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RUIDO DE SABLES

El 3 de septiembre de 1924 un grupo de 60 militares manifestó su enojo golpeando el piso con sus sables en una sesión del Congreso en que éste debía atender una serie de reformas sociales, en vez de lo cual se dedicó a votar el aumento de su “dieta” parlamentaria.

El Congreso, estimulado por este ruido, 5 días mas tarde, en una sola sesión aprobó las leyes de jornada laboral de ocho horas; supresión del trabajo infantil; reglamentación del contrato colectivo; la ley de accidentes del trabajo y seguro obrero; legalización de los sindicatos; la ley de cooperativas y la creación de los tribunales de conciliación y arbitraje laboral.

Parece evidente que esta manifestación no se ajustó a la Constitución ni a las leyes, pero es también obvio que vino a resolver abusos que la estulticia parlamentaria no mostraba interés en resolver y que amenazaba con mayores peligros.

El golpe de estado del 11 de septiembre de 1973 es también bastante mas que un cuartelazo de un grupo de militares ambiciosos, sino que vino a hacerse cargo de una situación que hasta un antimilitar recalcitrante como Aylwin reconoció, poco antes de su muerte, como insostenible y que nos llevaba derechamente a la guerra civil.

En breve, los ruidos de sables en Chile no son comprensibles sin analizar su contexto y sin reconocer que excepcionalmente vienen a resolver problemas graves que de otro modo solo se agudizarían y que tienen su origen en la incompetencia de la clase política.

En estos días la prensa ha levantado -con alarma- su voz para acallar la expresión de las intenciones del General Director de Carabineros ante un eventual cambio en el sistema previsional de su gente.

Se podría pensar que el diagnóstico político y económico que hacen esas voces respecto de la situación del gobierno en estos días es que nos encontramos en una crisis que va de mala a muy mala. Se podría considerar también que puede haber una intención de amedrentar al Director General y a través suyo a los Comandantes en Jefe Institucionales o que sea una paso adelante en un proceso de “domesticación / cooptación” que lleve a la sumisión militar para incorporarlos al gobierno, como sucedió en Venezuela, Argentina o Bolivia y por último, podría tratarse de un genuino temor a los militares.

Como sea, esta alarma es un síntoma de una grieta profunda en las confianzas entre la Nueva Mayoría y su prensa, con los militares y policías chilenos.

Este reacción coincide con la ofensiva levantada desde el Ministerio de Defensa, en particular por el Subsecretario de Defensa, Marcos Robledo, que en conjunto con Angel Flisfich, publicaron un libro financiado por el PNUD en el marco de su función como think tank para las políticas públicas del actual gobierno, referido al control sobre los militares.

Robledo, en un curso dado por la UAI en la Academia de Guerra del Ejército explica su idea para medir la “gobernabilidad de la defensa” que consiste en la medición de las variables: control, eficacia, eficiencia y conducta.

Cada variable es ponderada según consideraciones teóricas respecto de su impacto en la gobernabilidad.

  • Control 25%
  • Eficacia 12,5%
  • Eficiencia 12,5%
  • Conducta militar 50%”

En pocas palabras, Robledo y Flisfich nos dicen que la Eficacia y la Eficiencia de los procesos de gestión y cumplimiento de las tareas la defensa pesan 25% (12,5% + 12,5%) contra el control sobre ellas que pesa 75% (25%+50%).

En breve, que el gobierno de Chile tiene FFAA fundamentalmente para controlarlas.

La posición del Subsecretario deja constancia de su profunda desconfianza y sospecha hacia las FFAA y sobre todo, de graves dudas respecto a sus convicciones democráticas y de compromiso y lealtad para con las instituciones nacionales; en sentido inverso, muchas personas sienten que la falta de reconocimiento del comportamiento de su sector político durante y con posterioridad al gobierno de Allende y de su entusiasmo colaborativo con gobiernos y FFAA “revolucionarias” de Unasur, arrojan dudas sobre la solidez de sus convicciones democráticas.

Lo señalado muestra que en la sociedad chilena existe un sector político –en general de izquierda- que sospecha y teme a las FFAA y busca una sumisión que no parece útil ni posible; un sector que descree de la incondicionalidad de la vocación democrática de la izquierda y que busca asegurarse que no vuelvan a usar a las FFAA para imponer su ideología y una gran masa de ciudadanos que no está en ninguna de esas posiciones y tiene confianza tanto en la vocación democrática de la izquierda como en la lealtad de las FFAA.

Dado que esta situación es una realidad, parece necesario enfrentarla abierta y explícitamente y no continuar buscando artilugios legalistas o reglamentarios para crear una situación de relaciones forzadas y artificiales que será aventada a la primera crisis política real.

 

 

Gendarmería: Un modelo de democratización para las FFAA

 

En los últimos meses y tal vez como culminación de los variados procesos de retroexcavación, comenzaron a ser agitados, ahora en forma sistemática, los papers con las propuestas financiadas por el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) para democratizar la defensa nacional de Chile. El escenario preferido han sido los “Talleres” con motivo del Libro de la Defensa. La expresión talleres va entre comillas por que en realidad y bajo cualquier canon académico, son monólogos; representaciones; ejercicios de democracia o sesiones de adoctrinamiento a un público cautivo.

No hay duda que el “Representante Residente” del PNUD -suena un poco colonial, pero no se dejen llevar por las apariencias- tiene todo el derecho de hacer propuestas y a exigir el cumplimiento de las reformas que acordó con el actual gobierno y cuya promoción financia; pero tampoco puede haber duda que pese a todo, las experiencias nacionales, obtenidas gracias el trabajo y creatividad de los chilenos deben ser adecuadamente valoradas.

En este orden de cosas, el proceso de reforma (democratización) de Gendarmería a lo largo de varios años y próximo ya a su culminación, debe ser considerado como modelo válido y con profunda raigambre nacional para ajustar a las FFAA a las ideas del PNUD respecto a gobernabilidad. En efecto, en varios aspectos se ha avanzado en forma original y notable:

-Democratización

Este concepto puede ser asimilado al de “Gobernabilidad Democrática” que dispone el PNUD, que en el caso de la democratización de Gendarmería los creativos nacionales llevaron mucho mas allá que el organismo internacional.

Por ejemplo, cuando comenzó el infundado escándalo de las generosas pensiones de algunos de sus ejecutivos, el partido de la presidente recurrió velozmente a requerir información directamente a los directivos de la Brigada Socialista existente en ese servicio. ¿Para que perder el tiempo interrogando a las autoridades institucionales si se podía obtener información mas amplia y con una adecuada “perspectiva de clase” yendo directamente a los miembros del partido?.

Cuando las preguntas fueron poniéndose complicadas, el interrogatorio se desvió a los responsables institucionales teóricamente a cargo del servicio. Ahí quedó claro el sistema de cuoteo que se estableció en ese servicio. Este reparto de cargos por partidos y dentro de ellos por corrientes y sensibilidades fue hábilmente conjugado con el ranking de parentescos, matrimonios y amistades.

Este sistema permite una participación democrática muy precisa y representativa del peso del poder de cada grupo; no mas mandos dispuestos por escalafones y requisitos, todo reemplazado por un proceso de equilibrios naturalmente derivado del ejercicio democrático que reflejen el peso político de cada grupo y el resultado de las negociaciones entre partidos de gobierno.

