Al igual que Mercosur, Unasur y su Consejo de Defensa constituyeron un objetivo de las políticas de exterior y de defensa brasileñas. Entre los “temas estratégicos del Sistema de Defensa Nacional de Brasil, se establecieron como metas:
– Fortalecimiento de la capacidad de defensa, aisladamente o como parte de un sistema colectivo de defensa con los países vecinos, para enfrentar nuevas amenazas y desafíos, garantizar la protección de su territorio y respaldar negociaciones de ámbito internacional (Unasur)
– En lo relativo a Bloque Político-Económico de la América del Sur, creación de un espacio económico integrado en la América del Sur, con papel destacado para Brasil y las obligaciones económicas, sociales, culturales, políticas y de seguridad consiguientes… (Mercosur).
Actualmente Mercosur está muerto, su cadáver insepulto, pulula cual zombi sin asustar ni interesar a nadie.
Unasur tiene cuadraplejia, sus miembros está paralíticos: Venezuela con Maduro tratando aplastar a la oposición; Ecuador haciendo piruetas para reelegir a su sempiterno Presidente; Argentina escarbando la billetera en busca de los últimos pesos para pagar sus deudas morosas y Brasil chuteando los problemas para después del Mundial.
Unasur respira con dificultad y su único signo vital es, curiosamente el Consejo de Defensa Suramericano. Tal vez la razón de la supervivencia de este organismo sea su inutilidad. No molesta mucho y permite reunirse, hablar, acordar cosas y designar la fecha y lugar de la próxima reunión.
Creado el 28 de enero de 2009, tiene como Objetivos: “a) Consolidar Suramérica como zona de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de nuestros pueblos, y como contribución a la paz mundial. Y b) Construir una identidad suramericana en materia de defensa , que tome en cuenta las características subregionales y que contribuya al fortalecimiento de la unidad de América Latina y el Caribe”.
El Programa de Gobierno de la Nueva Mayoría en nuestro país, por su parte señala que: “Durante el período 2014-2018, la política de Defensa Nacional tendrá como objetivo principal de mediano y largo plazo, generar una Comunidad de Seguridad en América del Sur que garantice la paz y elimine definitivamente la amenaza de la guerra, siendo el Consejo de Defensa de UNASUR la institución para avanzar en esta materia.
Como se puede apreciar estamos comprometidos con Unasur. Los chilenos tenemos el defecto de tomar en serio los compromisos. “Nos creemos el cuento”, asi, podemos ver a nuestro Ministerio de Defensa activamente involucrado con este Consejo de Defensa.
El primer Objetivo del Consejo “a) Consolidar Suramérica como zona de paz, base para la estabilidad democrática y el desarrollo integral de nuestros pueblos, y como contribución a la paz mundial” es mejor no tocarlo. Hay paz internacional, pero la paz, el desarrollo y la democracia al interior de sus estados miembros deja bastante que desear. Venezuela, Brasil y Argentina están estancado o en franca crisis y la contribución a la paz mundial murió con los fallidos intentos de Chávez y de Lula de meterse al juego de los grandes en Irán y Libia. Solo restan algunos ocasionales coqueteos con Putin.
El interés ahora va por el Objetivo b) La “Creación de la Identidad de Defensa Regional” … ¿Cuál es esa identidad?.
En Venezuela, sus Fuerzas Armadas dan cumplimiento al “Concepto Estratégico Militar de la Fuerza Armada Nacional” aprobada el año 2010, que a la letra dice: “La Fuerza Armada Nacional es parte esencial e indisoluble del Poder Público Nacional, basada en los intereses y objetivos nacionales establecidos para el cumplimiento de las políticas correspondientes a la defensa militar, la cooperación en el mantenimiento del orden interno y la participación activa en el desarrollo integral del país”, aportan 130 generales y a toda su organización militar haciéndose cargo de empresas públicas, fábricas, empresas de importación y distribución de alimentos, de transportes y otras, miembros del gabinete del Gobierno de Maduro, encargados de la represión a los estudiantes y muchas otras forma de involucramiento en política contingente.
Un ejemplo claro de la “Identidad” de esas Fuerzas Armadas es la estructura legal que regula su participación en la “Seguridad Alimentaria” de Venezuela: “En apoyo a la Seguridad Alimentaria, se activará una entidad rectora dentro de la institución castrense, en estrecha coordinación con otros organismos del sector público y el sector privado, que le permita mediante alianzas estratégicas, el establecimiento y consolidación de núcleos especializados de producción, ejecutando programas de incorporación de reservistas y de la sociedad en general, logrando además una mayor contribución en la generación de empleos, mediante alternativas como la activación de Unidades de Producción de Bienes y Servicios en las diferentes regiones del país.”
Hay normas equivalentes para su participación Para la Cooperación en el Mantenimiento del Orden Interno, La Participación Activa en el Desarrollo Integral de la Nación, del Medio Ambiente y de los Recursos Naturales.
En Brasil, Dilma Rousseff movilizó a las FFAA nacionales para blindar las 12 sedes del Mundial. La legislación nacional admite el uso de la fuerza militar como recurso excepcional para asegurar el orden civil. Pero lo excepcional es muy frecuente: en 2010 hubo que liberar del narcotráfico la favela Morro do Alemão; en 2012, llevar tranquilidad a la cumbre Rio+20; en estos días busca pasar el Mundial en paz; y en 2016 habrá que cuidar las Olimpíadas.
En Argentina, el Ejército del General César Milani declaró su voluntad de “incorporarse al Proyecto Político” del Cristinismo. Hasta donde se sabe no habría consultado a los militares bajo su mando, pero igual los comprometió con un bando político y lo hizo con el beneplácito de la Presidente. Esta incorporación se manifiesta participando en operativos de carácter social con claro contenido y contexto político – electoral.
Estos son algunos de los elementos de la “identidad” de las FFAA de nuestros socios de Unasur.
Hasta donde parece están lejos de la “identidad” que nuestra Constitución establece para nuestras FFAA. Como con tanta claridad lo señala Marcos Robledo, actual Subsecretario de Defensa, en su artículo CONTRARREFORMA INSTITUCIONAL publicado en “Punto Final» edición Nº 771 de 2012, «Rasgos principales (de su identidad) eran la idea de que las FF.AA. deben ser un instrumento estatal y no ideológico. Cuando las FF.AA. decidieron identificarse con un sector, específicamente con la derecha, incurrieron en un grave error, poniendo en peligro su legitimidad a largo plazo» … «La teoría política liberal democrática supone FF.AA. profesionales, neutrales, bajo control del Estado, creadas para afrontar conflictos internacionales».
Cabe preguntarse, ¿son las FFAA de nuestros socios las que van a cambiar su identidad para ser como las nuestras o son las FFAA de Chile que se transformarán para ser como ellas?.