La campaña de Guaidó contra el dictador Maduro ha perdido fuerza, se ha estancado y caído en una rutina apática.
Pocos países del mundo soportarían una situación de miseria y abuso como la que vive Venezuela, pero ella parece no alterar demasiado a los líderes políticos de la oposición de ese país, se les ve a media fuerza, sin imaginación, sin empuje.
Peor aun, cada cierto tiempo Estados Unidos –Trump- recuerda al mundo que “todas las opciones están sobre la mesa” insinuando la posibilidad de una invasión armada.
Por favor, ¿alguien creería que EEUU pondría soldados en Venezuela?. Es evidente que lo que podría, y posiblemente haría, sería bombardear desde aire, mar y tierra con todo tipo de misiles y bombas a todo el territorio bolivariano, podría hacer polvo a sus fuerzas militares de opereta y matar a un número importante de sus narco generales, pero también es claro que llegaría el momento, inevitable, de poner botas en el terreno y eso, EEUU no lo hará.
Por varias razones: Las FANB sin duda que lucharía mejor contra soldados “gringos” que contra otros venezolanos; las heridas en la relación oposición/gobierno en Venezuela serían muy profundas y duraderas asegurando una larga inestabilidad política; las fuerzas terrestres norteamericanas tendrían que permanecer varios años y varios miles de muertos y mutilados en Venezuela y eso, con todo respeto por los dichos de Trump, es una bravata irreal y, en el mejor de los casos, ella no se prolongaría mas allá de su primer y único mandato.
Por su parte, Guaidó, cuando saque a Maduro y sus bandidos, necesitará un ejército real, capaz de seguir la lucha contra las pandillas de narcotraficantes aliados con los restos de las FANB, y las bandas de delincuentes comunes armados que conforman las fuerzas auxiliares irregulares del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV).
De la misma manera requerirá una policía despolitizada y eficaz y un sistema de inteligencia leal y eficiente para desmontar la infiltración cubana y las trenzas de delincuentes militares que desde ese momento serán aliados de las bandas de traficantes y lavadores masivos de dineros mal habidos.
Como se ve, el problema de la recuperación democrática de Venezuela pasa por la construcción, desde ya, de un ejército para Venezuela democrática. El entrenamiento de esta fuerza puede ser llevada a cabo con la ayuda del grupo de Lima e insertada en Venezuela cuando esté lista, con el apoyo distante de los EEUU.
Entre los millones de venezolanos exiliados hay centenares de miles de hombres en condiciones de luchar por su patria. No es aceptable que Guaidó insinúe que la invasión militar la harán soldados extranjeros.
Por otra parte, el inicio de estos preparativos le señalará a los milicotes maduristas, sin lugar a dudas, que la lucha viene en serio y que ya no es cuestión de lucir uniformes llenos de medallas, insignias y entorchados y que hay que prepararse en serio para luchar. Esta señal si duda dará una nueva perspectiva a los cálculos de los generales de Maduro, mal que mal los que roban y trafican lo hacen para ganar dinero y disfrutarlo, no para ser el muerto mas rico del cementerio, si es que sus huesos llegan a uno.
Me parece que es hora que los venezolanos tomen sus asuntos en sus manos … y se preparen para luchar en serio para conseguir la independencia de su patria.