, caminamos toda la noche, nos organizamos y luego ingresamos un monte alto y de repente cerca de las 8 de la mañana, notamos que había un silencio absoluto que nos pareció extraño porque nosotros estábamos acostumbrados a que el monte haya sonidos que hacen los bichos o animales”.
“Vimos que había un sendero como un riachuelo y el cabo policía me dice: ‘mi perro está inquieto’, entonces hicimos un alto y no cruzamos, pero largamos al perro que directamente cruzó el sendero y se abalanzó sobre los guerrilleros, quienes nos estaban esperando”.
“Escuchamos directamente el disparo y los aullidos del perrito. No murió, estaba herido, agonizando, y ahí empieza el tiroteo”. El “Che”, en su diario, confirma este relato e incluso, señala que él fue quien disparó al can: “tiré sobre el primer perro, errando el tiro, cuando iba a darle al guía”.
Ese día murieron dos personas y el perro Tempestad. “Acá lo más importante es que me salvó el perro y gracias a la acción porque si no ladraba, estoy seguro que muchos de nosotros estaríamos muertos. A partir de eso, el ‘Che’ fue un fracaso”.

En este relato no hay ideología, solo sentido del deber, valentía, patriotismo y nacionalismo de la mas pura estirpe. No se trata de una maquinaria militar combatiendo a idealistas nacionales sino de un grupo de soldados miembros del mas puro pueblo boliviano peleando contra una banda de extranjeros experimentados, invasores, soberbios y llenos de sentimientos de superioridad intelectual, moral y militar.

Según la prensa gobiernista: “Ayer 8 de octubre, de 2017 el presidente Evo Morales llegó a La Higuera, en Vallegrande, junto a una histórica caravana compuesta por seguidores nacionales e internacionales del comandante Ernesto Che Guevara, para rendir un homenaje al líder guerrillero argentino cubano que fue asesinado en ese lugar en 1967. Tras realizar una caminata de 2 kilómetros, Morales colocó una ofrenda floral en el busto del Che, junto a los exguerrilleros cubanos Harry Villegas (Pombo) y Leonardo Tamayo (Urbano) y autoridades de Estado”.
Ni una palabra para los 2 Tenientes, 3 Subtenientes, 5 Suboficiales y Sargentos, 33 Soldados, 1 Policía y 5 Guías Civiles que murieron luchando por el honor, libertad y dignidad de su patria. Ahí no hay generales, diputados ni senadores, no hay empresarios ni académicos. Pueblo, solo pueblo.

El 8 de Octubre, once meses después de iniciada la aventura, soldados bolivianos mejor entrenados llegan a la zona de combate y terminan de derrotar a los “expertos” guerrilleros. Solo 6 violentistas escapan, con la ayuda de Salvador Allende, 2 fueron ejecutados por sus “compañeros”, 2 desertaron. El resto fue muerto. No “asesinados” como dice la propaganda, murieron bajo el asedio de los militares bolivianos. Los terroristas armados no son ciudadanos que luchan por sus ideas, son militares irregulares extranjeros y si la guerra es demasiado dura para sus tiernos corazones es que se equivocaron de enemigos, por lo demás, el Che Guevara es explícito en su “doctrina militar”:

“El odio como factor de lucha; el odio intransigente al enemigo, que impulsa más allá de las limitaciones del ser humano y lo convierte en una efectiva, violenta, selectiva y fría máquina de matar. Nuestros soldados tienen que ser así; un pueblo sin odio no puede triunfar sobre un enemigo brutal. Hay que llevar la guerra hasta donde el enemigo la lleve: a su casa, a sus lugares de diversión; hacerla total. Hay que impedirle tener un minuto de tranquilidad, un minuto de sosiego fuera de sus cuarteles, y aún dentro de los mismos: atacarlo donde quiera que se encuentre; hacerlo sentir una fiera acosada por cada lugar que transite. Entonces su moral irá decayendo…”.

Enseñó con su ejemplo personal, cuando un soldado boliviano lo encañonó y lo conminó a rendirse, imploró: “Alto, no dispares, soy el Che Guevara y valgo mas vivo que muerto”. Toda una arenga final. De profunda estirpe capitalista y de lucro.

El general boliviano en retiro Gary Prado, que siendo capitán capturó a Ernesto «Che» Guevara, y un centenar de ex soldados inauguraron un mural dedicado a sus caídos en los enfrentamientos de 1967 y desfilaron para mostrar su orgullo por su victoria sobre el revolucionario. Prado señaló que el mural representa ese homenaje a los soldados que combatieron la guerrilla y destacó la importancia de transmitir los nombres de los caídos para las futuras generaciones.

Los fanáticos izquierdistas, repletos de odio e ideología, primero descabezaron a los altos mandos de las FFAA y luego las cooptaron hasta desnaturalizar su carácter de fuerzas nacionales, patrióticas, constitucionales

“Cuando les dicen pónganse ponchos rojos encima de sus uniformes, se los pusieron; cuando le ponen un collar de hoja de coca ello se aguantan; ahora les dicen vamos a rendir honores al ‘Che’, van pues. ¡Pero qué pena la institución! Hay una rabia por esos actos de servilismo”, dijo Prado..

Finalmente Prado dijo que el guerrillero cubano-argentino simboliza victoria para las FFAA, porque éstas lo derrotaron al igual que al castrismo que “quería incendiar Bolivia convirtiéndola en un Vietnam”. “Es una victoria importante de las FFAA. Fue la operación militar más importante que ha habido después de la Guerra del Chaco”, indicó.
En efecto, en solo 11 meses capturaron, eliminaron e hicieron arrancar a la guerrilla que iba a conquistar Sudamérica.
Honor y gloria para estos soldados bolivianos que cayeron combatiendo por su patria, su tierra y su dignidad.
Vergüenza para Evo Morales y su comparsa internacional.