Chile : Que pasa en el barrio

La clave que determina la dirección que toman los análisis políticos y estratégicos de la región está dada por la respuesta a la pregunta: ¿estamos al final de un proceso de desarrollo económico que fracasó porque se aplicaron políticas erróneas, o estamos en el remanso de un ciclo de desarrollo que continuará avanzando porque se aplicaron políticas correctas?.

Dicho de otra manera dado que dos grupos de países eligieron políticas diferentes y divergentes, ¿quiénes seguirán avanzando y quiénes deberán enmendar rumbo empleando para ello tiempo y esfuerzo?. Los países que conforman Mercosur y el Alba, en definitiva los países del Atlántico y el Caribe, ¿estaban en el curso correcto hacia el desarrollo y la gobernabilidad?, ¿o los que estaban en el camino correcto eran los de la Alianza del Pacífico?.
Comienzo señalando que en mi opinión los países que estaban en el camino correctos eran los de la Alianza del Pacífico y los estaban en el error eran los del Atlántico (Mercosur y Alba) y que las evidencia así lo confirman.

Acaba de concluir en Caracas la entrega de la presidencia de Mercosur por parte de Maduro a Cristina Fernández. Esta entrega debió haber sido hecha hace seis meses. A nadie le importó mucho el atraso. Asistieron los presidentes de Venezuela, Argentina, Brasil, Paraguay y Uruguay. Evo Morales como observador. No hubo ni un solo acuerdo económico, solo declaraciones políticas, es decir Mercosur viene a sumarse a Unasur; Celac y la OEA como foro político. ¿Se necesitan mas espacios donde «hablar de política» o es ya hora de comenzar a “hacer desarrollo”?

Sin ser peyorativo, el panorama de Mercosur y de sus socios es un desastre: Venezuela, sede del encuentro, se debate en el desabastecimiento extremo y la inflación desbocada. La gobernabilidad es inexistente y las instituciones han sido destruidas deliberadamente. Maduro trata de sujetarse en el poder apoyado en los militares personificados por ¿su amigo? Diosdado Cabello.
Argentina está en su segundo default en 13 años. Su economía está colgando de la soja y el futuro es oscuro. Las instituciones, especialmente los partidos políticos, el Congreso y la Judicatura han sido demolidos, la corrupción es muy alta y las perspectivas de crecimiento son negativas. Cristina Fernández, en vez de agitarse para buscar la forma de pagar sus deudas, se aplica en descalificar al juez e insultar a los acreedores.
Brasil anuncia sucesivos recortes a sus expectativas de crecimiento, ya va en menos del 2% y puede terminar el año con una tasa negativa. Los anuncios de proyectos de inversión espectaculares se suceden uno tras otros pero no se concreta ninguno.
Sorprendentemente Dilma Rousseff leyó un discurso en que promovía la ampliación de la zona de libre comercio prevista por la Aladi para el 2019 la que se adelantaría para fines de este año. Esta iniciativa se debe a que también Rousseff está inquieta por la incertidumbre en su país. Su propuesta contó con el apoyo del presidente de Paraguay, Horacio Cartes. Que Cartes suscriba esa política tiene lógica, es miembro (observador) de la Alianza del Pacifico que también está en la línea de políticas económicas de libre mercado, .. pero Rousseff?, ¿qué le está pasando?
La nueva actitud política de Brasil refleja su urgente necesidad de comenzar a sacar a su economía del estancamiento y eso pasa por aproximarse a la Alianza del Pacífico formada por Chile, Colombia, México y Perú y distanciarse de los socialistas del siglo XXI, Argentina, Venezuela, Ecuador y Bolivia.
Uno de los problemas mas serios que está enfrentando Brasil –y su presidente- es la negativa de Argentina de incorporarse al libre mercado. Brasil lleva años tratando de firmar un acuerdo de libre comercio entre Mercosur y la Unión Europea. El fracaso de Rousseff se debe a que Cristina Kirchner bloquea la negociación. Maduro, por su parte no acepta hablar del tema y el inefable Evo abomina de todo lo que signifique globalización, libre comercio e iniciativa privada. Venezuela y Argentina por su parte, padecen desequilibrios macroeconómicos de tal calibre que ni aunque quisieran podrían iniciar cualquier apertura. En cambio, el uruguayo José Mujica pide acordar cuanto antes con Europa.
¿Cuánto podrá resistir Mercosur y Unasur semejante divergencia en sus visiones del mundo y de la economía?. Los plazos se acaban, hay que actuar rápido, la economía se hunde y la gente se molesta. Creo que a mediano plazo veremos cambios profundos en los alineamientos regionales.
Mientras muchos huyen de Mercosur hasta ahora 25 Estados han solicitado participar como observadores de la Alianza del Pacífico, entre ellos Canadá, China, Japón y Estados Unidos.