BORIC Y SUS ESCUPIDORES

El “equipo” de Boric era como un lote de niños mal educados instalados en un balcón desde donde escupían a los transeúntes.
Su arma, su argumento y su expresión era el escupo.
Desde ahí y con su instrumento repugnante castigaron, desaprobaron, descalificaron, silenciaron e inmovilizaron a los que transitaban bajo su atalaya para llevar a cabo sus actividades.

Ellos permitían el paso, lo limitaban o lo prohibían a su gusto. Alejaban a algunos, dejaban aproximarse a otros, a su capricho. Sus preferencias eran inescrutables, solo ellos sabían las razones o sinrazones que provocaban sus asquerosas expresiones.

La ocurrencia de un extraño fenómeno los mandó a la calle a vivir la normalidad de la gente que hace cosas.

Cuando algo no les gustó, como era su costumbre, los escupieron: la Siches trató de ir a Temucuicui a mostrar su excelencia y fracasó, los transeúntes se rieron de ella, los escupió y ellos la cachetearon; escupió a la Cámara de Diputados y lo mismo, las redes sociales la abofetearon; la ministro de Bienes Nacionales insultó calumnió y escupió a un Carabinero agredido por una turba, la ciudadanía y los medios la aporrearon; Boric quiso limitar los retiros de los fondos de las AFPs que cuando estaba en el balcón apoyaba con entusiasmo y la gente lo rechazó, ni siquiera trató de escupirlos, ya sabe que esa herramienta perdió todo su filo.

La reacción de Boric y sus escupidores es de perplejidad, no entienden lo que pasa, se sienten perdidos y desorientados, no saben como reaccionar, no pueden asimilar la idea de que escupir a lo que no entienden o no quieren no es aceptable, tampoco de que sus incompetencias no pueden ser disimuladas con escupos ya que estos perdieron su eficacia y para peor, los agredidos les responden.

Boric y sus escupidores tendrán que madurar, aprender a respetar y reemplazar sus hábitos asquerosos por eficacia, competencia y trabajo.
Nueva y cansadora experiencia, probablemente para ellos imposible.

Fernando Thauby García 16 de Abril de 2022