Las mentiras ferroviarias de Evo

Evo Morales tiene el feo hábito de mentir: en la celebración de sus primeros 10 años de gobierno aseguró, ante un menguado auditorio en la Plaza Murillo, que una parte importante de los chilenos apoyaban su aspiración marítima a solo días que una encuesta confirmara por enésima vez que en Chile el 66% de la población es partidaria de no dar NADA a Bolivia y un robusto 90% es partidaria de no conceder costa soberana a Bolivia en territorio chileno. Para apuntalar su mentira llevó a un pequeño grupo de miembros del Partido Comunista como“representantes” de los movimientos sociales de Chile para que hicieran de comparsa.

Poco antes, la Unión Europea debió elevar una “protesta formal” ante el gobierno boliviano por emplear la imagen de su embajador Thimoty Torlot que aparecía avalando la campaña de Morales para eternizarse en el poder. Respecto a Chile miente a diario, pero eso es parte de su obsesión antichilena.

A su pueblo lo ha enredado con mil mentiras en torno a un presunto ferrocarril transoceánico de cuya participación pretende haber excluido a Chile.

Veamos algunas verdades:

1.- El “Corredor Central” existente y obstruido por Bolivia

El primer corredor o “eje de conectividad vial intrarregional” se planeó el año 2007 y fue el llamado “Corredor Central” que uniría por vía terrestre el puerto de Santos en Brasil con el de Arica en Chile, pasando por Bolivia. El corredor está construido pero inoperante ya que Bolivia exige que la carga brasileña que transite por su país, sea transportada exclusivamente por empresas bolivianas lo que no es aceptado por Brasil. Esta exigencia liquidó el proyecto y ese corredor no pudo entrar en servicio regular. Dado que no se logró acuerdo sobre el régimen de uso de dicha vía se hizo necesario diseñar y poner en ejecución nuevos proyectos (sin la participación obstruccionista de Bolivia) que uniera el centro oeste y el sur de Brasil, y Paraguay y Argentina, a los puertos del norte de Chile.

2.- Las alternativas chileno – argentinas – paraguayas – brasileñas

La primera alternativa considerada es una vía terrestre que transitara por Brasil, Paraguay, Argentina y Chile, partiendo de Sao Paulo, atravesando el Mato Groso del Sur, pasando por Paraguay, Paso Hondo en Salta (Argentina), paso de Jama hacia Antofagasta y finalizando en los puertos chilenos de Antofagasta, Mejillones e Iquique.

La segunda es una vía terrestre que va desde Porto Alegre (en el Atlántico) a Coquimbo (en el Pacífico) transita por Brasil, Argentina y Chile. Cruza por el paso de Agua Negra en la provincia de San Juan (Argentina) y llega a Coquimbo (Chile).

Una tercera alternativa es el proyecto de ferrovía que una el puerto brasileño de Paranaguá con Antofagasta pasando por Paraguay y Argentina.

La realidad hoy.

La primera alternativa señalada anteriormente es la que ha avanzado mas en su concreción. Parte importante de los mercados de la agroindustria brasileña, paraguaya y argentina son China y otros puertos del Pacífico y no había ninguna comunicación vial directa entre el sur de Brasil y los puertos del norte de Chile. En 2014 se puso en ejecución un proyecto de integración vial que ha tenido un desarrollo importante y exitoso. Este corredor vincula el centro-oeste brasileño, el Chaco paraguayo, el norte argentino y el norte chileno.

Se licitó la pavimentación de los últimos 600 kilómetros de caminos que faltaban en Paraguay y faltan unos 100 Kilómetros en Argentina. En Chile deben materializarse algunas inversiones en los puertos terminales y entre Brasil y Paraguay falta un puente de 400 metros. Las obras y lo mas complicado, el reglamento de operación del corredor, deberían entrar en funciones dentro de los próximos cinco años.

El corredor de comercio Chile – Argentina o “Corredor Binacional Sur”

Aparte de lo señalado y con la lentitud propia de los grandes proyectos, el corredor ferroviario entre la Zona Central de Argentina y los puertos de la Zona Central de Chile por el túnel de baja altura por el Cristo Redentor, sigue avanzando. El cambio de gobierno en Argentina permite ser optimista en el aumento de la velocidad del mismo.

El “Corredor ferroviario bioceánico” entre la costa atlántica de Brasil y la costa del Pacífico de Perú.

A mediados del mes de mayo de 2015, el presidente de la República Popular China y la presidente Dilma Rousseff firmaron varios acuerdos bilaterales en el marco de una visita de estado del primero a Brasil. Los medios brasileños informaron que “uno de los grandes objetivos de la visita del primer ministro chino Li Keqianq a América Latina (era) el desarrollo del megaproyecto del tren bioceánico entre la costa atlántica de Brasil y la costa pacifica de Perú”.

En un ambiente de euforia, la prensa brasileña informó que “la presidente Rousseff anunció varios acuerdos de inversión y comercio con China por más de US$53.000 millones. Entre los acuerdos bilaterales se encuentra el comienzo de los estudios de factibilidad para la línea ferroviaria.