Este sistema, combinado con los sindicatos y su respectiva correlación de fuerzas ahí representadas produce un nivel de democratización inédito en el mundo. No cabe duda que este sistema democrático aplicado a las FFAA producirá iguales o mejores resultados y eliminará de raíz los anticuados conceptos de profesionalidad, especificidad y carrera profesional.

El Servicio Nacional de Salud por ejemplo también ha alcanzado niveles de cuoteo meritorios, por ejemplo, el Sur y Suroriente de Santiago corresponden a los socialistas, el Oriente y Occidente está reservado para la DC, y el sector Norte está en manos del PPD. En términos militares esto podría hacer coincidir con los Teatros Conjuntos o en subsidio, por Instituciones. Como sea, el sistema es positivo pero no alcanza en profundidad a la democratización de Gendarmería y podría ser insuficiente para controlar efectivamente a las FFAA.

– Gestión.

En lo que a personal se refiere, la selección de personal por el sistema de Alta Dirección Pública o por avance regulado por una carrera estructurada está obsoleto y de hecho, eliminado. La selección por recomendación impositiva de las autoridades del gobierno de turno y la correspondiente intervención de los partidos políticos refleja mucho mejor el espíritu democrático eliminando la intermediación de burócratas que apenas si son expertos en alguna técnica pero carecen de representatividad popular.

Pero la mejor parte de este sistema de reclutamiento políticamente controlado es que asegura que todos y cada uno de los funcionarios y autoridades, conocedores y subscriptores de las ideas y preferencias del gobierno y con contactos y relaciones personales en su aparato, podrán interpretar con mucho mayor fidelidad las política gubernamentales. Una gestión democratizada de las FFAA facilitará su control estrecho e intrusivo y la consiguiente eliminación de las personas que no se adapten. En este sentido, las únicas competencias válidas en cuanto a democratización la representarían las FFAA Bolivarianas y en menor grado las de Cuba.

La gestión económica tiene que tener prioridades claras, primero las pensiones, especialmente las mas altas, luego los sueldos, bonificaciones y viáticos, incluyendo a los que ganan sueldo sin concurrir con su presencia al lugar de trabajo y luego los gastos del servicio. Arreglar los baños de las cárceles es un lujo que Chile no se puede dar. Malpagar a sus directivos políticos sería una grave vulneración a sus DDHH.

Para mantener estrictamente controlada la igualdad en el malestar y la miseria, no se puede permitir que los mismos presos y sus amigos y parientes contribuyan a su bienestar, como sucede con los prisioneros políticos de Punta Peuco. Ese es un escándalo inaceptable.

El tema de las pensiones millonarias que causó tanto revuelo, es solo un gran malentendido, como lo explicó tan bien la Diputado Yasna Provoste en su intervención durante la injusta y escandalosa interpelación a la Ministro de Justicia en el Congreso. La pensión de $6.000.000 de pesos mensuales que la ex esposa del Presidente del Senado obtuvo en forma relámpago simplemente no fue debidamente explicada y menos comprendida.

Primero, es la ex esposa del Presidente del Senado. ¿Qué querían?, que jubilara con tres chauchas?.

Y segundo, que esa pensión en realidad constituye un “piloto” que muestra gráficamente como serán las pensiones cuando se elimine el sistema de AFP y se lo reemplace por otro de reparto que, sin duda, facilitará el ejercicio de la democracia ya señalado, puesto que agilizará el correcto y rápido reflejo de la militancia y parentescos de cada cada persona en el monto de su pensión.

La separación de personal uniformado del personal civil, con superioridad de remuneraciones de los primeros por sobre los segundos, en razón de los riesgos propios de ejercicio de la custodia de personas con conductas peligrosas, no tiene lógica y de hecho, la práctica democrática de la gestión ya lo eliminó en Gendarmería por la vía administrativa. El uso de un uniforme no puede significar privilegios. Que su trabajo sea peligroso, es un costo sumergido, ya sabían en lo que se metían cuando ingresaron en el servicio, así es que ya no hora de reclamos.

Este problema ya se encuentra resuelto entre los funcionarios civiles del Ministerio de Defensa que tiene mas que justificados su altos sueldos como retribución a su sacrificio por la República. Por lo demás, el trabajo en un ambiente contaminado como el de la Alameda es muy nocivo.

La gestión de mando. En este sentido, tanto el Ministro de Defensa como la Ministro de Justicia han alcanzado la casi perfección en el arte de la elusión de sus responsabilidades. Solo se enteran de la existencia de problemas por la prensa, se toman varios días en hacerse cargo del tema y sobre todo, transfieren con la máxima habilidad la responsabilidad y la decisiones de acción a alguien de nivel inferior. El summun del arte es, en la misma pasada, eliminar a un par de uniformados y basurear a las autoridades que estuvieron a cargo hasta el día antes a la asunción de su cargo.

Una experiencia nacional obtenida con un alto sacrificio personal de los funcionarios cuoteados y con un altísimo costo al erario nacional no pueden ser dejada de lado al emprender una tarea impostergable como es la democratización de las FFAA de Chile.

POLÍTICOS, MILITARES Y FISCALES

En 1970, Alain Joxe, sociólogo marxista francés de moda en esos años, publicó en Chile un breve libro titulado “Las FFAA en el sistema político chileno” que causó emoción entre la feligresía de izquierda. Joxe trabajaba por cuenta del Centre Nacional de la Recherche Scientifique, equivalente francés del rol de agitación  académica que el PNUD cumple hoy en Chile, en vista a la cooptación de las FFAA en beneficio del progresismo.

El momento en que Joxe escribe su análisis tiene como último antecedente de intervención militar la del año 1924, que el autor valora como un cierto avance en la dirección correcta. Joxe desarrolla una serie de ideas, la mayoría de las cuales no comparto, de las cuales recojo la que señala que “Una intervención militar en Chile equivale a diez en otros países: es perfecta. … Por supuesto que no se trata del mismo ejército ni del mismo trabajo, … la noción de tradición es relativa, y se evita decir que el ejército en Chile tiene por tradición intervenir cada treinta o cuarenta años”.

Si la tesis de Joxe fuera correcta, la UP no debiera haberse sorprendido por la intervención de 1973 – justo 40 años después de la de 1931- y los políticos chilenos deberían estar considerando que la próxima intervención militar sería entre los años 2020 y 2030.

Estos cálculos pueden haber estado detrás de la ansiedad de la Concertación por arrancar un “nunca mas” a alguna autoridad militar, que permitiera exorcizar este fantasma, pero así como yo no creo en la repetición mecánica de la historia ni en el determinismo sino en la construcción de la historia mediante una adición de actos libres, me parece que la mayoría de los líderes actuales de la Concertación también lo hacen.

Esto me lleva a concluir que la necesidad del “nunca mas” apuntaba mas al pasado que al futuro. Necesitaban un reconocimiento explícito por parte de un militar de alto rango de que la intervención militar de 1973 había sido injusta, innecesaria e inmoral.

Este ejercicio del militar democrático elevado a los altares a posteriori es recurrente: en Argentina el rol lo llenó Balza; en España   fue Gutierrez Mellado y asi, en todas partes. En Chile no podía faltar y el hombre fue Cheyre.

Pero a diferencia de lo acontecido en esos países, el converso chileno no permaneció en el panteón de los próceres sino que terminó encarcelado y enjuiciado como violador de derechos humanos y como criminal, abandonado por moros y cristianos –literalmente- y hoy se encuentra tratando de cobrar a Lagos y otros la deuda por los servicios prestados a la Concertación. ¿Qué pasó?.

