Argentina suele pasar por periódicas crisis que incluyen comportamientos gubernamentales y sociales alejados de los usos y costumbres del resto del mundo: asesinatos de opositores en connivencia con la Presidente de la República; robos y desfalcos en magnitudes solo comparables a lo sórdido de los comportamientos de sus autoridades Nacionales y del Poder Judicial; desconocimiento de compromisos formales con otros países, incluido Chile y muchas vergüenzas más que en nuestro país no suscitan comentarios oficiales y ni siquiera privados. No es digno; lo que corresponde a vecinos discretos es mirar, aprender y callar. Burlarse de un país en problemas y aprovechar para encaramarse en algún ridículo podio del éxito regional no es de personas decentes. En descargo de Eduardo Fernández debemos reconocer que el tino, el criterio y el respeto no son atributos peronistas.
Fernández se dio el lujo de declarar que había “analizado el caso de Chile” con el Presidente de Francia -sobreviviente éste del motín de los “chalecos amarillos”- en la cual «le conté lo que pasa en Chile. Le dije: presidente, el milagro chileno es que los chilenos no hayan reaccionado antes», en alusión a las cifras económicas del país en la última década.
«Hablamos de Lula, de Chile, de Argentina, de Bolivia, de Venezuela… De los problemas del continente. Y sentí, cuando hablé con el presidente Macron, que el presidente Macron me entendía», aseguró el presidente electo trasandino.
No pudo contenerse y continuó: «Tuve, hace unos días, una muy buena conversación con el presidente (Sebastián) Piñera. Yo quisiera que el presidente Piñera haga un esfuerzo mayor, yo estoy dispuesto a ayudar en todo lo que pueda, pero no tengo la llave para solucionar el asunto», afirmó al diario español de izquierda El País.
Me imagino que no pretenderá darnos ayuda económica, ni menos avalarnos ante un banco internacional. Tal vez se refiera a interceder ante sus amigos de extrema izquierda en Chile, pero sabemos que ellos no controlan la violencia, los violentos los controlan a ellos; o puede que esté pensando en enviarnos a un asesor económico, pienso en Kiciloff, que destruyó todo lo que no se robó. En los próximos meses veremos que tan eficaz será su gobierno en sacar a Argentina del desastre en que el peronismo la sumergió y podremos ganar experiencias de su ejemplo.
El Grupo de Puebla, en su cita en Buenos Aires, apoyó a Morales y a Maduro, manifestó su angustia por la violencia en Colombia y la persecución de dirigentes sindicales en Ecuador y “apoyó las protestas en Chile”. “Alertó de que en Chile hay una «violenta represión de la movilización social por parte de las fuerzas policiales” con violaciones a los derechos humanos y pidió al presidente Sebastián Piñera que reconociera el reclamo popular y reformase la Constitución. Es difícil imaginarnos como Chile, hasta ahora, pudo existir y prosperar sin la supervigilancia, asesoría y recomendaciones de Fernández.
“El Grupo de Puebla que integran 32 líderes de doce países, se reunió durante dos días en la capital argentina con el propósito de aunar las fuerzas progresistas de la región”.
Esta promesa nos asegura poder tener a la vista las políticas de ese Grupo, de manera de disponer de un referente que nos lleve a tener economías y estados prósperos, sobrios y probos como los de Argentina kirchnerista y del Brasil de Lula o de la ágil gestión de Andrés Manuel López Obrador de México.
Para mayor confirmación de la solidez de sus argumentos, ideas y políticas, el designado ideológo y promotor de Fernández, Marcos Enríquez-Ominami, las expuso con magistral síntesis y claridad asegurando al periódico español El País que «la izquierda latinoamericana debía reaccionar».»Frente a un populismo de derecha hay que responder con populismo de izquierda. Y punto. Los nacionalismos son minimalistas, ramplones, vulgares, mienten todo el tiempo. Responderemos con la misma audacia que los populismos de derecha», puntualizó Henríquez-Ominami al periodico español El País. Toda una promesa de ideas sólidas, originales y novedosas.
Pese a todo, lo mas intrigante es tratar de adivinar que pasa por la cabeza de Fernández: según indica la prensa, Fernández llegará a Chile la semana del 16 al 20 de diciembre “en el marco de la tercera reunión del Grupo Puebla. El Presidente de Argentina, en ese entonces ya en ejercicio, viene a reunirse con un grupo político que es abiertamente oponente y adversario de todo lo que es, hace y cree el gobierno de nuestro país. Viene a Chile a una reunión de un grupo hostil a su Gobierno y en apoyo a los grupos que tratan de derrocarlo, visita “que serviría para concretar una reunión con Sebastian Piñera” -marginalmente y si le alcanza el tiempo-.
Parece una provocación innecesaria, no muy inteligente y presumida.
Excesiva hasta para un Peronista.
24 de Noviembre de 2019