A modo de precalentamiento Iglesias insultó y descalificó a los políticos de Chile que no le gustan. En medio de su fracaso, Allende trajo a Fidel Castro para relanzar la revolución, Boric, después de la derrota abrumadora del Rechazo, trae a Iglesias.
Lo más probable es que trate de consolarlo y darle ánimos, pero lo mas relevante son las directivas que le deje.
La primera corrección apuntará, con seguridad a que Boric y su pandilla hagan abandono y se alejen de las tropelías que han empleado en forma sistemática contra la nación y sus símbolos.
El espectáculo de los Convencionales pifiando y abucheando a la orquesta de niños que interpretaban la Canción Nacional fue satisfactorio para el extremismo de izquierda y el Partido Comunista pero no cayó bien en el pueblo chileno, igual que la “artista” trapeando el suelo con la bandera. Peor aun fue la destrucción de la Tumba del Soldado Desconocido y del monumento al General Baquedano.
Capítulo aparte son los shows porno-políticos de grupos de degenerados ultrajando la decencia en forma obscena frente a un público que incluía la presencia de menores en un escenario en la Alameda o el asqueroso montaje “artístico” armado en Valparaíso bajo la mirada benévola del Alcalde y demás autoridades Frente Amplistas.
La sistemática campaña contra los deportes tradicionales, como el rodeo, sostenido con persistencia tampoco han contribuido a acercar a Boric y su revolución al Pueblo Chileno.
Para los “intelectuales” que visitan y asesoran a Boric, “lo está en juego es nada menos que el sentido de la patria y el pueblo. El que se apropie de esos conceptos vitales y les dé un cierto contenido ganará la partida por el futuro de Europa: “la batalla política fundamental en Europa va a ser quién construye el pueblo (…) Lo podemos construir nosotros, los sectores transformadores, o los reaccionarios, pero creo que esa será la batalla fundamental.” Lo mismo respecto de la patria, concepto clave que engloba el elemento de comunidad nacional, que es el punto ciego y el talón de Aquiles de la visión tradicional de la izquierda: “de la pertenencia nacional nosotros nos hemos apartado porque nos parecía un arcaicismo o porque nos parecía esencialmente reaccionaria. Claro, eso le ha dejado todo el campo libre a fuerzas reaccionarias.” Por ello hay que reivindicar la patria y ganarla para un proyecto popular de izquierda”, “a la fuerza de los de arriba no se le puede oponer la izquierda, sino la mayoría heterogénea y mestiza de los de abajo” y para ello los sectores medios son decisivos ya que su incorporación al campo del cambio político es condición sine qua non.”[1]
Este discurso también lo ha promovido Noam Titelman, que señala que “la gran reflexión pendiente es sobre el déficit que hubo en atraer el apoyo (para el Apruebo) justamente de los más pobres”. Concluye: La (extrema) Izquierda necesita tomarse en serio las tradiciones, la patria y las demandas de tranquilidad”
Boric ejercita sus músculos, precalienta, para darse otra vuelta de carnero, otra “voltereta”, que esta vez lo sacará de la Plaza de la Dignidad y lo llevará de vuelta a la Plaza General Baquedano.
Con una dura cara de palo presidirá la “reinauguración” del Monumento destruido por los vándalos de su Primera Línea en la primera fase revolucionaria que ha quedado atrás.
¡¡¡ Viva la Patria !!!
[1] Entrevista a Iñigo Errejón, 3 de diciembre de 2016 en lamarea.com