El Loro aqui y las Plumas acá

EL LORO
El recién concluido proceso del pleito con Perú en la Corte Internacional de Justicia de La Haya fue planteado por sus encargados en el ámbito jurídico; exclusivamente en ese ámbito. La “política” debía mantenerse alejada de la asepsia de las togas, los otrosí y los considerandos.
Algunas voces se alzaron señalando que las relaciones internacionales eran fundamentalmente políticas, de poder y que si bien el elemento jurídico podía estar presente, el fondo del asunto era político.
Los que incurrimos en esa acción de lesa majestad judicial y nos atrevimos a invadir el espacio reservado a los “letrados”, recibimos la repulsa consiguiente. El suscrito fue increpado por uno de los miembros del equipo chileno a cargo del pleito bajo la acusación de intervenir en temas que no conocía, de sacar el tema del espacio de racionalidad e ilustración de la corte y tratar de llevarlo a otro que no tenía nada que ver, menos aun que la fuerza tuviera alguna presencia en él.
No tuve ocasión de responderle, pero los hechos lo hicieron por mí. El fiasco del fallo de la CIJ dejó sin palabras a la persona en comento y jamás le oí ningún comentario al respecto. El fallo fue político con algunos elementos de legalidad. Nuestro poder nacional fue desperdiciado, nuestro peso político internacional no fue empleado y la presión de la fuerza fue descartada con horror. Y así nos fue.
Hoy se repite la escena,
Felipe Bulnes se declaró “profundamente preocupado” por la situación y acusó “irresponsabilidad” y “demagogia” a los actores que han emitido opiniones sin conocer directamente y a fondo el texto de la memoria Boliviana.
Es cierto que quienes opinaron no conocen el texto de la memoria boliviana y carecen de algunos antecedentes, es por eso que sus opiniones no son resolutivas ni vinculantes, es decir no constituyen la resolución final de la Presidente de la República ni la obligan a aceptar esas opiniones, pero, ¿no es importante para esa resolución que debe tomar Bachelet en representación de todos los chilenos, saber que es lo que ellos y sus representantes políticos piensan?
Chile es de los chilenos, no es del Gobierno ni menos de los agentes del Gobierno en La Haya.
Cuando las cosas andan mal y hay que enfrentar las consecuencias de los yerros, fallos o debilidades en el exterior, son los chilenos “desinformados” y “sin todos los antecedentes” los que ponen a sus personas entre el enemigo y los “letrados”. No recuerdo haber sabido de algún Bulnes en la Patagonia en 1978 y tampoco creo que alguno haya estado en la Cordillera de los Andes. Fueron otros y esos son los ahora quieren dar su opinión en este asunto, mal que mal son los directamente afectados. Los elegantes seguirán quedándose en Santiago como reserva genética de la República.
Es evidente que la Presidente recogerá muchas opiniones, entre ellas las de los letrados y también la de los chilenos de a pié, y su resolución será aun mejor informada que si se limitara a escuchar solo a los Bulnes.

LAS PLUMAS
La crítica de un ex – Canciller quejándose de que “Políticos pauteando sobre la defensa en La Haya es una irresponsabilidad sin precedentes”, parece un caso de pérdida de las proporciones: Opinar no es Pautear sobre la conducción de la defensa de Chile ante la CIJ; es un reclamo tan exagerado como la de un diputado que reclama que las palabras de Bulnes “son declaraciones impropias, que han injuriado a ex tres ex presidentes, y a todos los parlamentarios que hemos manifestado nuestra opinión”. Nunca tanto.
Pero lo que es definitivamente un exceso es que añade: “El no puede entrometerse en los asuntos de política, el debe dedicarse exclusivamente a la demanda. Esto se contradice con la acción de la Presidenta”, agregó el parlamentario.
Es evidente que si las relaciones exteriores son un tema político, el señor Bulnes no solo tiene todo el derecho a “inmiscuirse” en esa política, tiene la obligación de hacerlo, a condición que comprenda que está en una tarea política y no judicial. Si no lo entiende así, que se limite a presentar escritos.
En breve, el problema parece originarse en un deseo oculto de algunos de ponerse a cubierto de las críticas, refugiándose en un bunker de sapiencia arcana y por el otro lado, de rebajar el nivel del necesario debate.
El Loro aquí: Estamos ante un desafío político ante el cual todos tenemos derecho a tener y dar una opinión y el gobierno debe escucharla. Las plumas acá: dejemos lo accesorio a un lado y concentremos en lo fundamental. Decir lo que pensamos y apoyar al gobierno en lo que decida, cuando lo haga.