Los partidos políticos en Chile, todos, fracasaron integralmente: se alejaron de la ciudadanía y dejaron de representarla, se convirtieron en oligarquías (gobierno de unos pocos) familiares, sociales, económicas, ideológicas, cuyo objetivo principal, y casi único, fue acumular poder. Desde otra perspectiva, se auto asignaron «dietas» obscenas, gastos administrativos y poderes, inmunidades y ventajas arbitrarias. Se infectaron de la corruptela más amplia y extendida de que haya memoria en Chile, sea para financiar su campañas, para traficar influencias, hacer lobby y sobre todo asociarse con intereses económicos de particulares a cambio de ingentes cantidades de dinero, como los provenientes de la pesca, minería, agua y otros.
Muchos de estos abusos y delitos fueron en perjuicio directo de los ciudadanos, en particular de los mas pobres. Se coludieron para tapar porquerías como los abusos y muertes infantiles en el Sename y la malversación o directamente el robo de recursos destinados a ayudar a damnificados.
Los abusos y delitos de los políticos de izquierda no me sorprenden ni escandalizan, muchos de ellos llegaron a sus cargos para hacer eso: abusar y robar. Lo que si me sorprende y escandaliza son los políticos de derecha, de la UDI y RN. Que suponía y esperaba serían más probos y tendrían una conciencia más estricta. Mi error. No eran mejores.
Abandonaron a los militares que pavimentaron sus carreras, que les entregaron un país en marcha, que los instalaron en los cargos desde los que iniciaron sus carreras con cargos administrativos en el Gobierno Militar. Al igual que el zurdo más vulgar y sinvergüenza cayeron en la corruptela y la infamia.
La gota que colmó el vaso fueron las dos administraciones de Piñera. Fue un espasmo de desvergüenza, falta de sensibilidad humana y política y de cobardía. Comenzando con la traición a los militares en retiro ante los cuales se comprometieron a liberar a nuestros presos políticos, hasta concluir en la entrega del país a la izquierda golpista sosteniéndose apenas sobre sus rodillas temblorosas. Sin dejar atrás la entrega de la Araucanía a traficantes de drogas y terroristas de pacotilla.
Las sucesivas derrotas electorales sufridas en los últimos meses dan cuenta de su miseria política y moral. De su terrible incompetencia. De su ambición sin límites. Creo que hay antecedentes más que suficientes para señalarlos como una categoría política perdida, irremediable e irrecuperable y sin embargo, siguen tratando de jugar un papel que les quedó grande.
Basta ya, váyanse a sus casas a disfrutar sus riquezas mal habidas. No abusen más de los escombros de los partidos que fueron. No traten de engañar más a los que creyeron en ustedes. Están vendiendo fruta podrida.
Nosotros, tenemos que comenzar otra vez, desde cero. Nuevos partidos, con otra gente, otra moral, otros compromisos, otros procedimientos. Tenemos que conformar partidos en que ninguno de los políticos actuales sea admitido, con directivas y cargos SIN reelección, en que los partidos se organicen desde las regiones y las cabezas de la directivas locales sean las que conformen la directiva nacional.
En que los ciudadanos de las regiones designen a los candidatos, no la directiva del partido.
En que las asambleas regionales puedan pedir cuentas a sus diputados y senadores, conformar las comisiones de ética para eliminar a los diputados y senadores que no cumplan los estándares. En que los ciudadanos sean consultados frecuentemente por la directiva regional para sus declaraciones y votaciones.
Hoy día la tecnología permite una participación activa, protagónica, informada y frecuente de los ciudadanos en todos los asuntos políticos.
Que nunca más, cuando algún diputado o senador se presente diga: «Fulano de Tal, Senador del Partido XYZ» sino que lo haga diciendo «Representante de la V Región».