Pasó que los comunistas, derrotados inapelablemente en el enfrentamiento armado contra la FFAA de Chile, en subsidio, se lanzaron a tratar de obtener venganza y lucro por la vía judicial dado que militarmente ya estaban acabados y desprestigiados ante sus financistas.

Un prócer marxista asiduo de Clausewitz dice que “guerra es la dialéctica política cuando incluye el uso de las armas”. Esta guerra comenzó en Chile en la década de los 60 y concluyó con la derrota del PC y sus excrecencias en 1990 y como todas las guerras su epílogo debía ser político, ya que se trataba de una actividad política.

En Chile no fue así, los políticos no fueron capaces de enfrentar sus tareas y traspasaron el problema de cerrar la guerra a los fiscales y jueces. Por esa vía judicializaron la política y claudicaron de sus deberes. Hoy ya casi no tienen poder, los fiscales los llevan y los traen de la nariz y los jueces resuelven lo que el Congreso no es capaz de hacer.

El lucro y la venganza se encuentran es sus etapas finales, sus rendimientos son decrecientes, cada día las acusaciones a los militares son mas absurdas y canallescas, hasta la Corte Suprema parece avergonzada de si misma, pero el animal aun tiene estertores. El juicio a Cheyre es uno de ellos.

Veremos en que concluye este episodio tragicómico. Las esperanzas de que el mundo político muestre valor y hombría es casi inexistente.

En un período pre eleccionario mas bien se podría esperar un intento de algún pre candidato de mostrar alguna respetabilidad en vista a obtener ventajas electorales.

Oscuro, Chile, es tu cielo nublado;

                                                                        los mediocres te aplastan también.

 

Por unos votos mas …

Un programa de televisión del día domingo recién pasado mostró a Cecilia Pérez expidiéndose sobre el caso Cheyre.

Para todos los efectos prácticos y políticos fue Sebastián Piñera hablando por interpósita boca.

Su argumentación, lanzada de corrido y evidentemente preparada de antemano para ser expuesta a modo de manifiesto electoral en esa tribuna televisiva, apuntó a ese electorado democratacristiano y concertacionista “de salida”, que necesita una justificación para explicar el abandono de su fidelidad al “no” con todo su contenido sociológico y afectivo y dar excusa y sustento a su abandono explícito de la utopía chavista y allendista.

Nadie podría negar -de hecho los izquierdistas mas emblemáticos no lo hacen- que los gobiernos radicales de izquierda han resultado un fracaso completo y total en Sudamérica y en Chile.

La Socialdemocracia a la Lagos se impuso por mayoría abrumadora. ¿Cómo puede “un desertor” salir de ese embrollo manteniendo cierta dignidad?

La izquierda no es capaz de dar a los arrepentidos lo que necesitan ni lo que quieren, no es capaz ni siquiera de mantener lo que han logrado con su esfuerzo.El discurso revolucionario, chavista, lulista, dejó de ser creíble. Fracasó en todos los países, aun en aquellos que comenzaron con recursos de sobra. Los gobiernos revolucionarios fueron cooptados por “los poderosos de siempre” mediante la corrupción público – privada, poderosos que resultaron ser las oligarquías políticas y sindicales.

Donde no fueron cooptados, se corrompieron abusando de la administración del estado en su beneficio personal, creando una verdadera clase social de operadores y ladrones.

La pirueta siquiátrica que se les ofrece a estas personas que quieren  escapar de los restos de sus amores juveniles es evidente: empleando un análisis básico y superficial condenan a la dictadura en forma inapelable, execran “los crímenes de los militares”, abominan de Pinochet, se niegan, sin matices, a que se respeten los derechos de los militares prisioneros. Esto los exculpa de arrimarse a Piñera por “razones prácticas” y dejar atrás la “verdadera fe” marxistoide.

Esta escuálida argumentación planteada por Pérez, es razonable para los miembros de algunas comunas de clase media baja agotados por el miedo a los delincuentes, asustados de perder sus trabajos y temerosos de regresar al proletariado. Escuálida, pero útil para ser consumida también por la burguesía que ya transitó de “emergente” a clase media consolidada, esa de Chicureo y similares.

Esta es la cuerda que pulsa la campaña de Piñera: simplificar el pasado complejo presentando una versión light de la historia al alcance intelectual de sus consumidores, aunque esté alejada de la verdad y potencie los vientos que ya se han sembrado.

Por unos votos mas … .

Otro valor y consecuencias tiene este tipo de argumentos cuando tratamos de interpretarlo en el nivel intelectual, de responsabilidad política, histórica y de estado que se esperaría del candidato presidencial y de su grupo. Creo que sería mucho citarles a Clausewitz, pero valga el comentario correspondiente que hizo Lenin: “La Guerra es dialéctica política que incluye el uso de la fuerza”.

La izquierda chilena lo entiende muy bien y lo aplica en forma magistral, en ambos sentidos. La derecha no lo entiende, es demasiado arrogante e intelectualmente pobre. Para que comprendan, esto dice que cuando se incorpora el uso de la fuerza para hacer política, hemos ingresado a la guerra y al revés, que cuando la lucha se lleva a cabo sin armas, estamos en el reino de la política.

En pocas palabras, la izquierda, la Unidad Popular, particularmente el Partido Socialista, el Partido Comunista, el Mapu, la Izquierda Cristiana el MIR y en la segunda fase del conflicto, el FMR y sus colgajos llevaron a cabo una guerra interna, con acción política y con armas y la derecha la siguió armando sus propios grupos. Los militares que se suponía serían divididos por el gobierno de Allende con el concurso de su aliado, Prats, para arrastrarlos detrás suyo a la Revolución socialista, pusieron fin a esta guerra manteniéndose unidos, neutralizando a un bando y desmovilizando al otro, luego vino la política.

A algunos militares (vg. Cheyre) se les jugó la mas magistral (y sucia) de las jugadas: se les hizo creer que la crisis, que era de naturaleza política, iba a ser resuelta políticamente y en realidad fue resuelta mediante la aplicación de los tribunales y la policía, los recursos de fuerza del Estado.

En forma crecientemente abusiva, a medida que los sucesivos gobiernos de izquierda iban apoderándose del aparato judicial su acción fue cada día mas arbitraria, injusta y escandalosa.

Hoy enjuician a Juan Cheyre, ex Comandante en Jefe del Ejército, el “general del nunca mas”, que creyó que estaba haciendo política y ahora se enfrenta a la realidad de que la guerra sigue mediante la judicatura. Fue su elección, lo triste es que perjudicó a sus subordinados y a la Patria.

Si, a la Patria, ya que aunque por ahora no se aprecie, la memoria histórica de esta “jugada”, no será olvidada por los militares ni por los muchos chilenos que los aprecian.

Pedir imaginación a la fronda de derecha es pedirle peras al olmo. Su mentalidad concreta carece de sentido histórico y de sensibilidad política, por eso están condenados a la extinción. Son un arcaísmo.

Si otros creen que por este camino harán un gobierno exitoso, no pueden estar mas equivocados, puede que ganen una elección, pero no mucho mas.

 

 

¡BASTA! – NO MAS ESPECTADORES – ¡ACTORES!

-¿No te gusta como está Chile?, entonces somos al menos dos.

¿Estás harto de ver como los flaites destrozan nuestro país?

