FFAA: Modernización de fogueo

El 12 de abril del presente año asistí a un Seminario sobre el tema que señala el título de este comentario, presentado por Juan Galli, Subsecretario para las  FFAA del Ministerio de Defensa. Los invitados fueron un número reducido de organizaciones de militares retirados de Santiago, principalmente del Ejército.

El esfuerzo efectuado por el subsecretario para explicar como se realizaría esta modificación fue encomiable, aunque no subsanó las deficiencias básicas del mismo, levitó alrededor de lo de siempre y terminó explicando una modificación superficial y poco significativa de la gestión del personal de las FFAA.

Lo peor es que en 10 años mas, el mercado del trabajo habrá cambiado, en el Mundo y en Chile, en tal  profundidad e intensidad que el problema de reclutar personas de calidad para ingresar y permanecer en las FFAA habrá cambiado profundamente.

En breve, otra oportunidad perdida.

La respuesta respecto a las características de las FFAA en cuanto a su capacidades, tecnología, número, doctrina, armamento, estructura socio económica, formación política y moral, educación, disciplina y muchas características mas, están determinadas por decisiones políticas –cuya respuesta corresponde al Jefe de Estado y a su Ministro de Defensa- que se podrían resumir en la pregunta:

 ¿Qué tipo de FFAA necesita Chile?: 

¿Para qué rango de objetivos estratégicos militares?; ¿para producir qué efectos?; ¿para hacerlo dónde?; ¿para hacerlo cómo?; ¿durante cuánto tiempo?; ¿contra quién?; ¿tendremos aliados?; ¿que rango de gasto militar puede sostener el país en forma continua?; ¿con que proporción entre “mano de obra” y tecnología?; ¿qué rol jugarán las FFAA en la política exterior de Chile?; ¿en la política interior de Chile? y varias otras.

Y esas respuestas no existen.

Malamente entonces podemos comenzar a avanzar en aspectos complementarios tales como la carrera militar

Es evidente que la preparación técnica y el nivel de conocimiento del tema militar entre los miembros de la clase política nacional, la conformación “cuoteada” del Ministerio de Defensa y la incapacidad técnica de su dotación humana y directiva son del todo insuficientes. Por el contrario, su banalidad, superficialidad e incompetencia son solo comparables a su ideologización y temor a la responsabilidad.

Esta sólo es otra “modernización” a la medida de las necesidades de la agenda legislativa y política del Gobierno de turno.

En el caso actual, el tema se comenzó a agitar con la idea del Gobierno de modificar el sistema general de pensiones con eje en las AFPs. De ahí derivó hacia la crítica de los sueldos y jubilaciones “astronómicas de los militares”[1], transitó por sus jubilaciones “abusivas” y derivó hacia un modesto alargue de la carrera, que hoy se nos pretende mostrar como una modernización histórica.

La idea inicial de modificación previsional topó en que para pasar a las FFAA a las AFP se necesitaría invertir una inmensa cantidad de dinero. Por otra parte, la jubilaciones que podrían obtener los militares serían miserables ya que los sueldos  en los grados inferiores son tan bajos que podrían imponer solo durante 30 años, antes de jubilar por edad.

Había que sincerar la situación actual eliminando los ingresos “no remuneracionales” e incorporarlas a sueldo. Una solución inevitable pero que ningún político se atrevería siquiera a mencionar.

El Gobierno optó por el camino «políticamente correcto», alargar las carreras para comenzar a reducir los costos de las pensiones en 10 años mas, perjudicando a la mitad mas joven de los miembros de las FFAA y beneficiando a la mitad de mas edad, total en 10 años mas ni Piñera ni Espina estarán en funciones.

La clase política lleva años quejándose de que “las FFAA se mandan solas”, sin hacer ni el mas mínimo esfuerzo por ejercer el mando que la Constitución y las Leyes le entregan y sin asumir las responsabilidades respectivas[2].

Difícilmente se podría conseguir una organización mas incompetente que una formada por sucesivos “cuoteos” políticos, inmovilidades y propiedad de los cargos. La verdad, es mucho mas urgente y relevante reestructurar radicalmente el Ministerio de Defensa, obligar al Ministro a asumir sus responsabilidades, comenzar a preocuparse de los millones y dejar el desvelo por los pesos para mas adelante.

 La propuesta del Gobierno es tan carente de imaginación que se instaló dentro del marco de los usos y costumbres existentes durante todo el siglo XX, sin siquiera una mirada hacia la experiencia contemporánea.

Un elemento crítico que se pasa por alto es que las características de las carreras de los oficiales y del personal son diferentes entre las tres instituciones, en efecto, la Armada tiene una demanda importante de especialistas técnicos de alto nivel, experimentados y con alta permanencia en sus puestos en los grados de teniente segundo y teniente primero, luego requiere mandos tácticos, técnicos y gestores logísticos y operativos, también en proporción significativa. El Ejército y la Infantería de Marina necesita numerosos líderes jóvenes entre los grados de teniente y capitán en que las habilidades de liderazgo y físicas son prioritarias, luego la necesidad de personal se reduce y especializa, y el problema principal en la Fuerza Aérea es el retiro de tenientes y capitanes pilotos que están disponibles para buscar otros horizontes tan pronto como adquieren una condición de pilotos que los haga comercialmente atractivos y, que tienen menos vocación e interés por los mandos de gestión que siguen en su carrera.

De esta manera y al igual que en otras FFAA la tendencia se mueve mas en la dirección de múltiples y variadas ofertas de carrera de media vida o mas cortas; algunas de toda la vida laboral, y posibilidades de entrada y salida del servicio en diferentes niveles y condiciones.

También parece conveniente crear carreras de «media vida» para Empleados Civiles con ofertas de diferentes niveles administrativos e ingenieriles, con un perfil comparable a una carrera civil convencional.

En fin, no tenemos nada nuevo y mucho mas de los mismo, pero peor.


[1] Como comparación:

  • El Comandante en Jefe de la Armada (CJA) gana $ 4.440.288.
  • El Director de Gendarmería $ 6.744.874. en esa organización el primero cuyo sueldo no es mayor que el del CJA es el Nº 53 de ese escalafón.
  • Un Seremi cualquiera gana  $ 4.373.516.
  • Un Diputado cuesta $ 296.012.422 anuales, al erario nacional.

Dieta mensual 9.121.806; Personal de apoyo (parientes) 6.050.131; Asesorías Externas (correligionarios) $ 2.329.756; Gastos Operacionales para los Comités $955. 283; Asesorías Externos para los Comités $ 291.219; mas seguros personales y para sus choferes, automóvil; pasajes aéreos y últimamente $500.000 para algún ítem de fantasía.

Total mensual: $ 24.667.701

[2] ¿Dónde estaba el Ministro mientras se robaban la plata de los gastos reservados?. A propósito ¿Qué se hace con los gastos reservados del Ministerio de Defensa?, ¿A quién se le rinde cuenta?