DECOLONIZACIÓN

UN DISFRAZ NUEVO PARA UNA MENTIRA VIEJA

A muchos debe haber sorprendido la súbita y rabiosa motivación indigenista de la izquierda chilena. Nunca le interesó este tema ya que el marxismo tradicional es un producto exclusivamente occidental, racionalista y clasista.

Este interés nació a mediados de la década de los 60 cuando el fracaso del diagnóstico de Marx se hizo evidente: la Clase Obrera no se alzó contra sus opresores sino que se hizo parte de ellos en la forma de una Clase Media potente y segura de si misma.

El último clavo al ataúd de Marx fue el fracaso de su teoría del Valor del Trabajo. El increíble progreso de la humanidad en los últimos decenios muestra que el valor de los bienes surge de la creatividad de individuos brillantes y emprendedores que para colmo, proceden de la Clase Media y no de los talleres “en que los capitalistas explotan a los trabajadores”.

Esta debacle fue en enfrentada, una vez más, por un batallón de intelectuales europeos, mayoritariamente franceses, que estrujaron sus neuronas para producir una salida que los mantuviera vigentes. La respuesta fue el Neo Marxismo o el Pos Marxismo.

Adentrándonos en Sudamérica, estas corrientes llegaron promovidas por Ernesto Laclau y Chantal Mouffe[1] que propusieron una lógica para la “formación de las identidades colectivas” basadas en la identificación de “demandas” que puedan ser transformadas en “Demandas al Sistema” que, agrupadas y coordinadas puedan llegar a constituir fuerzas revolucionarias que se “levanten contra el sistema”, en forma “revolucionaria”.

Surgieron así las demandas de género, de identidad sexual, de aborto libre, de ruptura moral, de sexualidad infantil, etc. que se agruparon en “colectivos y movimientos” nacionales e internacionales.

Para movilizar y operativizar este sistema establecieron como primer objetivo la destrucción de lo que definen como “El Poder Administrativo” cuya fuente de legitimidad es el conocimiento apropiado de lo que es la “buena comunidad”, discurso establecido por Platón y vigente hasta hoy. Es decir la introducción de una forma de estructura de poder y gobierno próximas al anarquismo[2] que funcionara por fuera de la institucionalidad. En Chile se produjo notablemente en el “parlamentarismo de facto” en el Congreso y en las protestas callejeras e invasiones y tomas violentas de lugares y servicios públicos y privados exigiendo bienes o servicios.

Casi simultáneamente, se constituía en España el partido Podemos, liderado por Íñigo Errejón y Pablo Iglesias con fuerte apoyo financiero de Maduro, de Venezuela, que adoptó la aproximación ideológica de Laclau.

En Sudamérica este proceso, incorporó además un tipo de “identidades colectivas” despreciada por los franceses, “el indigenismo”, desarrollado por varios autores entre los cuales está el revolucionario marxista boliviano Álvaro García Linera. Un “neomarxista”, ideólogo del Ejército Guerrillero Túpac Katari y defensor del Estado Plurinacional.

Inicialmente, Podemos incluyó una forma de “indigenismo” materializado en las demandas autonomistas regionales que prontamente abandonó por cuanto no encontraron eco significativo en la sociedad española.

En el intertanto, las relaciones entre Podemos y los dueños del Frente Amplio en Chile, se consolidaron en dos ámbitos.

  • Uso de los recursos provistos por Maduro y
  • Asesoría para la organización y operación de colectivos y grupos de acción.

Paralelamente, el frente Amplio de Chile, capitaneado por Boric, estableció una intensa cooperación subordinada con el ideólogo boliviano.

A nivel político chileno, durante su gestión como número dos del gobierno de Morales, García Linera viajó varias veces a Chile. En julio de 2015, realizó una visita académica a Santiago para presentar su libro “Comunidad, socialismo y Estado Plurinacional”. En ese momento, la prensa destacó su reunión con un grupo de intelectuales chilenos, entre ellos estaba el diputado Gabriel Boric.

El exvicepresidente boliviano fue uno de los representantes de su país a la asunción de Boric el 11 de marzo. También el presidente chileno ha manifestado su cercanía con el Ejecutivo que encabeza Luis Arce.

La versión boliviana de indigenismo ha sido desarrollada por varios autores, con matices entre ellos. Dado que la versión influyente en el Frente Amplio es la del García Linera, el análisis continuará por ese lado.

“El concepto central para los “indigenistas” es el de “”colonialidad” el cual perdura “a través del privilegio de ciertas formas de conocimiento y en el rechazo o silenciamiento de otras”.

Pare ellos, la independencia política de las excolonias constituyó solo el comienzo de la decolonización.

Una autora sobre el tema explica la diferencia entre “decolonización” e “independencia política” :

“Los historiadores suelen definir la decolonización como un período histórico (que comprendería la segunda mitad del siglo XX) en el que los imperios europeos coloniales llegaron a su fin. Pero, desde un punto de vista filosófico, la decolonización no es lo mismo que la lucha por la independencia (la soberanía política). En primer lugar, las luchas anticoloniales se basaron en una antigua idea europea: el Estado-nación. De ahí que la soberanía política se convirtiera, por así decirlo, en el alfa y el omega de la decolonización”

«La descolonización en cambio significa reconocer y abrazar la pluralidad de formas de conocimiento (incluidas las artes y la literatura) y los métodos epistémicos, lo que implica deconstruir la ilusión de objetividad y universalidad de las concepciones occidentales”.

La propuesta de García Linera también impresionó a otros políticos que presumen de seriedad:  En 2006, el entonces Presidente Ricardo Lagos quedó impresionado por García durante su histórica visita a Bolivia para la posesión de los nuevos gobernantes, calificándolo de “intelectual fino” que propició el acercamiento con Chile, y de “un buen interlocutor” del próximo gobierno de Michelle Bachelet.

Para Boric, la existencia de un movimiento indigenista en Bolivia y en Sudamérica es una gran oportunidad:

“Me da mucha esperanza y espero tener un trabajo codo a codo con Lucho Arce en Bolivia; si Lula gana las elecciones en Brasil, con Lula; la experiencia de Gustavo Petro si se consolida en Colombia. Creo que ahí se puede armar un eje tremendamente interesante”


[1] Ernesto Laclau y Chantal Mouffe. “Hegemonía Estratégica Socialista” y “La Razón Populista”

[2] La estructura y funcionamiento del la Convención Constitucional es una muestra precisa de este tipo de esquema y de su estrategia.