¿Te aburriste de poner plata para que pequeños patanes flojos no asistan a clases y destruyan las escuelas que les pagamos?

¿Qué el Gobierno y el Congreso sigan con reformas estúpidas, ridículas y demagógicas?

¿Estás atorado con el circo judicial?

¿Te cansaste con los mediocres, los rateros, los tramposos y los sinvergüenzas a cargo de todo?

¿No soportas mas a los políticos picantes de siempre?

¿No te sientes representado por nadie y para nada?.

No basta decir ¡que alguien haga algo!. Lo haces tú o no lo hace nadie. Dar ideas no sirve. Señalar los problemas no basta.

Si quieres que quede bien hecho, tienes que hacerlo personalmente.

Pero solo no pesas lo suficiente … entonces tienes que reunirte y organizarte con otras personas que piensen y quieran lo mismo que tú.

Ahora mismo, dejarlo para mañana puede ser un desastre, ya lo vivimos.

Si no lo haces, no te quejes, seguirás viendo como los encapuchados, los ladrones, los burócratas apitutados, los cuoteados, los compadres de siempre, los ministros ineptos, los subsecretarios llenos de ideologías añejas y los chavistas tardíos se apoderan de la herencia que pensabas dejar a tus hijos: un país decente y desarrollado.

No mas Nueva Mayoría, no mas Fronda de Derecha. Pero no basta con pensarlo, tampoco con decirlo; hay que “actuar” para que pase.

Nada ni nadie es inevitable, nosotros controlamos nuestro futuro y el de nuestro país.

 

LIBRO DE LA DEFENSA – Gato por Liebre

Un libro blancoinforme blanco o white paper  en gestión y planificación de defensa es un documento o guía con autoridad, con el objetivo de ayudar a los lectores a comprender un tema, resolver o afrontar un problema (por ejemplo diseñando una política gubernamental a largo plazo), o tomar una decisión.

Los hay de diferentes profundidades y nivel de explicitación.

El de Australia, por ejemplo, establece un plan a largo plazo, incluyendo el detalle de las fuerzas a desarrollar; el programa financiero correspondiente; su costo validado por agentes externos al gobierno y la planificación financiera nacional a mediano plazo.

El de Francia, por su parte, define un nuevo concepto de seguridad nacional y nuevos órganos para integrar la defensa y la seguridad nacional: actualiza la visión estratégica francesa; se incorpora a una corriente europea donde Holanda, el Reino Unido y Alemania comparten un concepto integrador de seguridad nacional. Si nos atenemos a su propia denominación el Libro Blanco ha pasado de ser de defensa, a secas, a ser de defensa y seguridad nacional. Contiene también el detalle de las fuerzas y la estrategia para su empleo.

El Libro del Reino Unido se limita a contener la estrategia de seguridad nacional, que incluye las políticas sectoriales de defensa, interior, exteriores y economía.

En Chile, los sucesivos decretos, (Nº 53 de 1997; Nº 21 de 2003 y Nº 53 de 2010), que han aprobado los “Libros” correspondientes, declaran que se trata de un “documento que recoge los aspectos esenciales de la Política de Defensa y la Política Militar”.

Esa declaración lleva a pensar que el total de esas políticas, incluyendo sus aspectos reservados, financieros o de detalles existe en algún lugar y que se han recogido solo los aspectos esenciales que serán de dominio público para ser incorporados al Libro de la Defensa correspondiente manteniendo el resto en reserva. Pero no es así. Tales Políticas o no existen o no se conocen.

Nada se dice respecto a la Estrategia Nacional (sectores de defensa, interior, exteriores y economía), que también deberían existir en alguna parte. El gobierno anterior envió una que debe estar en el Congreso.

En breve, por lógica, en la defensa y la seguridad no todo puede ser público, por lo que ambas políticas de defensa y militar así como la Estrategia Nacional y Militar tienen aspecto reservados que no son ni serán expuestos a la opinión pública. Los Libros de la Defensa o Libros Blancos de la Defensa no contienen el total de las políticas de seguridad, de defensa, militar sino aquellos aspectos mas generales que cada gobierno estima conveniente dar a conocer.

Podemos concluir que en Chile la situación no es para nada clara, que las responsabilidades están mal definidas, peor asumidas y que quedan muchos espacios vacíos y preguntas sin respuesta.

El Contralor de la República, por su parte, objeta el decreto Nº 53 del año 2010 por cuanto el Libro no se incluye en el cuerpo del Decreto, sino que se lo presenta como un adjunto, lo que le quita legitimidad, pues es el texto del decreto el que tiene poder vinculante. No un anexo a él.

En nuestro país, la idea de libro de la defensa cumplió un importante rol como instrumento de gobernabilidad en una encrucijada de profundas diferencias entre el sector político que ejercía el gobierno y las FFAA, que dejaban el mismo. Fue un instrumento importante de la transición.

Parece evidente que este rol ha sido sobrepasado por la evolución política y social del país; que ya agotó su potencial de utilidad y que se ha transformado en un medio insuficiente para cubrir las necesidades de la conducción de la defensa, más aun cuando desde febrero del año 2010 existe la ley 20424 “Estatuto Orgánico del Ministerio de Defensa Nacional”, que asigna tareas concretas a organismos ministeriales específicos. No se trata ya de reunir un grupo numeroso de interesados en el tema, sin representación política explícita y vinculante, para hablar sobre algo para lo cual existe una institucionalidad organizada y supuestamente bien pensada para ello.

El mecanismo empleado para llevar a cabo el proceso de desarrollo del Libro, presenta problemas significativos: Son el Ministro de Defensa y el Subsecretario de Defensa quienes deben tratar con los representantes de la Oposición, ambos escuchar a los expertos y académicos que les perezca necesario y luego llegar a acuerdos que sean verdaderas Políticas de Estado. Esto, en el lugar de las negociaciones políticas: el Congreso.

Esta es una actividad política de la mayor importancia, no un “ejercicio de democracia” ni menos una actividad “académica”. Un taller formado por una asamblea numerosa y sin representatividad política no es un debate verdadero ni útil.

Participantes seleccionados por los organizadores no tienen la representatividad política ni académica necesaria para fundamentar su pretensión de constituir una “política de estado”.

Por otra parte, el presentar el Libro al término de un período de gobierno, (fines del año 2016) y después de un proceso semi secreto, donde parecen existir vetos a los representantes de la oposición, conlleva la pretensión de dejar comprometido al gobierno siguiente con definiciones y objetivos que no tiene por que compartir.

En este sentido, los objetivos enunciados en el Programa de la Nueva Mayoría (1) en muchos aspectos tales como la integración regional bajo el signo chavista; los compromisos de seguridad regional acordados en el marco ideológico de Unasur; la participación de las FFAA en la “defensa” de los recursos económicos del país y de la región , la transferencia de autoridad de los Comandantes en Jefe al Jefe de Estado Mayor de la Defensa, por vía administrativa y otros, no son necesariamente compartidos por un futuro gobierno. No todos los chilenos comparten la creencia que las FFAA son organizaciones “para la paz” y no “para el combate” y que sus capacidades estratégicas deben ser diseñadas en esa tesitura, menos aun que los intereses de la Patria Grande tienen alguna prioridad respecto a los intereses de Chile.

