Con motivo del aniversario del suicidio de Allende el gobierno se encuentra lanzado en su campaña de odio contra las FFAA, contra el Gobierno Militar y contra la Derecha.
Se sabe que al evento se le asignaron cifras millonarias de dinero y que esos gastos ya se están haciendo.
El principal objeto de sus odios, el Gobierno Militar, está muerto y enterrado; las FFAA con las riendas constitucionales y de lealtad a la democracia, se autoneutralizó; y la Derecha, lo que sea que eso signifique, está parte en venta y en parte ofrecida en arriendo.
¿Quién puede hacerle la competencia a la Izquierda?
Solo los “deudos” del Gobierno Militar y los militares en Retiro que por su condición de tales han recuperado su libertad ciudadana.
Un representante de este ultimo grupo, formado por viejitos y viejitas y algunos jóvenes de derecha estudiosos y que aún no pierden la decencia, han salido a contra balancear el monopolio del uso y abuso del fallido intento golpista de Allende y de sus Socialistas y de los innumerables profitadores de la vaca estatal: me refiero a los familiares de todo el muestrario de viudas de los DDHH.
El chófer del Senador Kenneth Pugh, suboficial en Retiro de la Armada de Chile, se permitió ser parte de un grupo que está promoviendo – por whatsapps- la venta de medallas, adquisición -a efectuarse voluntariamente por quien quiera comprarlas-, conmemorativas del 11 de Septiembre 1973, que consideran “día de la liberación nacional”, por valor de 7 y 9 mil pesos.
El lunes 17, la Ministro de Defensa (Partido Socialista) Maya Fernández cubana de origen y familiar del difunto Allende, llamó al senador Pugh para reclamar por “este tipo de situaciones que no colaboran al espíritu nacional”.
Maya parece estar actuando influida por efluvios de su formación infantil en los Pioneros y Juvenil en el PC cubano. No entiende que en los países democráticos un militar en retiro no tiene restricciones legales que limiten la expresión de sus simpatías y preferencia políticas; que el senador Pugh es empleador, no propietario del susodicho suboficial; que la libre expresión es un DDHH fundamental y que querer seguir manteniendo el monopolio de la capacidad de insultar y difamar a los opositores políticos no son aceptables en una democracia como Chile. Este fue, precisamente una de las razones para deponer el abuelito de la Ministro.
Sorprende que la prensa ni el INDH no hayan saltados, presas de la indignación, ante este intento de sofocamiento de la libertad individual de un ciudadano chileno llevado a cabo por tan ilustre nieta, mediante un evidente intento de abusar de su transitorio poder.
20 de abril de 2023
Fernando Thauby García