Además del tren bioceánico que unirá Brasil y Perú, otros proyectos incluyen renovaciones en puertos y aeropuertos y la construcción de varias carreteras para agilizar el transporte de granos y carnes porcinas y avícolas, entre otras materias primas. “El Puerto de Açu en el norte del estado de Rio de Janeiro sería el punto del embarque. El tren pasaría por las zonas agrícolas del centro de Brasil antes de pasar por la Amazonía y cruzar la cordillera. La ruta peruana aún no está definida”.

Viabilidad del proyecto el “Corredor ferroviario bioceánico” Brasil – Perú

Según la Unión Internacional de Ferrocarriles, “resulta más costoso enviar soja a China a través de los puertos peruanos que hacerlo desde el puerto de Santos en Brasil”. El “Corredor Ferroviario Bioceánico Central” es inviable desde el aspecto económico”. Si se embarca en el puerto de Santos el costo de transportar una tonelada de soja desde Lucas do Rio Verde hasta Shanghái, China, asciende a US$ 120.43; su envío a través del puerto de Perú costaría US$ 166.92. “Es una diferencia de US$ 46.49 por tonelada” (dólar considerado a 3.00 reales por dólar).

El cálculo no toma en cuenta el costo de construcción de la ferrovía bioceánica que de 3,650 kilómetros, de los cuales más de 1,000 km pasarían a través de los Andes. El gobierno de Dilma Rousseff estima (antes de ningún estudio formal al respecto) que el proyecto requerirá una inversión de US$ 40,000 millones solo en el lado brasileño.

Por su grandeza y dudosa sostenibilidad económica, el ferrocarril bioceánico es comparado en el sector privado con el tren de alta velocidad entre Campiñas y Río de Janeiro, un proyecto que fue “la niña de los ojos” de Rousseff durante el gobierno de Luiz Inácio Lula da Silva y que ahora está archivado, mencionó Estadão”.

Evo se cuelga sin ser invitado

Humala se manifestó rápido. El tren transitaría por el norte de Perú y llegaría a los puertos de esa zona: Bayovar, Piura e incluso Callao. Evo se indignó y reclamó que Perú le estaba haciendo trampas. Gritos van quejidos vienen, el tema se calmó – total se está hablando de una idea que aun no tiene ni siquiera estudio de prefactibilidad – y Evo comenzó a mentirle a los bolivianos.

Como el tren era, obviamente, un asunto chino, peruano y brasileño buscó enredar el negocio y metió a los alemanes. El Vice ministro de transportes e infraestructura digital de Alemania fue a Bolivia y dijo de todo: “Con Perú impulsaré que el tren pase por Bolivia”; “la construcción del tren bioceánico es el megaproyecto del siglo”; que “la mejor conexión entre los puertos de Santos (Brasil) e Ilo (Perú) a través de Bolivia representa la solución”; “propuso al Gobierno boliviano financiar la construcción de la línea férrea con recursos tanto públicos como privados”; que iba encontrarse “en el aeropuerto de Lima con el viceministro de Transportes del Perú, (Henry Zaira Rojas), con el que vamos a tratar varios temas bilaterales. Uno de ellos será el tren bioceánico y yo voy a impulsar y fomentar la solución para que el proyecto (ferroviario) pase por Bolivia” y cerró con un broche de oro: “Bolivia es un jaguar listo para saltar” (¿cómo que los alemanes no tienen sentido del humor?.)

A todo esto, los protagonistas y dueños del proyecto de tren- Brasil y Perú-, no participan de estas fantasías delirantes, raro, ya que mal que mal es de ellos. Pero para Evo la realidad no importa son las imágenes y las palabras las que valen.

Según Morales, el tren «Unirá el Puerto de Santos (Brasil) con Puerto Suárez (Santa Cruz) y de ahí al Pacífico; ¿será Ilo o Mataraní? Los hermanos peruanos decidirán”. Hasta donde se sabe, ya decidieron y son los puertos del norte de su país, por lo que el tren no pasaría por Bolivia. Todo un cuento. Mas absurdo aun, mientras Morales hace inútiles contorsiones para tratar de conseguir un puerto soberano en Arica (Chile), levanta una competencia portuaria en Ilo (Perú). Una situación absurda por donde se la mire, el tren recorrería un largo trayecto por Brasil y Bolivia y concluiría en un puerto peruano en el medio de nada, a pocos kilómetros de sus sueños ariqueños!.

Como nunca funcionará un tren que transite por Bolivia ya que la idea brasileña es incorporar al Mato Groso al circuito exportador, la verdad no importa. El tema de Morales es seguir en el poder y para eso hay que seguir contándole cuentos a los bolivianos.

Negociar con el gobierno de Morales es una Misión Imposible. Este tipo de comportamientos debería alertarnos para mantenernos alejados de tratos con Bolivia mientras no haya un gobierno con un razonamiento medianamente lógico y que no mienta.