Sin embargo, el mayor problema es que el proceso no es democrático. En efecto, según el Mensaje Presidencial de este año “se efectuarán los debates y análisis previstos en el proceso de elaboración del Libro de la Defensa Nacional 2017 por medio de un programa de catorce talleres de análisis y discusión sobre diversas temáticas de la Defensa, cumpliendo el calendario de trabajo previsto para 2016. Posteriormente, se iniciará la fase de revisión y sistematización de los contenidos obtenidos”.

Debemos recordar que el meollo del proceso son 14 talleres en los cuales exponen un número de expertos de alto nivel. En el de Política Vecinal, por ejemplo, exponen el Subsecretario de Defensa, el Presidente del Consejo Chileno para las Relaciones Internacionales y el Agente de Chile ante la Corte Internacional de Justicia de la Haya, que en 150 minutos exponen sus ponencias. Esto es seguido por 30 minutos de “ronda de preguntas”.

Bajo ninguna perspectiva esta actividad puede ser considerada un “debate”, menos aun cuando no llega a conclusiones, acuerdos ni discrepancias de ninguna especie y cuya “revisión y sistematización” ocurre en una fase posterior, sin la presencia ni participación de los miembros del taller. Queda la duda del real valor de las “preguntas” hechas por los concurrentes y cual es el control de los revisadores y sistematizadores de estos talleres. Recuerda demasiado a los Cabildos para la Constitución.

Puedo concluir que este proceso fue sobrepasado por los cambios habidos en Chile y que se ha transformado en un ritual que pretende constituir el documento matriz de la defensa de Chile, cuya mas clara expresión es el “olvido” de la existencia de la Ley Orgánica del Ministerio de Defensa.

El modesto Decreto Nº 53 del Ministerio de Defensa del 29 de enero del año 2010, -en las postrimerías del primer gobierno Bachelet- que trata de hacer pasar al Libro de la Defensa como el documento que establece la Política de Defensa y la Política Militar del Chile, no basta para crear una veloz Liebre, sigue siendo sólo un humilde Gato y es que parece creerse que el objetivo, mas que producir una verdadera política de defensa, es solo satisfacer el requisito administrativo de hacer como que hay una…una mera ficción, como tantas otras en nuestro país en el presente.

El proceso tiene un aroma de soberbia y sectarismo que parecía sobrepasado en las relaciones político – militares.

(1) https://fernandothauby.com/2016/04/02/politica-de-seguridad-y-defensa-fracaso-integral/ 

 

EL LLAMADO “CASO FRAGATAS”: EL ODIO A LOS MEJORES

A fines del año 2011, el Ministerio Público inició un proceso contra cinco oficiales de la Armada (inicialmente doce) , acusándolos del delito de “divulgación de información reservada”.

La situación era muy difícil para la Armada, a la sazón los medios de comunicación social festinaban una causa judicial que afectaba al Ejército, era el llamado caso “Leopard”, y la nueva acusación del Ministerio Público permitiría relacionar ambas causas y armar un gran caso que permitiera seguir incrementando la publicidad personal de los Fiscales involucrados y agudizar la difamación de las FFAA.

La acusación se basaba en interceptaciones telefónicas realizadas por orden del fiscal que investigaba al Ejército, que le permitieron grabar conversaciones entre el comerciante y proveedor de armamento y municiones Guillermo Ibieta y cinco oficiales de la Armada que trabajaban en diversos procesos de adquisiciones de material de guerra para su Institución. Esas interceptaciones les permitieron acceder a un gran número de correos almacenados en el computador de Ibieta entre él y los marinos, referidos a las dichas adquisiciones.

Las interceptaciones detectaron también conversaciones que se referían a solicitudes y entrega de información realizadas por los marinos y las respuestas y ofertas dadas por Guillermo Ibieta, incluyendo precios y formas de entrega y pago.

Los archivos de Ibieta, miles de correos extraídos de su computador, fueron “filtrados” por el sistema judicial a la prensa amarilla nacional que actuaba en tándem con ellos. La información “reservada”, que los marinos “habrían entregado ilegalmente” que originaba el escándalo, y muchísima otras informaciones mas, fueron expuestas al dominio público nacional e internacional con pelos y señales. Esto confirma que la reserva de la información y el interés nacional no era, de ninguna manera, de interés para los fiscales y que la de los fiscales era en si misma una infidencia de mucho mayor magnitud y perjuicio que la que investigaban.

El sentido común mas elemental señala que si un comprador desea adquirir municiones y armamentos, deberá indicar al proveedor (y solo al proveedor) que es lo que quiere. No es viable un enlace telepático entre ambas partes ni un proceso de ensayo y error en que el proveedor vaya ofreciendo, por adivinación, diversos productos sucesivamente hasta acertar en lo que el cliente quiere –si es que algunas vez acierta-.

Debe decírsele con claridad y precisión que es lo que se requiere y así lo hicieron.

Varios medios sensacionalista se lanzaron sobre la Armada y sobre esos cinco oficiales con la saña que nace de la envidia y el resentimiento que la gente mediocre siente hacia aquellos de mayor calidad humana y profesional.

No hubo insulto, suposición de intenciones, especulación malintencionada ni descalificación que no emplearan contra los marinos ni contra la Armada. Fue un festín de basura.

Luego fue bautizado, sin ninguna lógica comprensible, mas allá del afán de enlodar a la Armada de Chile, como “Caso Fragatas” y recogido por los políticos enemigos de la Armada y de todo lo que ella representa.

Por esos días Andrés Allamand se recibía de Ministro de Defensa y no perdió un minuto en utilizar la situación para realzar su “liderazgo”, “mano firme con los militares” y “limpiador de la basura”.

El Comandante Fernando Niemann, el acusado de mas alto rango, fue arrinconado y puesto en una situación que no le permitió otra acción que retirarse de la Armada, ¡sin aun habérsele probado nada!.

Durante cuatro años se prolongó la agonía: acusaciones falsas, infamias, calumnias, mentiras, deformaciones, malos tratos en los interrogatorios, humillación en los traslados llevándolos esposados.

Pena y tristeza para sus esposas e hijos, vergüenza para sus padres, ruina económica para las familias al tener que pagar abogados que los defendieran, pérdida de sus profesiones y pérdida de los empleos que sustituyeron a la que les había sido arrebatada y con los cuales intentaban sobrevivir y mantener a sus familias.

Durante este proceso inicuo, la fiscalía requirió de la Armada un gran volumen de información secreta que también fue “filtrada” y publicada in extenso por un periódico sensacionalista próximo al fiscal.

La Armada pidió a la Corte Suprema una investigación de este grave delito. Huelga decir que no pasó nada, absolutamente nada. Todos quedaron impunes, ni siquiera se investigó.

El 15 de junio de 2016, la Corte Suprema en última instancia, sin recoger los denodados esfuerzos del fiscal por encerrar a los marinos a como diera lugar, reconoció por 6 votos contra 0 la inocencia completa y total de los cinco oficiales.

La Corte Suprema tras un análisis sorprendente agudo concluye que los Oficiales de Marina pueden conversar de armamento, que la materia que tratan con un proveedor no es reservada, que para comprar tienen que informar al proveedor que material es el que quieren y que por consiguiente eso no constituye ningún delito.

Cuatro años tardaron en llegar a esta conclusión que cualquier persona intelectualmente normal podría haber deducido en cinco minutos. Salvo que esté buscando encerrar a los marinos por razones desconocidas e inconfesables.

¿Una súbita epifanía la del Poder Judicial?, nada de eso, es la cruda percepción del cambio de marea.

Los mismos que adularon servilmente a los miembros del Gobierno Militar y que luego se arrimaron en forma perruna a los Gobiernos de la Concertación, hoy perciben que sus iniquidades y prevaricaciones no quedarán impunes y que la hora del castigo se aproxima inexorablemente.

 

 

 

 

LOS VIOLENTOS Y LOS ROBOTS

 

La Presidente Bachelet, en un momento de entusiasmo, lanzó: “Cuando la izquierda sale a la calle, la derecha tiembla”.

No fue cualquier persona, fue la actual presidente, fue la responsable actual de la protección de los derechos de todos los chilenos.

¿Por qué la derecha habría de temblar cuando la izquierda sale a la calle?, Pareciera que el aserto presidencial se debe a que las personas de derecha se reconocen incapaces de generar el mismo nivel y calidad de violencia que las de izquierda y eso las hace pasibles de ser atropelladas en sus derechos.

De los dichos de Bachelet se puede colegir también que, para ella y al menos a veces, los conflictos políticos pueden dirimirse en la calle mediante el uso de la violencia; que ello, en general, será beneficioso para la izquierda y que considera legítima esa forma de actuar.

Para ser objetivos debo reconocer que los dichos presidenciales fueron hace ya algunos años; que no los ha vuelto a repetir y que hoy día –probablemente- lo diría de otra manera: “Cuando los anarquistas salen a la calle, el gobierno tiembla”.

Los beneficiarios y los perjudicados por la violencia ahora serían otros, pero la mecánica sería la misma.

En un periódico digital, una distinguida periodista expresó su crítica a “la incapacidad de la policía para asegurar el orden público frente a la acción violenta (de) delincuentes y extremistas” ya que “los ciudadanos somos testigos de la incompetencia de los uniformados para controlar a un puñado de jóvenes delincuentes, encapuchados o a cara descubierta”. “En cada jornada de protesta, y tal como ocurrió esta vez en Valparaíso, los periodistas captan a numerosas personas disfrazándose para ocultar su identidad, lanzando piedras y molotov a los carros policiales, saqueando y destruyendo la propiedad pública y privada. La ciudadanía necesita que el general (Director de Carabineros) explique por qué los periodistas pueden descubrirlos y mostrarlos en sus medios, y la policía no logra controlar la violencia, ni detener a los que delinquen”.

La respuesta la recibió el mismo día, cuando la prensa escrita informo que un grupo de personas ingresó a La Moneda en forma irregular con un lienzo mediante el cual se notificaba a la Presidente que “hoy comienza la ofensiva» para promover la imposición de sus propuestas, ofensiva que se inicia con una marcha por la Alameda no autorizada por la autoridad competente, la Intendencia de Santiago.

Carabineros detuvo a 32 de los casi 40 participantes en la invasión a La Moneda.

Según información entregada por la institución, 11 de los detenidos contaban con antecedentes penales por desórdenes públicos, usurpación violenta y porte y lanzamiento de artefactos incendiarios.

Dos botones de muestra de los antecedentes de los “estudiantes”:

1.- Damián Contreras Brito, 25 años

– 29.07.2015 – Detenido por usurpación violenta

– 25.06.2013 – Detenido por oponerse a la acción de carabineros de servicio

– 16.10.2012 – Detenido por oponerse a la acción de carabineros de servicio

– 18.06.2010 – Detenido por usurpación no violenta

– 18.05.2010 – Detenido por usurpación de propiedad

– 02.08.2010 – Detenido por usurpación de propiedad

– 08.08.2010 – Detenido por desórdenes públicos

– 20.08.2010 – Detenido por usurpación no violenta

– 03.09.2010 – Detenido por usurpación no violenta

– 16.09.2010 – Detenido por desórdenes públicos

– 07.10.2015 – Detenido por desórdenes públicos

– 25.07.2011 – Detenido por maltrato de obra a Carabineros

– 07.11.2011 – Detenido por faltar el respeto a Carabineros

– 07.06.2007 – Detenido por usurpación de propiedad

– 10.05.2006 – Detenido por desórdenes públicos

2.- Carlos Soto Galleguillos, 45 años (Debe tener alta tasa de repitencia) Perteneciente a la barra brava de Universidad de Chile, apodado el Mákina, además de ser integrante de MPMR.

– 22.03.2012 – Detenido por cuasidelito de lesiones

La respuesta a las inquietudes de la periodista están a la vista: Los Periodistas fotografían a los delincuentes; los Carabineros los detienen; los Tribunales los sueltan y los Violentistas vuelve a las calles a asustar a la Derecha / el Gobierno.

No es que carabineros sea incapaz de identificarlos, es incapaz de conseguir que el Poder Judicial los encierre.

Parece evidente que algo anda mal en el marco legal que regula el accionar de los fiscales que deben investigar las denuncias que carabineros hace de las acciones delictuales de los violentistas. Son rápidos en identificar las “falencias” de la denuncia policial y lentos en identificar y evaluar los antecedentes que los definen como “profesionales de la violencia callejera”.

Esa incapacidad cuenta con enérgico apoyo político. También dos botones de muestra:

1.- Los diputados del Partido Socialista no consiguieron las firmas para impugnar ante el Tribunal Constitucional el proyecto del gobierno que establece el control preventivo de identidad, pero irrumpe la bancada del Partido Comunista, encabezada por Karol Cariola, que demandará al Estado de Chile en la Corte Interamericana de Derechos Humanos .

2.- Cada manifestación cuenta con un grupo de voluntarios de una ONG auto designada protectores de los DDHH, que cuentan con aprobación gubernamental para moverse libremente en el campo de batalla donde, obviamente, su atención se centra única y exclusivamente en los Carabineros.

La incompetencia pues no está donde la periodista busca, en los Carabineros, sino en el Gobierno, el Congreso y el Poder Judicial.

Lorena Fries, la Pasionaria de los DDHH de los violentistas, aclaró que el INDH tiene “el mandato legal de presentar acciones judiciales frente a violaciones a los derechos humanos. Es lo que hacemos, mayoritariamente, tenemos querellas que se han presentado contra carabineros que están en procesamiento, pero son los tribunales de justicia los que juzgarán si hay fundamento».

Pero, ¿y dónde están las querellas contra los violentistas que violan los DDHH de los carabineros y de los demás chilenos?.

Cuando los ataques arrecian y la falta de apoyo de los políticos de gobierno se hace crítica, es natural que el Director General de Carabineros, general Villalobos, defienda a sus hombres recordándonos que son ellos quienes ponen “el pecho a las piedras, las balas, los fierros” y saca a la luz la superficialidad de la crítica periodística que dice: “lamentar que así sea, es como si los militares se quejaran cuando tienen que ir a la guerra. ¡Esa es la profesión que eligieron, la tarea que libremente decidieron cumplir!”

Parece evidente que un militar o un Carabinero deben incluir el riesgo vital en sus apreciaciones al elegir profesión, pero eso no puede llevar a nadie a la idea de que son robots o máquinas, porque no es así. Los militares, carabineros, detectives y bomberos arriesgan sus vidas porque es su trabajo, pero hacen su trabajo con mas pasión cuando saben que la autoridades los respaldan; que la sociedad aprecia los riesgos que toman o las heridas y mutilaciones que sufren; que las leyes son hechas para facilitar su acción y que no existen organizaciones apoyadas por algunos poderes del estado que le ponen palos a la rueda y se esfuerzan por difamarlos y poner de relieve hasta el mas mínimo error, suponiendo siempre mala fe, abuso y crueldad. Cuando en vez de buscar su superación, se esfuerzan por desmoralizarlos, difamarlos y buscar su destrucción.

Pareciera que existe una voluntad de aproximamos lenta pero sostenidamente a una situación que ya conocimos, donde las turbas descontroladas se apoderan de las calles, donde la violencia se emplea como forma de hacer temblar al “enemigo”.

Cuando el vocabulario comienza a militarizarse; la ideología a reemplazar al raciocinio y las consignas a desplazar la sana discusión en busca de una punto de encuentro intermedio, debemos preocuparnos.

 

 

DEFENSA – UN MINISTERIO “TRANQUILO”

La Presidente de la República en su alocución para la inauguración del Año Académico Militar 2015 destacó que “Ha habido una progresiva mejora de la gobernabilidad democrática, y los principales hitos son conocidos por todos ustedes. Me refiero a la reforma de las instituciones políticas de la Defensa: las reformas constitucionales del año 2005; las reformas legales en el nivel del Ministerio, la más importante de las cuales, la reforma del Ministerio de Defensa Nacional, en enero del 2010. Esta ley institucionalizó la conducción civil del sector, y es la reforma más importante desde la creación del Ministerio, en 1932” y debía “fortalecer la autoridad presidencial y la autoridad ministerial en la gestión de los procesos de gobierno … actualizando “la normativa orgánica y fija(ndo) una estructura que (sea) capaz de llevar a cabo el ciclo completo de políticas públicas del sector, comenzando con la emisión de una “Política Estratégica Nacional como objetivo general de carácter político del Estado (Gobierno) frente al actuar de la Defensa”.

Han transcurrido 26 años y los avances habidos son marginales. Seguimos sin una Estrategia de Seguridad y Defensa formal y el Ministro de Defensa es un espectador de la gestión de su cargo. En realidad es una curiosa mezcla de “tío dadivoso/caprichoso” y de “delegado del gobierno ante las FFAA/político con agenda propia”.

¿Qué decir de la Política Militar?. ¿De la ley de financiamiento cuatrienal de la defensa, del financiamiento de los programas y proyectos de inversión y los gastos de operación y mantenimiento de equipamiento y de la información oportuna y real al Congreso de la marcha de la gestión de defensa?. Nada, no ha pasado nada.

En la Función Defensa tenemos tres grandes actividades de gestión: Gestión de Desarrollo, que requiere conocimiento y experiencia empresarial de alto nivel; Gestión Militar que apunta a emplear las fuerzas militares en la acción de combate y prepararlas para ello mediante el entrenamiento y Gestión del Apoyo Logístico, que consiste en la generación de recursos y la prestación de servicios para sostener a las fuerzas en combate.

Vistas así las cosas, no deja de llamar la atención que en Chile los Ministros  y Subsecretarios suelan ser médicos, abogados, periodistas y rara vez administradores expertos. Y mas sorprendente aun es la conformación del Ministerio de Defensa: no tiene ningún departamento sólido dedicado a la gestión del material ni del personal; asume solo una tenue “coordinación” de la gestión del desarrollo del material y la infraestructura; no existe ni una mención a control de gestión y no existe ningún organismo de nivel nacional que se responsabilice de organizar y ejecutar el apoyo logístico a las fuerzas en combate.

En estos días tenemos una grave crisis en la gestión del desarrollo de las fuerzas, en la cual se encuentra implicado el ex – Comandante en Jefe del Ejército General Miguel Fuente-Alba. La simple lectura de su currículo muestra a un militar mas habituado a moverse en los corredores del poder que entre los soldados en campaña; fue seleccionado para el cargo por Francisco Vidal, Ministro de Defensa que salía ese fin de año, el 2010, luego de una pasada relámpago de solo 12 meses como  Ministro. Ambos se conocían bien, ex compañeros de colegio y como cadetes en la Escuela Militar ¿cómo pudo entonces Vidal proponer para ese cargo a un general que mostraba tan intensa dedicación a sus negocios e intereses personales?.

Al dejar su cargo en Marzo del 2010, Vidal recibió agasajos y condecoraciones por parte de ex – subalterno y amigo Fuente-Alba y prontamente reclutado como profesor en la Academia de Guerra, en la ANEPE y en tareas de asesoría (remunerada) al Comandante en Jefe. Su participación como “comandante de carro” de un cañón autopropulsado en la Parada Militar de ese mismo año mostró una proximidad poco común con el general Fuente-Alba y una concepción de su dignidad ministerial desusada hasta ese entonces.

Pero lo peor vino con la puesta en marcha del “Nuevo Ministerio” a partir de 2010.

La principal razón de ineficiencia fue que desde la misma asunción de Aylwin se desató una aguda lucha entre los partidos de la Concertación para que sus militantes ocuparan los cargos que los militares dejaron vacantes en la estructura ministerial. Se resolvió por “cuoteo” y mediante la contratación, en cada cambio de gobierno, de un número cada vez mayor de personas.

Cuando se dictó la Ley de Estatuto Orgánico del Ministerio de Defensa se tomaron los resguardos para asegurar los cargos de esas personas -mediante el “Artículo Transitorio 6 c.- que dispuso, que la implementación de esta nueva estructura :“No podrá significar pérdida del empleo, disminución de remuneraciones, modificación de los derechos estatutarios y previsionales del personal traspasado o encasillado. …”.

De esta manera y aunque se presumía que habría nuevas y mas complejas funciones, esta norma impidió a los sucesivos Ministros y Subsecretarios reclutar a nuevas personas técnicamente idóneas. El personal incompetente fue “complementado” contratando a un número también creciente de personas a Contrata y a Honorarios, todo por estricto cuoteo.

Tenemos entonces que la incompetencia se instaló en buena parte de la dotación de personal técnico del Ministerio. Esta curiosa forma de “gestión de personal” derivó en una desmotivación y abulia intensa de los funcionarios; no hay incentivos de ninguna especie y su trabajo se reduce a empujar papeles de una oficina a otra. Lo poco y nada que se produce, lo hacen grupos cerrados, “de personas de confianza del subsecretario”, que trabajando en forma compartimentada y secreta, preparan proyectos irrelevantes que no se materializan o que dedican su tiempo y energía a incursionar en temas de género, de inclusión y en relaciones exteriores, materias importantes pero periféricas al núcleo de la función defensa.

La parte mas penosa se produjo después de la promulgación de la ley Ley N° 20.424, “Estatuto Orgánico de la Defensa Nacional”, el año 2010, bajo el gobierno de Piñera. La última esperanza de hacer eficiente un organismo que no estaba funcionando era el Reglamento de dicha Ley. Se esperaba que este fuera capaz de definir con cierta precisión las tareas de cada cual, sus relaciones funcionales y los organismo intermedios de coordinación y trabajo integrado y de incorporar una técnica de gestión específica. No pasó. El Reglamento promulgado por la administración de Piñera es una copia abreviada de la Ley, de una pobreza sorprendente que deja en evidencia el desconocimiento, por parte de sus autores, de las funciones que se suponía debían abordar. Por ejemplo, en Occidente la mayoría de los países desarrollados funciona sobre el Sistema PPBs, del que muy probablemente el Subsecretario Alfonso Vargas de la administración Piñera, que elaboró el Reglamento, nunca  escuchó hablar.

Mientras tanto, los sucesivos Ministros se comportan como “espectadores interesados” de lo que pasa en su sector. Por el cargo han desfilado médicos, muchos abogados y un profesor de historia, en general personas con ambiciones políticas pero sin experiencia comprobable para gestionar una organización de varias decenas de miles de profesionales y técnicos y manejar un presupuesto de varios miles de millones de dólares anuales. Las excepciones fueron las menos.

¿Qué es el Ministerio de defensa actualmente?. Es una organización que “reparte recursos”. En efecto, dispone de una cantidad anual de recursos determinada por ley, que distribuye con criterios que simulan ser racionales pero que solo representan la capacidad de lobby de los interesados y las preferencias –por los motivos que sean- de las autoridades ministeriales. Esta curiosa lógica de gestión es del todo absurda pero políticamente de alta conveniencia, es, además una ancha puerta por donde puede entrar -y por donde entra-, la corrupción. Para mayor agrado, dispone de recursos acumulados a los cuales se recurre para fines ajenos a la defensa, según la discreción del gobierno de turno.

Hoy tenemos un escándalo, otro mas, y si no se hacen cambios radicales, comenzando por la designación de personas idóneas en los mas altos cargos; si no se modifica radicalmente la planta de personal; no se toma en serio esta importante política pública, y no cesa esta peculiar cooptación de “déjame con mis asuntos y yo te dejo hacer” (PERO SI ALGO FALLA, TU PONES LA CARA), se seguirán repitiendo.

A propósito ¿alguien sabe que es de José Antonio Gómez

 

EL FUNERAL DE AYLWIN DESDE PUNTA PEUCO

Hoy 21 de abril estuve en Punta Peuco visitando a un gran amigo de toda la vida.

En mofa suele decirse que en todas las cárceles sólo hay inocentes, ningún culpable.  En este caso, leí cuidadosamente el proceso completo que condenó a mi amigo y él lo es. Lo substanciación del proceso la hizo el funcionario judicial Miguel Vásquez Plaza, de discutible solvencia técnica y poseedor de una clara noción de lo que es bueno para su carrera, quien expone los planteamientos que a su juicio materializan su culpabilidad, que hieren el sentido común de cualquier persona normal.

Pero esto es irrelevante, el problema de la verdad y la justicia quedó sumergido por la combinación siniestra del lucro y la venganza.

El lucro es grande. En efecto, un caso ganado implica una ganancia de aproximadamente $600.000.000, de los cuales un 60% van al abogado y el resto a los demandantes. Un negocio excelente y sin consecuencias. Si no logras una condena, no pasa nada; y lo mejor, un grupo de abogados puede llevar varias causas a la vez.

La venganza está ubicada en los creyentes en la lucha de clases y en la agudización de las contradicciones; en los promotores de toda clase de conflictos y enfrentamientos; en el cultivo sistemático del odio. Seres irrecuperables, parte de ese 10% de “tarugos redondos en agujeros cuadrados”, individuos inadaptados para la vida en comunidad. Sólo ellos podrían pergueñar una frase mas provocativa que “ni perdón ni olvido”.

Y digo provocativa porque nadie podría asegurar que ella se aplicará siempre en un solo sentido, desde ellos hacia nosotros, me parece que eso ya no fue así y si alguien cree que todas las tropelías y abusos cometidos contra los militares quedarán impunes, podría ser que esté cometiendo un grave error. Mas aun, podría ser que las semillas del odio plantadas por ellos y regadas constantemente con mentiras, exageraciones, “verdades oficiales” y campañas de prensa (¿en qué terminaron “los quemados”?) fructifiquen en violencia.

Es muy interesante el planteamiento del Padre Montes en una entrevista reciente respecto a este tema: “Yo creo algo que le escuché a don Patricio Aylwin. Él contó que cuando su papá era niño era la revolución de 1891, y acompañaba a su padre (abuelo de don Patricio) a la cárcel a ver a su propio padre (su bisabuelo). Y nunca se olvidó de eso. La conclusión que sacaba Aylwin era que este es un problema tan traumático, que se necesita que pasen dos generaciones: las que vivieron el tema de adultos y las que lo vivieron de niños. Yo creo que tiene bastante razón”.

Es interesante, ya que las heridas emocionales que sufrió el padre de Aylwin al ir con su padre a ver a su abuelo preso no pueden haber sido muchas, ya que después de esa revolución terrible, si hubo “perdón y olvido”, talvez porque en ese entonces no habían comunistas.

¿Cómo serán las heridas de los hijos de 35 años que está visitando a sus padres desde hace 20 años, presos de los “vencedores de los militares”, o que han tenido que enterrarlos después de haberlos visto agonizar tras las rejas o que en cada visita encuentran a sus ancianos que ni siquiera los reconocen?

Y está los nietos y después vendrán los bisnietos.

Mientras tanto, Teillier se mofa de los militares y se declara vencedor con el aplauso de la izquierda; el acoquinamiento de la derecha. y el silencio de los “cómplices pasivos” que se archienriquecieron durante y gracias al Gobierno Militar.

La perspectiva de esta conmemoración de la democracia, de esta celebración del “hombre bueno”, del demócrata impecable, del negociador eficaz, del castigador de los militares y del estadista que buscó y encontró a paz para Chile, se aprecia de muy distinta manera desde Punta Peuco, donde los prisioneros no tienen ninguno de los beneficios carcelarios legales porque el “sicólogo” determina que todos y cada uno de los internos no “está en condiciones de insertarse en la sociedad”.

Hombres de 70 a 85 años, incapaces de insertarse en la sociedad!. Unen la burla a la injusticia.

Todos son “informados” con un mismo escrito al cual el sicólogo cambia el nombre que encabeza el papel. A tanto llegó la desvergüenza que hasta el poder judicial ha dispuesto que los informes sean hechos por sicólogos independientes.

Pero que le hace una raya mas al tigre. Los militares han sido y siguen siendo víctimas de una conjura entre el poder judicial, -remodelado desde la obsecuencia al gobierno militar, a la obediencia perruna al gobierno civil-; una clase política cobarde, mezquina y corta de vista, y los que, como Aylwin, con vos susurrante y a media luz traicionaron, discriminaron y criminalizaron a los militares, tarea sórdida que dio paso a las comisiones Rettig; Valech 1; Valech 2 y otra mas destinada a repartir plata entre los que “no tocaron” en ninguna de las tres anteriores.

La guinda de la torta la puso Carlos Ominami, que tratando de exculpar su dolo exigió que «la justicia debiera ser mucho más cuidadosa en la forma como actúa», porque «cometen desprolijidades»; sostuvo que los tribunales están actuando en «el contexto que da la calle»; y finalmente, «se enjuician de manera extremadamente severa prácticas que tienen que ver con un contexto distinto», exigiendo lo que explícitamente los políticos de izquierda y derecha niegan a los militares.

Sería risible si no fuera el fundamento de una injusticia que, por siglos, será recordada en Chile y mostrada como ejemplo de prevaricación, incompetencia y cobardía del poder judicial y los políticos, en su trato a los militares.

Definitivamente, desde la perspectiva de Punta Peuco, las loas al “padre de la patria” -como lo valora un plumario de moda- no tienen ningún significado para ellos, es motivo de nuevas injurias, falsedades y ocultamiento de la verdad; es sólo mas de lo mismo.